☘️C:29 T:1☘️

348 20 3
                                    

Lara

Este mes que he estado en el hospital es un desastre.

Al parecer acceder a que me quiten mis poderes me hace una simple chica devil.

Jason esta a un cuarto mio, ahora estoy escapandome de mi habitación a la de el.

Abro mi puerta y no hay nadie, aprovecho y salgo corriendo.

Tengo una pijama, cómoda en verdad, estar en hospitales privados tiene cosas buenas.

En silencio entro al cuarto de Jason, me quedo estática, me quería reír pero como buena amiga no lo hago.

—¿Que...?

—¡Lara! ¡Por dios toca! —saco su mano.

Cierro la puerta y me empiezo a cagar de risa, una enfermera me vio y solo la saludé, no muchos me conocen y agradezco eso.

—¡Dios! Jason, ¿enserio? —pregunte, respiro intentando calmarme pero la risa sigue ahi.

—Ja. Ja. Ja. ¡Que graciosa eres, eh! —dijo y se sentó en su cama.

—En vez de que yo entrara pudo ser la doctora que te atiende, ver como uno de sus pacientes mete su mano en una pecera para tocar a un pez —dije y rei—. Muy casual, eh —lo miro sarcásticamente.

—Sabes que la ultima vez que toque uno ese estaba muerto —dijo e hizo una cara triste.

Me acerque a el, me senté a su lado y vi su teléfono, ¿por qué a él no se lo quitan? A mí solo me dan mi teléfono cuatro horas al día...

—Por dios, ese día fue muy malo para ti.

El chasqueo su lengua.

—Pues claro, murió mi pez y fue por que le quise dar refresco.

Solté una risa mientras dejaba caer mi cabeza en su hombro.

—¿Quien le da refresco a un pez? —pregunte viendolo y el solo volteo a ver la pecera.

—Tenía 6, no sabia —dijo y se intento defender.

—A los 6 ya sabias escribir, pudiste buscar en Google —me burle.

—Sabes que aprendí a escribir a los 7 —dijo y se pone serio.

—Ya bueno —dijo y respiro ondo, me senté bien y me tape con su sabana—. Y... ¿Como te sientes?

—Pues bien... ¿Y tú?

El me sonrió y me dejó un beso en la frente.

—Bien... Por ser invisible puedo curar un poco mas rápido —sonrió.

—Si.... ¿Te puedo hacer una pregunta? —dije y crucé mis pies.

—Claro, dime —me dijo y asentí nerviosa.

—¿Tu recuerdas aun a Noah...?

—¿Noah? Mhm... —se acomodo el pelo—. No que yo recuerde, ¿por que? —me miró y yo solo negué haciendo una mueca.

—No, por nada...

Si se fue.

—Lo que si... Es que recorde ese nombre, pero no conozco a ningún Noah.

—Bueno, cuando regresemos a la escuela, ¿como le haras? —me pregunto y yo lo miré.

—¿Que? Oh pues no se, creo que lo de siempre; ir, clases, comer, clases y luego a mi casa...

—No de eso, tarada, de que te llaman mentirosa y eso... —me explicó.

—No lo había pensado... —murmure viéndolo.

Superheroicos ■Tu Y Comodin■ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora