Tengo Que Salir

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Estaba envuelta en el edredón de mi habitación, mis emociones estaban dañadas por el reciente acto de traición de Calle y mi mente no quería hacer nada por ayudarme a salir del pozo en el que me encontraba. 

Traición.

Nunca viene de los enemigos.

Es que te lo esperas de ellos. 

«Fuiste una tonta. De seguro Johan ni es gay.»

¿Sentirá culpa por haberme traicionado?, ¿Johan la convenció?

Maldito Johan. Me di la vuelta para cambiar de posición después de un par de horas con la idea de que fue su hermano el que ideó todo el plan desde un inicio, Calle pudo haberse dejado llevar por lo que sea que su hermano le dijo porque no hay forma en que ella me hubiese traicionado de esa manera tan manipuladora.

Desearía que lo hubiera pensado con claridad... 

Me senté en la orilla de la cama con intenciones de levantarme pero simplemente me quedé viendo un punto en la habitación retrasando el momento. Finalmente me cambié a ropa oscura como hacía usualmente y salí de mi habitación no sin antes revisar mi cabello en el espejo del baño. No podía evitar notar las miradas curiosas o indiscretas de la gente, sabía lo que pensaban y me molestaba, me daba tristeza. Incluso pude notar que Carina me miraba con Pena cada que cruzábamos más de alguna mirada en estos últimos 3 días. 

Iba a pasar a revisar cómo estaba antes de salir a patrullar, ya no tenía una compañera de patrullaje así que me llevaría a un novato. No hay nada que odie más que eso.

—Poché. —Dijeron a mis espaldas. Era mi madre. «Qué vergüenza.» Me giré para enfrentarla, usaba un blazer azul que hacía juego a sus pantalones, siempre formal y bonita con sus manos detrás de su espalda. —¿A dónde vas? —Inclinó un poco su cabeza. Suspiré rascando mi nuca con nerviosismo.

—Quiero hablar con ella. —Dije.

—¿Para qué? —Preguntó. Me acerqué un par de pasos para no tener que hablar tan alto y que las personas cotillearan más por mi situación. 

—Sólo lo necesito. —Contesté con sinceridad y vulnerabilidad. Mi madre levantó una ceja y suspiró.

—¿Recuerdas lo que te dije? —Preguntó como si fuera demasiado obvio por lo que no contesté y bajé la cabeza. —Uno hace cosas estúpidas por la gente que quiere. —Suspiré pesadamente.

—¿Sabías que iban a traicionarme? —Pregunté sospechosamente. Ella apretó los labios.

—Al principio no sospeché, pero si Carina no me hubiese dicho lo que le habló a Johan... —Colocó su mano en mi hombro y levanté la mirada. —Podría decirse que no tenía idea cuando te di permiso. 

Luego de un par de palabras más me dirigí al ala del hospital, el sonido del elevador llegando al tercer nivel hizo que me diera un poco de náusea. El pasillo tenía 4 guardias, dos en cada puerta. Uno de esos era Carlos, en cuanto me vio alzó su mano para saludarme con alegría y yo simplemente le sonreí de regreso mientras me acercaba a él porque su puesto era el de la niña que me traicionó. Sentía que los trajes estaban de más, no tenían por qué tener casco.

—¿Qué te trae por aquí enana? —Me preguntó burlándose. Yo solo entrecerré los ojos.

—Vengo a ver a Daniela. —Dije.

—Lo siento Poché, pero ella no quiere ver a nadie. —Contestó. ¿A nadie?, era obvio que solo no quería verme a mí porque no conocía a nadie más que fuese su amigo aquí. Mi rostro debió tomarlo por sorpresa. —Pero ella no es nadie ahora para decidir así que podría dejarte pasar si quieres. —Dijo haciéndose a un lado y pasando una tarjeta por un lado de la puerta para que la luz roja se volviera verde. Me quedé observando la luz verde, la puerta se hizo a un lado. Carlos silbó dos veces para llamar mi atención. 

Don't Lie [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora