Capítulo 271. Agenda

1.4K 227 15
                                    

Con Elina abrazándolo, los niños en sus piernas y toda la familia mirándolo con una mirada expectante, ni siquiera Blink podía salvar a Lith de su predicamento. Decidió que era hora de referirse al elefante en la habitación.

Incluso si lo hacen de una manera molesta y entrometida, solo me están cuidando. Hay tantas cosas que ya les oculto. No voy a mentir sobre algo trivial como un coqueteo. Lith pensó.

No tenía necesidad de explicarles cómo funcionaba el sistema Ranger. Desde que había expresado la intención de unirse al ejército, los miembros de su familia habían realizado una investigación exhaustiva al respecto.

Si no fuera por Soluspedia, sabrían más sobre el ejército que Lith. Les habló del pueblo escondido. Para mantener la historia apta para toda la familia, transformó a los esclavistas en monstruos y a sus víctimas en prisioneros asustados pero sanos.

Los niños lo disfrutaron mientras los adultos se estremecían. Sabían que cuanto más fábula había en la historia, más atrocidades estaba omitiendo. Luego explicó cómo conoció a su enlace, Kamila, y la invitó a salir.

-No compré ropa nueva por ella. -Lith fue inflexible al respecto.

-Entre la guerra fronteriza y las ciudades perdidas, los habitantes de Belius temen a los uniformes. Necesitaba ropa, de lo contrario sería un invitado no deseado en cualquier establecimiento de la ciudad.

-Dijo "ropa" dos veces, así que compró más de un juego. -Elina habló como si él ni siquiera estuviera allí.

-Sí, también ¿desde cuándo le importa lo que piensen los demás? Sin mencionar que mi hijo no es el tipo de hombre que gastaría dinero sólo para poder gastar más en comida. No cuando puede conseguir comidas gratis en la cafetería y dormir en el cuartel.

Raaz negó con la cabeza. La historia de portada de Lith era difícil de creer.

Lith no sabía si sentirse feliz por lo bien que lo conocían o avergonzado por ser universalmente considerado un tacaño.

-¿Es ella realmente una princesa? -Preguntó Leria llena de curiosidad. Tener un Rey por tío todavía era uno de sus sueños infantiles.

-¡Dioses, no! -Lith se estremeció ante la idea. Durante su trabajo como Profesor Asistente había conocido a las hijas de la Reina más de una vez. Eran incluso menos hermosas que Phloria y tan engreídas que resultaban insoportables.

Lith consideraría salir con ellas sólo si fueran las últimas mujeres en Mogar.

-¿Es ella bonita? -Preguntó Aran.

Lith ahuecó sus manos y conjuró un holograma 3D de Kamila con magia de luz. Era una imagen de cuerpo entero del tamaño de una muñeca y en escala de grises, que la representaba vestida como durante su primera cita.

-Ella lo es para mí. Kamila tiene una hermosa sonrisa y parece ser una mujer muy cariñosa.

-Ella es realmente linda. ¿Qué edad tiene? -Rena estaba tratando de hacer que su tono sonara lo más casual posible. Incluso lanzó un cumplido antes de hacer la única pregunta que realmente les importaba a los presentes.

-Veintiseis. -La respuesta fue recibida con un aluvión de bufidos y suspiros.

-¡Otra mayor que yo! ¿Qué tienes contra las chicas de tu edad? -Rena puso los ojos en blanco, sin siquiera intentar ocultar su disgusto.

-Nada, además de que suelen ser superficiales e infantiles. -Lith respondió con un gruñido.

-Tengo que respaldarlo en esto. -La voz de Tista estaba triste-. Todos los magos que conocí eran imbéciles arrogantes, los nobles sólo están interesados ​​en el matrimonio y los plebeyos están aterrorizados de nosotros. -Había resumido toda su vida amorosa en una sola frase.

Mago Supremo: Volúmenes 4 y 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora