El Puente

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Nos movíamos durante la noche, era más sigiloso. Y ellos de verdad querían encontrarnos, se dividían en grupos para buscarnos por toda la ciudad, o al menos eso fue lo que le dijo uno de ellos a Johan. Eran un grupo de 5 que fue deshabilitado fácilmente por el nuestro. Johan y Seamus le sacaron información a uno que sobrevivió, claro que después de eso lo mataron.

No me agradaba la idea de matar, pero eran ellos o éramos nosotros.

Caminábamos demasiado entre callejones y cruzábamos edificios. Cuando observábamos a algún grupo a la distancia era momento de detenerse y establecerse cortamente en la instalación que estuviéramos. Ya había pasado una semana y nuestra racha era impresionante, pero me temía que se nos fuera a acabar la suerte.

—Veo una luz al final de la calle, tenemos que meternos en este callejón. —Habló Carlos. Caminábamos en la orilla de la calle, nos quedaban menos de 6 cuadras para llegar al dichoso puente, el callejón del que hablaba estaba entre una tienda que antes era de música y un edificio de oficinas. Trotamos. En una de las paredes había una puerta y Julián no tardó en abrirla y pudimos entrar a la cafetería donde nos escondimos entre las mesas y sillas de la cafetería, escuchamos sus pasos y pudimos observar la luz de las linternas mientras ellos pasaban. Era un grupo grande de 8 personas.

—¿Creen que deberíamos quedarnos aquí? —Preguntó Johan, inseguro.

Durante esta semana me había fijado que se ponía cada vez más paranoico, él pensaba que nos encontrarían en cualquier momento. Poché lo tranquilizaba diciéndole que dejamos a la mayoría en la zona donde acampamos primero y que la ciudad era grande, no podrían dar dónde estábamos porque zigzagueábamos mucho y que hacíamos guardias por si acaso. Caminábamos bastante en la noche. Nos movimos demasiado esta semana. 

Pero las raciones estaban acabándose. Si no hubiésemos cambiado las medicinas por la comida probablemente no tendríamos comida esta semana. 

—Creo que deberíamos seguir, necesitamos llegar al pueblo lo más pronto posible. —Contestó Carlos. 

Unas cuadras después observamos luz. 

Era el final, el puente. Lo sabíamos porque la luz de la luna no caía sobre más edificios al final, no había nada. De repente me recuerdo de mi niñez, de la sensación de saber que estás llegando a la playa. Me encantaba la playa cuando era niña.

Habían dos gigantes postes de luz que iluminaban a una guardia puesta precisamente para que nadie escapara de la ciudad. 

Poché tomó mi mano cuando todos nos detuvimos un momento por incertidumbre, ¿Nos habían visto? Entonces ella jaló de mi mano guiándome hacia un edificio que parecía de apartamentos y la soltó cuando ya estábamos a salvo. Nos siguió el resto del grupo.  Todos estaban en silencio mientras subíamos las gradas de emergencia del edificio siendo liderados por Carlos y Julián, quienes llevaban encendida su linterna al igual que Poché, solo que ella iba al lado de Johan. Entonces escuchamos una puerta abrirse. Todos apagaron la linterna y ahora solo podíamos ver gracias a la luz que atravesaban las ventanas

—Es que nunca nos había pasado esto. —Escuchamos a un hombre. —Dios, te juro que Jarkov está siendo demasiado paranoico, esos idiotas seguro murieron en el Wollmart. —

—No deberías cuestionarlo, ¿Ya terminaron de revisar más pisos? —Preguntó una chica alzando la voz. Una puerta más se abrió. Carlos nos hizo señales para que bajáramos pero Poché subió con él. Comenzaron a susurrarse cosas.

—¡Ya! —Gritó un tercer chico dos pisos arriba de nosotros. —Vámonos. — 

Yo estaba muy asustada como para prestar atención a otra cosa que no fueran mis pies bajando las gradas. Seamus estaba a la par mía. Detrás de nosotros iban Julián y Carina. Johan se había agregado a la conversación susurrada. 

Don't Lie [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora