Después de que petrificaron a David, los ataques comenzaron a ocurrir con más frecuencia y el miedo se hizo cada vez más generalizado. Todos nos hacíamos la misma pregunta: ¿Quién era el heredero de Slytherin? Tampoco se sabía qué tipo de monstruo era el que habitaba en la cámara, aunque todo el mundo hacía suposiciones. El ambiente era más que tenso y la noticia de lo que estaba sucediendo ya había salido de Hogwarts. Algunos padres habían ido a llevarse a sus hijos e incluso se hablaba de un eventual cierre del colegio. Era casi el atardecer y yo estaba en la biblioteca, buscando un libro para hacer un trabajo de transformaciones cuando Tom llegó a mi lado. Con el paso de los días, se acentuaba más el presentimiento de que me estaba ocultando algo. A pesar de sentirme de esa manera, siempre me alegraba verlo, pues aunque guardara secretos para conmigo, yo me enamoraba cada vez más de él.
—¿Estás ocupada? —preguntó en un susurro, recostándose en el estante junto a mí.
—Más o menos —le respondí— ¿por qué?
Lo miré y me di cuenta de que parecía nervioso.
—Tengo que hablarte de algo —dijo.
—Bien, espera un momento.
Tomé los libros que necesitaba y los guardé en la mochila, luego salimos juntos de la biblioteca. Caminé junto a él, sin preguntarle nada, aunque quería saber qué era lo que tenía que decirme. Bajamos las escaleras hasta el segundo piso y entramos en los baños. Se me hacía cada vez más extraña su actitud, no hablaba, tampoco me miraba y me había llevado a un baño de chicas. Se acercó a los lavabos y se detuvo. Me tomó de la mano y me miró a los ojos.
—¿Confías en mí? —preguntó.
No dudé ni un segundo antes de responderle, aunque no sabía de dónde había salido tanta confianza.
—Sí, con mi vida —le respondí.
Él asintió, despacio y se quedó mirándome unos instantes más. En sus ojos pude ver que lo que estaba a punto de mostrarme era algo realmente importante. Me puse nerviosa, me sudaban las manos y el corazón me latía rápido, tanto que sentía como si en cualquier momento fuera a abrir un agujero en mi pecho y salir despedido. Tom se volvió hacia el lavabo y dijo algo en lengua pársel. En seguida, el grifo de cobre brilló y comenzó a girar. El lavabo desapareció, dejando lugar a una tubería grande.
—Ven conmigo —dijo.
Muy despacio, entró en la tubería y yo lo seguí. No podía negar que tenía miedo, pero confiaba en él, estaba segura de que no me haría ningún daño. Nos deslizamos por el largo túnel, que parecía interminable, me preguntaba a dónde llegaríamos. De repente, caí en un lugar oscuro y comencé a buscar mi varita en el bolsillo de la túnica.
ESTÁS LEYENDO
𝑨𝒎𝒐𝒓𝒕𝒆𝒏𝒕𝒊𝒂 || 𝑻𝒐𝒎 𝑹𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆
FanfictionDicen que quienes son concebidos bajo el efecto de la amortentia, el filtro de amor más poderoso del mundo, son incapaces de sentir amor por nada ni por nadie. ¿Solo no pueden amar o eso incluye otras emociones? ¿Pueden sentir deseo, atracción físic...