Don't Lie [Caché]

Boost

Miraba el gran mar de árboles moverse más rápido de lo que usual porque Carina conducía el auto a una velocidad muy alta. Estaba preocupada.

—Mira que si se nos atraviesa un Iluminado y lo matamos se nos vendrán todos encima —Le aconsejé a la chica de rulos rojizos a mi lado. Yo mantenía mi cabeza recostada en su totalidad en el respaldo del sillón del copiloto.

—Bien, por mí está más que perfecto —Escupió. —Los atropellaré a todos entonces —Me miró un segundo y volvió la vista a la calle que ya no parecía tan calle por la fauna que salía de ella y algunos carros que habían sido abandonados a la orilla o se habían averiado. El nuestro era muy del ejército, alto, cuadrado y oscuro y me encantaba, siempre había querido un Jeep o parecido. —No debieron golpearte, Poché —

Me reí un poco y eso me dolió en las costillas así que terminé quejándome un poco al final de la risa. Mi brazo cubría mi tórax como si lo estuviera sosteniendo, como si eso ayudara que me dejase de doler. Ella volteó a verme por otro segundo y le sonreí de lado intentando calmarla.

—En realidad sí fue mi culpa —Ella rodó los ojos. Maldita mirada la que tiene. —Aprendí que no debes hacerle bromas pesadas a los malditos drogadictos de los "Iluminados" —Hice énfasis en la última palabra con ambas manos. —Se vuelven más locos por sus drogas —Me burlé. Escuché su estrés en la respiración. —Gracias por llegar a tiempo Cari —Ella me miró preocupada y tenía toda la razón.

Iba a comentar algo más pero sonó un estruendo y el carro se movió con violencia por un par de segundos y Carina maldiciendo metió el freno de golpe. Me bajé rápido a ver con qué habíamos dado al igual que Carina, pero ella solo abrió la puerta del auto y asomó un poco el cuerpo por encima. Un ciervo agonizando estaba a unos metros frente a la camioneta, me lamenté de verlo con tantas heridas y me acerqué mientras sacaba mi navaja para terminar su dolor, entonces escuchamos unas risas y gritos de júbilo cerca, provenía del mar de árboles a mi derecha.

—No te muevas de ahí —le dije con seriedad, ella solo sobresalió un poco más del auto y colocó su pistola por en cima de la puerta nerviosa. Me paré erguida y simulé que no me dolía nada, por lo menos ellos no deben saber que algunos de sus jefes me dieron una pequeña paliza hoy.

-¡Niña! —Gritó un hombre con la cabeza rapada que salía del bosque, tenía puestos unos pantalones, unos zapatos y solamente. Su pecho tenía cicatrices viejas y algunas que parecían muy recientes. Era un hombre que no dejaba de sonreír y pronto salieron más de ¿10 o 12? del bosque con el mismo estilo. —¡Mierda! Nos arruinaste la diversión eh ¿Poché? —El hombre al que solía llamar Tony se acercó a mí y el resto quedaron esparecidas frente al ciervo. Esta persona frente a mí desencajaba la mandíbula por momentos.

—Por supuesto, nada me divierte más que arruinarles la diversión, Tony —Él comenzó a caminar en círculos a mi alrededor mientras murmuraba cosas inaudibles para mí. Podía sentir su horrible olor a suciedad. Su cara estaba muy encendida, me refiero a sus ojos, muy abiertos ¿Por eso les dirán iluminados?

—No serías tan graciosa si te estuviera cortando la garganta —Dijo a mis espaldas. Apreté la navaja que por el momento estaba en mi mano y no se había dado cuenta de eso. —Tranquila, no te mataré hoy —Caminó lejos de mi y se acercó al ciervo que solo hacía quejidos y movía un poco las patas y es agachó detrás de él, viéndome de frente. —Pero mira —Lo tomó del cuello con ambas manos y se lo torció en un ángulo imposible y el resto de iluminados empezaron a aplaudir y unos cuantos a llorar en cuanto el animal dejó de hacer quejidos y de moverse por completo.

—¡Aléjense de ella! —Gritó Carina mientras se escuchaba el sonido de un arma cargándose, lista para disparar. Tony levantó las manos y todos hicieron lo mismo.