Capitolo 40

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No conseguía cerrar los párpados después de esa noche. Daba vueltas y vueltas en mi cama a la una de la madrugada; apenas había pasado una hora y media desde que habíamos llegado al departamento. Exhalé agobiado y me levanté a por un vaso de leche para ver si así conseguía que Morfeo se compadeciera de mí.

Serví el líquido blanco en un vaso y tras darle un sorbo escuché un murmullo en la habitación de Jaemin. Curioso me acerqué a su puerta, con paso sigiloso, posiblemente estaba hablando dormido. Cuando estuve detrás de la puerta alcancé a percibir su voz perfectamente sobria, sin atisbo alguno de somnolencia. Hablaba con alguien, pero, ¿a estas horas? ¿Con quién? Agudicé mi oído queriendo encontrarle sentido a su constante murmullo.

—Es que no sé que pasa, Jisung. Siento que no va muy bien...

¿Jisung? ¿Estaba hablando con Jisung? ¿Qué era lo que no iba bien? ¿No sabía qué cosa?

Las preguntas comenzaron a formularse en mi cabeza por sí solas pero decidí mejor darle privacidad, pues esperaba que me lo contara mañana. A fin de cuentas era su mejor amigo, ¿no?

[..]

Los delicados rayos de sol que apenas se colaban por mi ventana iluminaron lo suficiente mi habitación como para hacer que me despertara. Me revolví entre las sábanas al mirar la hora abrí por completo los ojos, iban a ser las once de la mañana. Me estiré haciendo que un montón de huesos me tronaran, bostezando a continuación.

Conseguí levantarme perezosamente y salí de la habitación. Grande fue mi sorpresa al ver a Jaemin allí, sentado en la cocina desayunando.

—¿No trabajas hoy?— le pregunté confundido.

—No, el señor Vittore me dio el día para prepararme para el viaje— contestó levantando su plato del pretil.

—Es verdad, lo olvidé— musité un tanto confundido. Esta vez Jaemin no había decidido despertarme con esos molestos golpes en la puerta como de costumbre—. ¿Qué desayunamos?— le pregunté para no pensar en lo anterior.

—Lo siento, yo ya desayuné— me miró—. Tenía mucha hambre, además tú estabas dormido y no quise despertarte.

Eso sí que era raro. Sin embargo, traté de ocultar mi expresión de desconcierto.

—Oh, bueno, no te preocupes— musité.

—Saldré un rato, iré a comprar algunas cosas que me faltan para el viaje— me avisó retirándose de la cocina.

—¿Irás solo?— quise saber.

—Sí, es que tengo que hacer miles de paradas, ya sabes— se encogió de hombros y luego entró al baño para lavarse los dientes.

—Claro— murmuré distraído. Sabía muy bien cuando Jaemin quería estar solo.

Entonces fue que recordé la conversación que tuvo anoche con Jisung. Él parecía no tener intención de no decirme nada así que traté de ser sutil para lograr que hablara aunque fuese un poco. Oí cómo cerró el grifo del agua y lo vi salir del baño.

—Anoche no pude dormir— tanteé el terreno—. Me costaba cerrar los ojos— bromeé esperando a que él hiciera un comentario parecido.

—Oh, yo creí que serías el primero en caer como piedra a la cama, siempre te cansas mucho— dijo buscando ahora su bolsa.

—Sí, pero no logré conciliar el sueño hasta las dos de la mañana— insistí.

—Qué mal— fue todo lo que dijo, antes de que el silencio se hiciese presente al yo ya darme por vencido. Él no me contaría nada.

—¿A qué hora vendrás?— inquirí sintiéndome pésimo por la frialdad de la conversación.

Se encogió de hombros indiferente.

—Vendré a comer, no te preocupes— me sonrió débilmente—. Nos vemos más tarde— se dirigió a la puerta y salió por ella sin decir nada más.

Me quedé allí traspuesto mirando la puerta de madera que se encontraba cerrada, preguntándome qué era lo que ocurría con Jaemin, qué había hablado con Jisung para que estuviera actuando de esta forma y qué había visto exactamente él anoche.

Tras darle varias vueltas concluí que irme sería la mejor opción.

[...]

Me vestí dispuesto a salir. Necesitaba que alguien me escuchara y qué mejor que Donghyuck para ello. Garabateé en un papel una disculpa para Jaemin, no estaría para la comida, lo pegué en el refrigerador y salí por la misma puerta por la que él había salido hacía poco más de media hora.

Caminé hasta el laboratorio de fotografía de los Lee con la mirada dirigida hacia mis pies durante todo el camino. Sabía que estaba hiriendo a Jaemin. Aunque él no me dijera ni una palabra al respecto lo conocía bastante para saber que lo hacía; y eso era algo que no me podía permitir.

A los pocos minutos divisé el laboratorio al otro lado de la calle y corrí hacía él como si fuera una balsa a la que aferrarme en medio del inmenso océano en el que parecía estar hundiéndome cada vez más. Cuando entré y la oscuridad propia del lugar me acogió visualicé dos figuras al fondo.

—¿Hyuck?— pregunté.

Las figuras se movieron y cuando la escasa luz del exterior les dio en la cara reconocí a Mark a lado de Donghyuck. Ambos, al verme, abrieron los ojos de la sorpresa e intentaron arreglarse lo mejor posible sus ropas y cabellos algo alborotados.

—¿Mark?— inquirí confundido.

—Hola, Renjun— me dijeron los dos al unisón.

Mark me dio una pequeña sonrisa. Sus labios, al igual que los de Donghyuck estaban algo hinchados y rojos. Alcé una ceja y reí disimuladamente por el desastre que ambos eran en ese momento.

—Con razón ya no te veo— le hablé a Mark—. Espero que no hayas hecho nada aún indebido con Hyuck, es tan solo un bebé— bromeé e inmediatamente sus mejillas tomaron un color rosado claramente visible.

—Tenemos la misma edad— se quejó mi amigo haciendo un puchero.

Tanto Mark como yo reímos ante esto. Mark rodeó con sus brazos la cintura de Donghyuck y le dio un pequeño beso en la mejilla, a lo que este respondió con una pequeña risa.

Se veían felices, mucho. En ese momento hubiese querido estar así también con alguien, sin importar quien siempre que mi quisiera.

O eso decía mi cabeza, pues la fierecilla en el interior solo clamaba por un nombre, uno que yo debía olvidar lo antes posible si no quería que el océano me tragase antes de poder estar a salvo.







Bueno... este ha sido el final del mini maratón jejej. Subo esto para avisaros que puede que hasta el 24 no suba ningún capítulo, pues llegan las semanas de exámenes y estoy a full con todas las materias que debo estudiar que no tengo tiempo de editar.

Me despido hasta el 24, suerte a tod@s en cualquier meta que tengáis en las próximas semanas, y recordad, sois capaces de mucho más de lo que creéis💖

Manual de lo prohibido   {Norenmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora