Don't Lie [Caché]

¿Nada?

Poché estaba manejando un auto que en lo que a mí respecta, parecía una caja fuerte por lo cuadrado, ¿Estos autos no eran solo del ejército o cómo los obtuvieron?, además los trajes. Se parecen a los de alejo cuando se va de la casa directo a la fuerza G. Sentía que éramos una especie de super héroes.

–Y es terrible para nosotros que existan esos asquerosos freakers, pero creo que lo mejor que le pudo pasar a la naturaleza fue el brote de la enfermedad. –Hablaba Poché, yo iba escuchando y viendo por la ventana la carretera. No tenía idea de dónde estábamos pero los árboles enormes que pasábamos me encantaban. Habían varios carros en la carretera también y estaban en las orillas para que pasáramos bien entre ellos. Poché seguía hablando de sus teorías sobre el brote de la enfermedad y cómo fue imposible evitarlo, ni aunque nos laváramos las manos, ni aunque evitáramos salir. –Y si estuviera en la universidad haría mi tesis sobre eso. –

–Yo estaba en la universidad. –Comenté porque era lo único en lo que coincidía con Poché por el momento. La forma en la que habla de los zombies y de la enfermedad me asustaba un poco. Ella hizo un cambio y bajó la velocidad del auto para proceder a meterse a un camino de tierra a lado derecho, estábamos en subida.

–Ahora estamos en lo que antes era una reserva natural, habían personas viviendo aquí antes, tienen un punto alto donde vivían 3 familias y un puesto de control con radio en lo más alto. –Me señaló un letrero después de decirme eso, todo estaba muy verdoso y habían árboles por todas partes, por suerte el camino estaba bien trazado. –Y yo pensé que ya eras doctora, señorita Calle. –Me miraba de reojo. Yo miraba mis guantes negros, venían con el traje. 

–Estaba en mi último semestre de la carrera cuando me mandaron a esta misión, pero soy la mejor de mi clase así que ya me asignaban casos que no le asignarían a un estudiante. –

–Por favor Calle, a nadie le gustan los agrandados. –Comentó riéndose un poco. –Pero me sorprende porque te ves muy... –Comenzó a molestarme, lo presentía por su sonrisa de lado. El carro se movía un poco brusco.

–¿Muy qué? –Me giré a verla fingiendo molestia.

–Usaré las palabras "mimada, hija de papi, delicada". –Terminó y me giré a verla poniendo mi pierna en el sillón para acomodarme. Tenía la cara con gran confusión.

–O sea te puedo sacar el apéndice con los ojos vendados, ¿Sabes? –Dije tocándome el cabello y haciendo un acento muy de niña mimada. Poché estaba viéndome de una forma muy juguetona cuando hice eso, sentí algo en mi estómago. Emoción. Lo dejé de hacer y ella regresó su mirada a el camino y se rió un poco, es muy risueña y eso me agrada. La emoción terminó.

Llegamos a un parqueo de piedras muy pequeñas, a un lado habían unas escaleras que daban a una construcción de madera que a su lado tenía una antena de radio muy alta, además se notaba que estábamos muy alto porque habían barrancos cerca y las copas de los árboles se miraban con claridad. Poché me pidió que me quedara en el auto unos segundos y se bajó. Tenía la mano en la funda de su pistola y caminaba inspeccionando el lugar, subió y luego de unos segundos me hizo señas desde la ventana de la construcción.

Dentro habían unas mesas, unos sillones y un cuaderno en el centro donde Poché estaba anotando algo. Me tomé la libertad de caminar por la habitación y me acerqué a la ventana que daba a una hermosa vista. En el fondo se podían apreciar unas montañas enormes con nieve en la cima, muchos árboles y un pueblo de los que parecen de paso, sin edificios ni nada. Había una torre con un reloj en el medio y luego seguían árboles y más árboles hasta donde nosotros estábamos.

–Es hermoso, ¿Te dan ganas de entrar allí? –Preguntó detrás mío haciéndome saltar un poco. Me giré, no estaba tan cerca pero la escuché muy cerca, no entendí bien. Ella se acercó y pasó a estar a la par mía y puso su mano en el vidrio. –De lejos es hermoso pero sabes que si entras allí podrías morir, pero te dan ganas porque no sabes qué pasará si no lo intentas. –Se giró a verme, yo ya la estaba viendo. El ambiente se puso muy tenso y de repente se me cruzó la idea que tal vez no estaba hablando del pueblo. –Eso pensaba antes de que nos mandaran a limpiar el pueblo. –Me sonrió de lado.