La primera salida a Hogsmeade fue a finales de octubre. El clima se hacía cada vez más frío y llovía constantemente, por lo que mis amigos y yo lo pensamos dos veces antes de decidir si iríamos o no. Como el cielo auguraba lluvia, me puse la capa sobre la túnica y me dispuse a irme. Me encontré con Tom y me acerqué para saludarlo.
—¿Vas a ir? —le pregunté.
—No, tengo cosas que hacer aquí —respondió.
—Nos vemos entonces.
—Adiós, Hayleia.
Pensé en comprarle algo en el pueblo y dárselo después, esperaba que no se me olvidara. Salí con Maia y Eric y caminamos la realmente corta distancia que separaba a Hogwarts de Hogsmeade. Pasamos la mañana recorriendo tiendas y comprando algunas cosas interesantes que encontramos. Mucho más tarde, entramos en el bar con la intención de tomarnos unas cervezas de mantequilla. El lugar estaba casi lleno, en una mesa estaban mis compañeros del equipo de quidditch, había espacio así que fuimos a sentarnos con ellos. Clitemnestra estaba teniendo una pequeña discusión con Reginald, pues según había visto, estaban saliendo o algo parecido. Arcturus bebía la cerveza despacio y con expresión meditabunda, mientras los demás charlaban.
—¿Les importa que nos sentemos aquí? —pregunté.
Henry me sonrió.
—Claro que te puedes sentar aquí —respondió Emma— siempre eres bienvenida.
La amabilidad de mis compañeros de equipo me hizo sonreír. Dejé a mis amigos ahí y fui a la barra por las cervezas. Cuando iba llegando, me fijé en que ahí estaba Crescence, hablando con un chico.
—Hola, Hayleia —dijo y me miró con atención.
—Hola, Crescence —lo saludé.
Pedí tres cervezas de mantequilla y lo miré, sonriendo.
—¿Cómo va todo? —me preguntó.
—Muy bien, ¿y tú cómo estás?
—De maravilla —buscó en sus bolsillos y sacó una barra de chocolate—. Te había comprado esto.
La recibí y le sonreí.
—Gracias, eres muy amable.
En ese momento pusieron las cervezas que había pedido sobre la barra. Guardé el chocolate en mis bolsillos y tomé las tres botellas.
—Hablamos después —dije— gracias otra vez.
—Nos vemos, Hayleia.
Me sonrió una vez más y yo regresé a mi mesa. Maia y Eric me miraron y me dedicaron enigmáticas sonrisas.
—¿Ese era el tal Crescence? —preguntó Eric.
—Sí —respondí y bebí un sorbo de mi cerveza.
—Parece interesado en ti —dijo Maia.
—Claro que no, solo es amable conmigo —dije.
—¿Has visto cómo te mira? —intervino Clitemnestra.
—Te mira como si fueras la copa de quidditch —respondió Albert, e hizo una exagerada imitación de la supuesta mirada de Crescence, que me hizo reír.
—Sea como sea, no vayas a salir con él en plan oficial —dijo Arcturus.
—¿Por qué no? —preguntó Emma.
—Está en el equipo de quidditch de Gryffindor —respondió nuestro capitán.
—¿Y eso qué importa? —preguntó Reginald con el ceño fruncido.
—Pienso que eso puede afectarnos —dijo Arcturus, muy convencido. Clitemnestra le dio una palmada en el hombro.
—No seas idiota —le dijo— nada tiene que ver el quidditch con la vida amorosa. Deberías conseguirte una novia o algo, no piensas en nada más.
—Vimos que te dio algo —me dijo Emma.
—Sí, chocolate —le respondí.
—Cuidado con eso —dijo Albert.
—¿Por qué? —preguntó Maia.
—Los filtros de amor los dan más que todo en chocolates —respondió Reginald.
—No seas ridículo —se rió Clitemnestra— ¿cómo se te ocurre que le va a dar un filtro de amor?
—Cualquier cosa puede pasar —Reginald se encogió de hombros.
Miré de reojo hacia donde estaba Crescence, que se reía a carcajadas con otro chico. No creía que fuera capaz de darme un filtro de amor, además, tampoco pensaba que estuviera interesado en mí. Seguramente eran exageraciones de mis compañeros de equipo. Era más que probable que ya tuviera novia, la verdad, era bastante guapo, por lo que lo imaginaba comprometido, aunque no lo hubiera visto nunca con ninguna chica. Terminé mi cerveza y bebimos otras más entre conversaciones sobre quidditch y relaciones de pareja, de esto último no tenía idea todavía, pero parecía bastante complicado.
Cuando regresamos al castillo ya era casi media tarde, tan pronto pasamos de las puertas, un torrencial aguacero se dejó caer del cielo.
—De lo que nos salvamos —comentó Eric mientras se quitaba la capa.
Me pregunté dónde estaría Tom y cuando iba de camino a la torre de Ravenclaw, lo encontré.
—Hola —le dije.
—Hola —me saludó. Llevaba una gran cantidad de libros en sus manos.
—Te traje algunas cosas —saqué de la mochila una bolsa enorme llena de dulces que había comprado, él la recibió y esbozó una pequeña sonrisa.
—Gracias —me dijo.
—De nada.
Sin decir nada más, se alejó a paso rápido y se reunió con un grupo de chicos de Slytherin. Yo regresé a mi sala común, pensando en muchas cosas a la vez.
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𝑨𝒎𝒐𝒓𝒕𝒆𝒏𝒕𝒊𝒂 || 𝑻𝒐𝒎 𝑹𝒊𝒅𝒅𝒍𝒆
FanfictionDicen que quienes son concebidos bajo el efecto de la amortentia, el filtro de amor más poderoso del mundo, son incapaces de sentir amor por nada ni por nadie. ¿Solo no pueden amar o eso incluye otras emociones? ¿Pueden sentir deseo, atracción físic...