Oscura Noche

Capítulo treinta y tres.

¿Quién diablos era Luciano Sartore?

Sí, sabía que era un ángel caído y era uno importante, ya que se había presentado en la casa con otros dos como protección. También sabía que papá estaba planeando algo en su contra, porque si tuviera otro motivo no hubiera llamado a Piero, su fiel seguidor y perro faldero.

— ¿Quién es Luciano Sartore? — pregunté a Jeremiah regresándole la fotografía

—El líder de los ángeles caídos y tu padre— respondió tranquilo

¿Mi padre? Debía de ser una broma.

—Él no es mi padre— estaba en negación

—Lo es. Es tu verdadero padre— insistió

— ¿Cómo lo sabes?

—El día que mamá murió— respiró profundo —antes que todo pasará vino y me confió información muy importante, me hizo prometer que no le diría nada a nadie, entre esa información me dijo eso, junto con esta foto— era algo típico de mamá

—Esto no puede ser nada bueno— soné desesperada.

—Tranquila— se paró a abrazarme —la guerra es más pronto de lo que imaginas

—No sé como mamá pudo acceder a hacer algo así.

—Ella confió en que estaba haciendo lo correcto nunca pensó que llegaría tan lejos. Nunca supo que papá había tenido que ver en tu concepción, le dio una pócima para que no recordara nada. Tiempo después lo supo

— ¿Cómo lo sabes?

—Lo descubrí hace tiempo.

— ¿Él siempre supo que no era su hija? — me senté en la cama

—Sí

— ¿Y por qué no me mató cuando tuvo la oportunidad?

—Eso no le convenía— se sentó a un lado de mí —porque sabe que su única opción para ganar eres tú. Es por eso que te estuvo buscando por mucho tiempo, porque eres la única que lo puede ayudar.

—Es una lástima, porque no lo ayudaré. Él no se merece que lo llame padre, porque en realidad nunca lo fue. En un principio quería que hiciera lo que él quería, lo cual no consiguió, quería que me casara con Dante, para sí tenerme cerca y poderme controlar, ahora querrá que lo ayude con esto, pero no lo haré. Lo ayudaré pero a dirigir a su propia destrucción— mi voz sonó con resentimiento y odio.

— ¿Sabes si Sartore regresará? —arqueó una ceja

—Sí, mañana.

—Entonces mañana estaremos listos, para capturar a los ángeles caídos y que nos digan lo que saben. Esto tiene que ser antes que Piero y los demás intenten hacer algo. Porque estoy seguro que ellos piensan atacarlo mañana, mientras esté platicando con papá.

—A partir de mañana comenzará nuestro apocalipsis— sonreí

Esa misma noche Jeremiah fue con Lombardo para comentarle todo lo sucedido y para que estuviera preparado. A mí me dejó vigilando en la casa por si había algo extraño se lo comunicara por medio de un mensaje mágico. Desde mi escondite veía como los fieles seguidores entraban y salían del despacho. Quería saber lo que les decía dentro del despacho. Vi como Dante salió de la oficina y se fue de la casa por la puerta principal. Con un hechizo de transformación tomé su apariencia física, hasta el tono de su voz, me armé de valor y entré a la oficina, donde estaban los demás vampiros.

—Todo bajo control— dije. Es una sus típicas frases después de hacer el trabajo que mi padre le dejó.

— ¿Cómo es que regresaste tan rápido? — preguntó Argus

—Nunca dudes de mis capacidades— respondí

— ¿Qué fue lo que dijeron los vampiros? —Preguntó mi padre

Así que a eso fue Dante, mi padre debió mandarlo con los vampiros de la orden para decirles que estuvieran listos para mañana.

—Que están de nuestro lado.

—Muy bien— asintió mirándome —Recuerden que mañana será el día en que atacaremos. Cuando Luciano Sartore esté en la oficina será capturado, dejando a los ángeles caídos sin su líder y si muere no les quedará más que hacer lo que yo les diga.

Planeaba matarlo, para tener el control sobre ellos.

— ¿Qué pasará con Mary Elizabeth? — se me ocurrió preguntar,

—Ella tendrá el mismo destino que su padre, morirá. Ella es una amenaza, para todos. Si a los ángeles se les ocurre sacrificarla quedaran liberados y si ella se le ocurre sacrificarse todo se arruinara, así que no me queda más que matarla, frente a todos para que no haga nada estúpido y tener el control sobre todo. Como siempre lo he buscando.

¿Cómo supo si se supone que no sabía lo que decía el libro?

Eran los planes de papá, así que tenía que decirle a Jeremiah

—Retírense y estén alertas.

Al salir de la oficina vi como los demás se iban, yo desaparecí de su vista y me fui a la habitación de Jeremiah esperando que ya estuviera ahí, pero no había nadie. Le mandé un mensaje mágico que decía:

Urgente

A los segundos aparecí en casa de Lombardo. Mi hermano me transportó a ese lugar.

— ¿Qué es lo que pasa? — preguntó preocupado

—Papá planea matar a Sartore— respondí sin preámbulos

— ¡Qué! ¿Cómo lo sabes? — estaba sentado en uno de los sillones de Lombardo