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Lara

Sono la alarma, la tonta alarma, avisándome que tengo que ir a la escuela y posiblemente todos me ignoren.

Tengo que buscar más información, no llevaré a mis únicos dos amigos que en verdad me han apoyado.

Hoy es 11 de febrero, martes, el viernes seria la fiesta y el baile de disfraces.

Me arregle; mi falda, mi blusa de mangas largas, mi suéter de la escuela, mis calcetines largos color negros y mis zapatos de meter.

Fui al baño, me lave la cara, los dientes y me puse un poco de maquillaje, no me gusta mucho pero me veo hermosa, más hermosa de lo que soy.

Me hice media coleta, mis mechones que crecieron afuera y mi típico listón.

Guarde mi telefono, audífonos, cargador, dinero, mi tarea que hice en la escuela para no hacerla hoy.

Vi el anillo que lo tenia en una cajita... No lo e usado desde que "supuestamente" me quitaron los poderes... Si pude parar la taza, empujar a las personas sin tocarlas. ¿Tendré telekinesis? ¿O solo es mi imaginación?

Negué riendo, no es mi imaginación.

Me termine de arreglar, me desperté antes, quiero ir caminando a la escuela.

Abrí la puerta y vi que Anita estaba apunto de abrirla.

—Hola, An —la salude pasando a su lado.

—Lara... Te despertaste antes —me dijo observándome.

¿No les conté antes? Creo que se me olvidó, el punto es que yo tardo mucho en despertarme, y cuando me levantan es cuando siento que mi cama fuese lo más cómodo del mundo.

—Si —dije bajando.

No me gusta hablar, ella cree que soy un vaso de cristal que se puede romper.

Anita bajo detrás de mi, comí una manzana sintiendo su mirada en mi.

—Ya viene Mar...

Fui a la cocina y tire lo que me sobró de la manzana en un bote

—Si... Hablando de eso, hoy ire caminando —le dije agarrando mis cosas.

—Marcus se ofreció, si lo dices por Missy.... Creo que dejo primero a Missy —escuche un suspiro de Anita, se que ella tampoco quiere que estemos así.

—Más razón para ir caminando, va a dar dos vueltas, gastara gasolina, gasta dinero y contamina el aire con el humo que sale del coche —explique agarrando mi teléfono.

—El vendrá y punto —me dijo y yo solo no le di más pelea.

Estaba adormilada, el extremadamente raro sueño que tuve no me había dejado dormir.

Me senté en una silla esperando a que viniera por mi.

—¿Por que no puedes estar un día sin el teléfono? —me pregunto.

—Si puedo, pero desde que se crearon, son un medio de comunicación, además, no tendrás algo para rastrearme y eso me convendría a mi, pero tú me lo das —le dije, al final bromee.

—Lara, entiende, todo lo que hago yo o los demas, lo hacemos para protegerte, desde lo de Airen... No queremos que te pase lo mismo —hablo y solté una risa.

—¿Regañando me por cualquier cosa? ¿Prohibiendome hacer algo? ¿Exigiendome más en el entrenamiento? —le pregunte aun viendo el teléfono.

—Para que veas el mundo real, los peligros, más cuando eres mujer.

Superheroicos ■Tu Y Comodin■ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora