¿Qué Hacemos?

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—Calle. —La muevo a un lado mientras me intento colocar los pantalones con una mano, ella no despierta y sigo buscando mi ropa por el suelo de la habitación. Está acostada boca abajo con la cabeza girada hacia un lado. Escucho cada vez más balazos, algunos cerca y algunos muy lejos. —¡Calle! —Ella despierta somnolienta, la pequeña luz que entraba en las orillas de la cortina me dejaban ver el rostro recién despertado que mostraba al girarse. 

TATATATATATA TATATATATA

Ella abre más los ojos y se sienta arrodillada restregándose la cara. —¿Qué está pasando? —Me pregunta observándome a los pies de la cama saltando en un pie para colocarme bien los pantalones. 

—Tienes que cambiarte y rápido. —

TATATAT TA TA TATA

Ella se levanta de un salto y comienza a buscar su ropa. 

—¿¡Qué está pasando!? —Me pregunta de nuevo asustada. Enciendo la luz.

—Cámbiate. —Le ordeno mientras intento buscar la maldita playera. Había más ruido, escuchábamos a los guardias correr y gritar en el pasillo. Encuentro la playera de ella y se la lanzo. Entonces ambas nos paralizamos al escuchar un rugido, gritos terroríficos que corrían por las calles. Calle me mira atemorizada.

Infectados. 

Demasiados infectados.

No encontraba la maldita playera, pero cuando calle levantó su pantalón mi playera apareció debajo de este así que me la lanza. 

—¿Qué tenemos qué hacer?, ¿Tu madre tiene algún plan? —Me preguntó. No sé qué responderle a lo segundo. El ruido afuera era bastante alto. Deben ser cientos de cientos. Me asomo a la ventana y corro la cortina un poco. Podía verlos correr hacia la fuente del ruido. Una pequeña explosión al otro lado hizo que se detuvieran y cambiaran de rumbo. Eran demasiados. 

—Daniela, tenemos que salir o encontrar un refugio. —Entonces cuando ambas estamos vestidas un guardia irrumpe en la puerta, se miraba serio y estoy segura que es el segundo al mando. 

—Señoritas, por favor quédense aquí. —Comienza a hablar él y mis entrañas se vuelven hierro. 

—Tenemos que salir. —Dice Calle.

—Me temo que eso no es posible. —Le contesta. —Tu madre nos ha pedido que-

—¿Ya escuchaste esa mierda, Guerrero? —Le pregunto. Ese era su apellido. Él parece alterarse apretando las manos.

—¡Poché! ¡No agregues más daño del que ya has hecho! —Me grita y cierra la puerta, intento alcanzar la manecilla pero ya era muy tarde, ya tenía llave del otro lado así que intento usar mi cuerpo para tirarla. 

Una, dos, tres veces y mi hombro comienza a dolerme, cuatro veces y Calle comienza a hablarme pero no la escucho y comienzo a usar las piernas, 5, 6, 7, 8, Calle me toma de los hombros y me giro a verla.

—Estás haciendo ruido. —Me dice temerosa. —Estás haciendo mucho ruido. —Ella estaba demasiado atemorizada. 

Y ella tenía razón con lo del ruido, es lo primero que le enseñé... Pero teníamos que salir de aquí. Mierda... Ella sabía que yo estaba alterada, yo estaba atemorizada, no habíamos llegado hasta aquí para esto. 

Entonces me imaginé su y mi muerte.

TATATA TATATATA 

¿Será rápida?

TATATAT TATA

Ni si quiera teníamos armas, ni si quiera estaba mi silenciador, ni una navaja ni nada. 

Don't Lie [Caché]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora