Capitolo 11

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Hasta pronto, Mark.

Cuando lo vi introducirse a su departamento me giré a mirar a Jeno, quien seguía parado allí, de brazos cruzados y mirándome.

—¿Decidiste hacerle caso a Jaemin?— bromeó.

—¿Qué?— inquirí confundido.

Se separó de la puerta cuando yo me dirigí para abrirla.

—Sí, eso de buscarte pareja— habló de un modo en el que la broma ya no le salió como tal. En el momento en el que lo dijo exploté en estruendosas carcajadas.

—Sólo salí a tomar un café con mi vecino para conocerlo mejor— expliqué—. Eso no tiene nada que ver con los planes macabros de Jaemin.

Él río.

—¿Con que son macabros? Se lo voy a decir, te acusaré— bromeó divertido.

—No hace falta, él lo sabe— abrí la puerta y Jeno se introdujo detrás de mí—. ¿Sabes que Jaemin no llega hasta las ocho, verdad?- dije sarcástico.

—Lo sé, pero es que no tengo mucho que hacer y es mejor pasar el rato aquí mientras lo espero.

—Bueno, es agradable tenerte aquí mientras que llega— pensé... esperen, esperen, no lo pensé. ¿Lo dije?

—Gracias, qué lindo— en ese momento di gracias de encontrarme de espaldas puesto que todo el color se me subió al rostro—. Mañana saldremos todos, así podrás conocer a mi hermano, Jisung, ¿lo recuerdas?— dijo totalmente ajeno al caos que se estaba formando en mi interior debido a sus palabras.

—Emm... sí, estoy emocionado— farfullé.

—Jisung también.

Así, planeamos lo que sería el día de mañana. Descubrí que estar a su lado cada vez era más cómodo y magnífico. Él tenía ese raro poder para maravillarme, dejarme sin habla o adivinarme los pensamientos a veces; era simplemente sensacional y la fierecilla se regocijaba llena de felicidad. Pero eso era sólo hasta que llegaba Jaemin, porque luego, al verlos reírse el uno con el otro y llamarse «amor», ésta empezaba a incomodarse y me hacía salir de la escena cursi que no queríamos ver ni ella ni yo. Porque empezaba a resultarme drásticamente incómoda.

|🌹💥❤️‍🩹|

—¡Bestia, arriba!— Jaemin tenía la costumbre de despertarme con golpes en la puerta. Por cosas como estas era lindo que se fuera a trabajar.

Balbuceé entre la almohada y luego comprendí que los molestos golpes en la puerta no pararían hasta que Jaemin me viera con los ojos abiertos. Me llevé los puños a los ojos y comencé a frotarlos para desemperezarme, dejando salir un largo bostezo. Finalmente me levanté con pereza y abrí la puerta, viendo cómo Jaemin estaba en la cocina buscando algo en el refrigerador. Me miró.

—Ponte algo lindo, algo verde, a Jisung le gusta el verde— dijo.

—Estás loco— me di la me di vuelta para vestirme.

—Si quieres gustarle a Jisung escucha mis consejos— gritó desde la cocina.

—No quiero gustarle a Jisung, ¡ni siquiera lo conozco!— me quejé, saliendo de nuevo de mi habitación. Estaba increíblemente asombrado del esfuerzo de Jaemin por emparejarme.

—Sólo vístete, ¿quieres? Ellos llegarán en cualquier momento.

—Eres perverso— lo fulminé con la mirada.

—Pero así me quieres— me sacó la lengua y no pude evitar reír.

—Tonto— volví a entrar a mi habitación.

Me vestí con una sudadera roja y con unos jeans, sólo por llevarle la contraria a Jaemin. A los pocos minutos, cuando oí el timbre sonar, la fierecilla empezó a saltar de un lado a otro cantando el nombre de Jeno.

Salí de mi habitación al oír el murmullo de las voces y, allí junto al ángel de oro, reposaba un chico. No era tan parecido a Jeno. Su cabello era negro y ligeramente desacomodado y su piel, casi del color de la de su hermano, hacía lucir sus ojos cafés. Cuando me sonrió sus pómulos se le elevaron notablemente.

—Hola— musité.

—Renjun, mira, él es Jisung— me dijo Jaemin, empujándome con el codo hacia el par de hermanos.

Extendí la mano para saludarle y él respondió mi saludo.

—Hola— me dijo.

No estaba muy seguro pero sentía dentro de mí que mi atención estaba dividida en dos partes. Una estaba atenta a Jisung, pero la otra hacía que inconscientemente estuviese atento a Jeno. Seguro la fierecilla estaba dentro de la segunda.

—Bueno, ya que se conocieron, ¿a dónde vamos a ir?— preguntó Jaemin.

—¿Quieren desayunar en...?— la voz de Jeno habló e inmediatamente y sin ser consciente me perdí en ella.

Dejé de oír la conversación que tenían los tres, de hecho, mis ojos estaban tercos y habían dejado a mis otros sentidos inactivos, ya que ellos se aferraban a mantener la vista en Jeno.

No me di cuenta cuando los labios de los demás dejaron de moverse hasta que todos posaron su vista en mí. ¡Reacciona! Me ordenó una voz en mi cabeza. Entonces mis sentidos comenzaron a activarse de nuevo.

—¡Renjun!me sacudió Jaemin.

—¿Eh?— musité terriblemente desconcertado.

— Que si quieres desayunar pizza.

—Amm... ¿sí?

¿Cuánto tiempo me habían estado hablando?

—Vamos entonces— concluyó Jeno.

Nos dirigimos en el Hybrid de Jeno a un pequeño local de pizza que desprendía el aroma a salsa abarcando alrededor de unos tres metros y medio a la redonda. Nos sentamos en una mesa, Jeno y Jaemin en un lado y Jisung y yo en el otro.

—Pidamos la pizza típica para que Renjun pueda probarla. Apuesto a que jamás has probado una hecha en Italia.

—Eso es obvio, Jaemin, ya sabes que no, jamás había venido a Italia— dije riendo.

Luego de unos minutos la pizza estaba servida enfrente de nosotros. El olor a queso y salsa se desprendía en cada movimiento mínimo de la pizza. Me sirvieron dos rebanadas que inmediatamente me comí, sabía delicioso. Mientras, intercambiábamos la típica información de los que recién se conocen.

Yo miraba a Jeno sólo cuando nadie me observaba a mí, evitando ser descubierto mientras apreciaba cada gesto que hacía y cada palabra proveniente de sus labios. Él era hermoso a su propia manera y ni siquiera se daba cuenta de eso.

|🌹💥❤️‍🩹|

Al terminar fuimos a caminar a uno de los tantos canales. A la fierecilla no le gustó para nada que Jaemin y Jeno se adelantaran, dejándonos atrás. Miré la unión de sus manos y la compatibilidad entre ambos, era como si estuvieran hechos el uno para el otro. Las sonrisas entre ambos, las miradas, sus gestos, su aspecto; todo era como si al juntarlos formaran un equilibrio, el Ying y el Yang. Algo golpeó en mi estómago, se sintió como si dentro hubieran tirado una piedrita a alguna de sus paredes. Como cuando un bebé patea, pero no en esa forma tierna.

—Renjun...— Jisung musitó mi nombre y me giré a mirarlo—. Eres muy distraído, ¿no?— rió.

—¿Disculpa?

—Te llamé como tres veces y parecía como si estuvieses en tu propio mundo.

—Oh, sí, perdóname— gesticulé con la mano.

—¿Piensas en algo acerca de ellos?— hizo un movimiento con la cabeza hacia su hermano y mi mejor amigo. Espera, ¿qué?








Soy un desastre, lo sé🤡
Llevo bastante tiempo queriendo hacer un banner (dije que lo haría hace varias semanas) y aún no lo he hecho porque los estudios me están matando lentamente🥺

Creo que haré el banner en las vacaciones de navidad, pero mientras disfrutad de esta nota así de cutre :(💜

Manual de lo prohibido   {Norenmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora