Un Pacto

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—¿Estás bien? —Preguntó Julián subiéndose al lado del copiloto. Tenía su arco en el regazo y cada vez se quedaba con menos munición en su funda de flechas.

—Sí, no te preocupes. —Le contesté poniendo el motor en marcha. Estábamos en el primer puesto que le mostré a Calle cuando la saqué por primera vez, odiaba admitir que me había puesto nostálgica. —¿Te encargaste del infectado? —Julián colocó su arco en la parte de atrás asintiendo con la cabeza. —La última vez que estuve aquí me encargué de otro infectado, ya es el segundo avistamiento por esta área... —Comenté al aire con preocupación. Julián.

—¿Qué significa? —Preguntó curioso. Hoy usaba una playera blanca y el resto negro. Apreté los labios.

—Podría significar que hay más al rededor o que se salieron de un lugar o casa sellada. —Aceleré en camino al punto medio donde nos encontraríamos con los iluminados. La lista de cosas por hacer de hoy estaba casi lista. 

—¿Pero qué no mueren de hambre? —Preguntó Julián después de un tiempo. —Si se quedan encerrados en un lugar por mucho tiempo, se supone que deberían morir. —

—No son humanos, Julián. —Le recordé. —No sé cómo lo hacen pero sobreviven como malditas cucarachas. —

—Malditos infectados. —Murmuró y no dijo nada más. 

Julián parecía estar muy silencioso en el camino, pero a pesar de que eso me preocupó un poco estaba agradecida. La culpa fue un poco más pesada.

—¿Estás bien? —Le pregunté luego de un tiempo de batallar conmigo sobre si debería preguntarle o no.

—Sí, solo no dormí bien anoche. —Respondió viendo hacia la ventana. Rodeé los ojos.

—Eso es lo que digo yo cuando no estoy bien pero no quiero hablar. —Comenté. Él resopló y se giró a verme.

—Es tonto. —Dijo sin ánimos. Yo me aclaré la garganta y continuó. —Es por la bienvenida de ayer y eso... —Yo lo miré confundida. 

—¿Bienvenida? —Pregunté. Él se rascó el brazo viendo hacia abajo.

—Sí, Josh me preguntó en la mañana que por qué no estuve en la fiesta de bienvenida de anoche en el edificio C, dijo que estuvieron todos y que fue para fraternizar entre nosotros los cazadores. —Dijo con algo de molestia. 

«Adolescentes.»

—Yo no tuve una bienvenida. —Agregué. Él miró hacia la ventana.

—Josh dijo todos los mentores estuvieron allí... —Dijo con resentimiento. Una alarma se activó en mi cerebro. 

—Yo no estuve allí. —Dije con seguridad. Él puso cara de sorpresa. —Ni si quiera me invitaron a esa dichosa fiesta. —Ahora se miraba confundido.

—Pero Josh dijo que... —Argumentó.

—A lo mejor Josh solo quería hacerte molestar. —Lo interrumpí. —O a lo mejor no soy tan popular como tú crees. —Bromeé, Julián tenía una expresión más propia de él y respiró profundo. —¿Te tardaste en subir al auto por eso? —Pregunté con una risa corta al final. Él se rascó el brazo de nuevo viéndome con vergüenza.

—Pensé que no te había agradado y no sabía qué decirte... —Dijo con las mejillas rojas. 

Ahora sí que me carcajeé, este chico era demasiado tierno.

—Ay Julián, claro que me agradas. —Le dije dándole un codazo amistoso y usando un tono muy alegre. —Josh no me agrada ahora. —

—No, no, no. —Dijo con la expresión asustada y los ojos bien abiertos. Me divertía mucho molestarlo. —No lo dije para que odies a Josh, él solo estaba contándome sobre la fiesta y seguro no te vio pero tampoco te estaba buscando entonces de seguro pensó que... —

Don't Lie [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora