Oscura Noche

Capítulo veinte

Estábamos en mi recámara platicando Alyssa y yo. Stephano no estaba, salió con Gonzalo, pero no sabía a qué lugar fueron, no me quiso decir. Tenía estrictamente prohibido salir de la casa. No querían que me vieran en la calle, ya que me podían llevar a la fuerza. Si quería salir tendría que ser en compañía de Gonzalo o Stephano.

—Alyssa, quiero que me ayudes a salir de la casa sin que Stephano se entere— dije al mirarla fijamente.

— ¿Qué es lo que piensas hacer? — preguntó muy tranquila

—Tengo que ir a la mansión Fiore— respondí decidida.

—Estás loca, si se entera que te ayudé a hacerlo, él me matará —reaccionó exaltada.

—Por favor. Eres la única con la que puedo contar— sonó casi como una súplica

— ¿Para qué quieres ir a casa de tu padre?

—Tengo que ir por el libro— solté la bomba

— ¿Sabes donde esta? — estaba sorprendida

—Sí. Los planes de papá no son buenos. Necesito entrar a la casa, Alyssa y recuperar el libro, sin que papá o Dante sepan que estoy ahí.

— ¿Sabes algo acerca de los planes?

—Cuando recordé donde estaba el libro, también pude recordar algo que Dante me dijo

— ¿Qué?

—Con ese libro pretenden gobernar a los ángeles caídos, ellos saben que son muchos y teniéndolos bajo su control papá puede hacer lo que él quiera. Atrapando a los ángeles, los nefilims caerán junto con ellos.

— ¿Y cómo planeas entrar?

—Con magia, pienso utilizar un hechizo de transportación ¿Por qué?

—No entiendo— reaccionó confundida — ¿Cómo pretendes que te ayude a salir?

—Quiero que me cubras en el tiempo que esté fuera, por si Stephano llega o quiere hablar conmigo, ¿me ayudarás?

—Está bien, te ayudaré— sonrió — ¿Cuándo lo harás?

—Quiero hacerlo lo antes posible— exhalé —necesito tener de nuevo ese libro en mis manos, para recordar qué es lo que dice y por qué soy tan importante para ambos.

— ¿Quieres hacerlo hoy?

—Sí, entre más pronto mejor

—Si llega Stephano ¿Qué le digo?

—Que estoy cansada, que no me siento bien o algo así. Invéntale algo, pero por nada del mundo puedes decirle la verdad.

—Está bien— sonrió preocupada

Respiré profundo, me concentré en el lugar al cual quería ir. Tenía que ser esa habitación en particular, porque si llegaba a otro lugar de la casa estaba perdida.

Cerré los ojos y chasqueé los dedos, pero seguía aún en la habitación.

— ¿Qué pasa? ¿Por qué sigues aquí? — reaccionó confundida

—No lo sé— yo estaba más confundida

— ¿Segura que puedes hacer esto?

—Sí, ya lo he hecho antes.

— ¿Entonces?

—No lo sé

—Prueba con otro lugar aquí en la casa.

Me concentré en la sala de estar. Cerré mis ojos y troné los dedos. Al abrirlos aparecí en la sala. Veía como Aly venía bajando las escaleras.

— ¿Qué es lo que pasó? — preguntó al acercarse

Me puse a pensar, fue cuando recordé algo que mamá me había dicho.

—La casa tiene un hechizo anti traslado.

— ¿Qué?

—Sí, recuerdo que una vez mamá me lo comentó, mi padre se lo puso para evitar que Jerome, Jeremiah y yo escapáramos con un hechizo.

— ¿Conoces el anti hechizo?

—No, nunca me lo dijo y nunca lo descubrí. Cuando nos escapamos lo hacíamos a la manera tradicional y como simples adolescentes sin magia, escabulléndonos por la ventana— me reí.

— ¿Entonces, qué piensas hacer? — arqueó una ceja.

—Como no puedo aparecer en la casa, tendré que hacerlo a la manera tradicional.

— ¿Brincarás la barda y entrarás a hurtadillas?

—Sí. Ya lo he hecho antes, no creo que sea tan complicado. Me apareceré afuera de la casa y entraré sin que nadie me vea.

—Está bien, pero así será más riesgoso.

—Todo estará bien, no te preocupes, regresaré a casa con el libro en 30 minutos— dije muy segura.

— ¿Y si no regresas en ese tiempo? — preguntó preocupada

—Preocúpate y dile a Stephano todo

Ella abrió los ojos como platos

— ¡Qué! — fue lo último que escuché de ella antes de desaparecer de la habitación.