Fin de curso

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Hicimos una búsqueda exhaustiva del padre de Tom en los archivos e incluso en la sala donde estaban los trofeos y premios del colegio, pero no hallamos ninguna información acerca de él. Cuando llegaron los exámenes finales, no tuvimos tiempo de nada más que de estudiar y pasamos varios días sin siquiera saludarnos.

El último día de clases antes de las vacaciones, todos estábamos ansiosos por los resultados de los exámenes, yo estaba más que nerviosa, pero tan pronto me entregaron mis calificaciones, supe que mis preocupaciones era infundadas. Todo el esfuerzo de quedarme hasta pasada la media noche estudiando, había valido la pena. De todas, mis mejores notas habían sido las de transformaciones, Dumbledore me llamó a su oficina para hablarme de eso.

—Hacía algún tiempo no tenía a nadie a quien se le facilitaran tanto las transformaciones —dijo mientras entrelazaba los dedos sobre el escritorio—, su nivel es bastante superior al de sus demás compañeros, exceptuando, tal vez, al señor Tom Riddle, que no se queda muy atrás. Por eso quería felicitarla personalmente, señorita Perwinkle.

—Muchas gracias, señor —dije. Era demasiado importante para mí que alguien como Albus Dumbledore, me felicitara.

—Que tenga unas felices vacaciones.

—Hasta luego, señor.

Salí de la oficina y me encontré con Tom, que esperaba afuera.

—Hola —lo saludé. Parecía concentrado jugando con su varita, pasándosela entre los dedos.

—Hola —me dijo él— ¿cómo estuvieron los exámenes?

—Mejor de lo que esperaba. ¿Cómo te fue a ti?

—Bastante bien.

—Me alegra.

—Nos vemos luego.

—Adiós.

Entró en la oficina de Dumbledore y antes de cerrar la puerta, me miró una última vez. Regresé a la torre de Ravenclaw a preparar mi equipaje. En la habitación había gran desorden, mis compañeras intentaban empacar sus cosas con magia, pero no les salía muy bien. Saqué el baúl y me centré en guardar mis pertenencias.

—Oye, Hayle —me dijo de repente Amber mientras se acercaba a mí.

—Dime —le dije sin mirarla.

—Ese chico de Slytherin con el que hablas a veces me dijo que te entregara esto.

Me tendió un pedazo de pergamino enrollado y yo lo recibí.

—Gracias, Amber.

Lo desdoblé y lo leí en mi mente:

Nos vemos a las 10.

Lo dejé en la mesa de noche y me concentré en empacar lo más rápido que me fue posible. Cinco minutos antes de las diez bajé a la sala común, que estaba casi vacía, pues todos estaban haciendo las maletas. Salí y encontré a Tom en el pasillo. Intercambiamos una sonrisa, luego hicimos el hechizo desilusionador y comenzamos a caminar hasta la torre de astronomía. Una vez allí, nos hicimos visibles y nos sentamos en el suelo. El cielo estaba lleno de estrellas y corría una brisa cálida de verano.

—Pensé que sería bueno vernos esta noche —dijo Tom—. En las últimas semanas no hemos hablado mucho y no nos vamos a ver en un tiempo.

—Es bueno hablar un poco antes del inicio de las vacaciones. Tengo la sensación de que este año pasó muy rápido.

—A mí también me pareció. A veces cuando la pasas bien, el tiempo parece pasar más rápido.

—¿Qué harás en vacaciones? —le pregunté.

—Nada interesante, odio el lugar donde voy a pasar mis vacaciones.

De repente se me ocurrió una idea.

—Si quieres puedes pasar unos días en mi casa.

Él me miró como si no pudiera creerlo.

—¿De verdad?

—Claro que sí.

—¿A tus padres no les molestará?

—Por supuesto que no. Mañana te los presentaré cuando lleguemos a Londres. Verás que son muy agradables, y no lo digo solo porque sean mis padres.

La emoción que se reflejaba en su rostro me hizo sonreír. Me gustaba la idea de verlo en las vacaciones y presentarle a mi familia. Pasamos un buen rato contemplando el firmamento, luego regresamos a nuestros dormitorios.

Al día siguiente, cuando bajé a la sala común, sentí una extraña sensación de nostalgia, había terminado mi primer año en Hogwarts, pero todavía me quedaban seis más, sería extraño estar fuera del castillo por varias semanas, ya me había acostumbrado a estar allí. El techo encantado del gran comedor mostraba un cielo limpio, con muy pocas nubes, y en todas partes los estudiantes hablaban de lo que harían en vacaciones o quedaban de verse con sus amigos.

Casi todo el viaje en tren lo pasé enseñándole a Eric y Maia a jugar ajedrez mágico, por lo que se me hizo bastante corto. Cuando bajé del tren y salimos a la estación de King's Cross, mis padres estaban esperándome junto a los padres de Maia y el padre de Eric. Corrí a abrazarlos y les presenté a mis amigos, ellos también me presentaron a sus padres, quedamos de enviarnos cartas y nos despedimos. Recordé que le había dicho a Tom que le presentaría a mis padres, pero no lo había visto en todo el día. Cuando apareció estaba acompañado de algunos chicos de Slytherin, se despidió de ellos y se acercó a mí.

—Hola, Hayleia —me saludó.

—Hola, Tom —le dije—. Te presento a mis padres: Alyssena y Cresfedel.

Él se apresuró a estrecharles la mano y sonreírles amablemente.

—Soy Tom Riddle, encantado de conocerlos.

Ellos le sonrieron también, por la forma en que lo miraron, adiviné que les había causado una buena primera impresión.

—¿Les molestaría si Tom pasara algunos días de las vacaciones con nosotros? —pregunté.

Mi padre me miró y sonrió.

—Por supuesto que no, estaríamos encantados de recibirlo en casa —dijo mi madre.

—Solo dinos cuándo, yo estaré encantando de ir por ti y llevarte a casa —dijo mi padre mientras le daba una palmada en el hombro a Tom.

Él sonrió.

—Adiós, Hayleia, gracias por todo —me dijo.

—Adiós, Tom —me despedí.

—Hasta pronto —le dijeron mis padres— fue un placer conocerte.

Después de que se fue, mis padres me miraron, sonrientes.

—Ese chico parece agradable —comentó mi padre— ¿Está en tu casa?

—No, está en Slytherin. Lo conocí en el tren, cuando íbamos para Hogwarts —expliqué.

—Ya tendremos ocasión de conocerlo mejor —dijo mi madre.

En verdad esperaba poder compartir algunos días de vacaciones con él, era uno de mis mejores amigos e iba convirtiéndose en alguien importante, aunque para ese momento, no tenía idea de qué tanto, como más tarde lo descubrí.

𝑨𝒎𝒐𝒓𝒕𝒆𝒏𝒕𝒊𝒂 || 𝑻𝒐𝒎 𝑹𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora