Don't Lie [Caché]

Riverside

Los árboles aumentaron mucho. Llevamos días caminando demasiadas horas y lo que más puedo notar es que los árboles aumentaron. Nos hemos escondido porque vemos pasar grupos de infectados e incluso tuvimos que combatir un par. Lo que menos queremos es acabarnos la munición, pero a veces es  imposible no usarlas. 

He matado 8 infectados. 

Acampamos improvisadamente en tiendas o casas que encontrábamos y podíamos guiarnos gracias que encontramos un mapa en una tienda de souvenirs en el camino. En la misma tienda encontré collares con piedras o cristales, tomé un collar de una turmalina negra. A veces necesitamos aferrarnos a algo para sentirnos seguros. La turmalina me protegía de malas energías. 

Al frente iban Poché y Johan quienes a veces se detenían para hacer anotaciones en el mapa y consultarse el uno con el otro. Al verlos hablarse y consultarse así me daba orgullo o emoción, también otro tipo de placer porque Seamus también lo notaba. Estaba segura.

Seamus iba detrás con Carlos y a mi lado iba Julián, el cual debo mencionar porque ha sido nuestro héroe estos días, se nos estaba acabando la comida y él decidió ir a cazar, resultó siendo muy bueno y terminó trayéndonos animales para que pudiéramos comer.  

—Tenemos que llegar aquí. —Escuché decir a Johan una vez nos detuvimos. —Porque parece que hay un camino marcado para llegar a pie hacia la represa. —Yo aprovechaba para ver a mi alrededor.

El pueblo se había convertido en una jungla y lo único que podíamos diferenciar eran los restos de carretera y autos que habían sido devorados por la naturaleza, las raíces habían roto grandes partes del concreto e incluso de algunas casas, parecía como si estos pueblos ya hubiesen tenido estos problemas incluso antes de la pandemia.

—Acabo de notar que podríamos cortar el camino hacia la Universidad de Doncaster. —Agregó Poché. —Solo hay que pasar al otro lado de la represa, por sus instalaciones. —Estaban juntos.

Continuamos. Cuando la noche cayó Johan nos pidió que continuáramos, que faltaba poco y así lo hicimos con la ansiedad sobre nuestras espaldas de pasar la salvaje noche expuestos a encontrarnos con una horda de infectados que no vimos venir. Luego de un par de horas la semi carretera que estábamos siguiendo se termina, un camión volteado y troncos de árboles. A su lado hay un letrero grafiteado del que se puede entender "Doncaster". Poché y Johan sacan el mapa de nuevo. 

—Creo que aquí es. —Dice Johan. —Y a nuestra derecha tiene que estar la entrada. —Todos se giran y se ilumina un marco de madera muy grande que nos invita a atravesarlo, el cual tiene un letrero encima. 

—Era una reserva nacional. —Digo. 

Luego de un rato más caminando logramos escuchar una corriente de agua, todos estamos emocionados. Teníamos que escalar algunos peldaños de piedras enormes, también cruzamos un río corto, no era hondo. Luego de seguir subiendo por el bosque logramos llegar a la represa. Era bastante amplia, podíamos ver cómo el agua pasaba por las orillas de la represa hacia abajo formando un gran río. Habían una habitación con un peldaño grande de cemento del otro lado de la represa, podíamos nadar para atravesarlo. La luz de la luna le daba un toque bastante dramático al agua. Había más iluminación aquí arriba, gracias a Dios.

—¡Qué buenos guías! —Habló Julián muy feliz. —Moría de sed. —Se agacha a la orilla de nuestro peldaño y comienza a tomar agua con las manos. No podía negarlo, yo también moría de sed. Copié su acción y escuché a Poché reírse, pero se puso a mi lado agachándose con nosotros. 

El resto fue más normal y tomaron sus botellas para llenarlas con agua y beberlas, excepto Carlos.

Entonces me doy cuenta que Carlos no ha hablado casi nada durante el día ni que ha intentado tomar el liderazgo, lo cual me preocupó. La iluminación que reflejaba el agua le alumbró el rostro y pude notar que estaba sudando demasiado y se miraba pálido.