—Aquí es— Chenle estacionó la camioneta frente a un edificio futurista que abarcaba un enorme espacio en la calle, tuve que estirar el cuello para alcanzar a ver su altura a través de la ventanilla de la camioneta.
— Es inmenso— farfullé asombrado.
Ambos bajamos del vehículo, yo mirando aún la fachada de aquel edificio pintado de color salmón, el cual tenía fuentes y jardines en el exterior. Me pareció como algún estudio de Disney, sólo que más moderno.
—Vamos, no queremos llegar tarde— Lele me arrastró hacia el interior, en donde la suela de mis converse rechinaron sobre el piso recién encerado.
Nos acercamos a la recepcionista, quien con una sonrisa amable nos dio las buenas tardes.
—Hola, tenemos una cita con la señorita Park, es para las fotos de la presentación de Thomas Blunt— explicó Chenle con todo ese profesionalismo que usaba en el trabajo.
—Oh, claro— dijo la señorita—. Por ese pasillo la tercera puerta— señaló a su derecha.
—Gracias— le sonrió a la recepcionista y me hizo seguirlo hasta donde nos había indicado.
Al ver los cuadros en la pared y las placas en las distintas puertas, me percaté de que este no era sólo un lugar en donde se editaba la revista más vendida de la ciudad, sino que había muchas más personas dedicadas al arte en distintos aspectos de las que pensaba.
Paré cuando Chenle también lo hizo. La secretaria que se encontraba afuera de la tercera puerta acomodaba unos papeles en un folder.
—Buenas tardes, tenemos una cita con la señora Park— informó Chenle y la pelirroja, Lisa, según decía su gafete de identificación, lo miró.
—¿Son las fotos de Thomas?
—Sí.
—Oh, tomen asiento, en seguida los atiende— nos invitó a acomodarnos en el sillón de cuero negro que se recargaba sobre la pared paralela.
—Gracias.
Nos fuimos a sentar y oí cómo el cuero rechinó cuando dejamos caer nuestro peso. Chenle miraba hacía el otro pasillo, que cruzaba perpendicular con el que estábamos nosotros.
—¿A quién buscas?— bromeé de lo mucho que lo miraba.
—¿Eh?— me miró— A nadie, espera un segundo, en seguida vuelvo. Si nos llaman, métete sin mí— se paró del sofá, tomando entre sus manos una carpeta azul que sacó de su valija, y caminando hasta donde tanto miraba lo perdí de vista a los pocos segundos.
Chenle a veces podría llegar a ser muy extraño.
Suspiré allí, hundido en el cuero negro del sofá, aburrido. Mi mente no dejaba de rondar en torno al país lejano.
Observé a Lisa musitar algo en el teléfono y luego lo colgó. Me miró.
—Pasa— me sonrió.
¿A dónde había ido Chenle? Suspiré de nuevo y tomé las fotografías que estaban a mi lado. Ne encaminé hasta la oficina de la señora Park, la editora, y abrí la puerta con algo de recelo. Repentinamente sin Chenle no me sentía tan seguro de algo que ya había hecho centenar de veces.
Tras el escritorio de roble había una señora de pelo cobrizo, enrulado hasta los hombros. Los ojos remarcados con lápiz negro y los labios pintados de un rosa pálido. Las arrugas en su piel se hicieron más notorias cuando esbozó una sonrisa.
—Pasa, corazón— dijo amablemente—. ¿Dónde está el señor Zhong?— preguntó al notar que venía solo.
—Eso me pregunto yo. Salió casi corriendo hacia el pasillo contiguo— me encogí de hombros y ella rió.
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Manual de lo prohibido {Norenmin}
FanfictionFalso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueño del único que cualquier otra persona en mi situación rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, ac...