Capitolo 4

415 62 2
                                    

El sueño abrumador me despertó, una pesadilla que me perló la mayor parte de la cara de un sudor frío y que me obligó a abrir los ojos casi tan precipitadamente como me paré. El horrible accidente que mis padres habían tenido se había proyectado esa noche en mis sueños, otra vez.

Miré el reloj aún con los nervios a flor de piel. Eran las siete con cuarenta y dos minutos. Suspiré y me levanté de la cama. Había dormido con la misma ropa con la que había llegado así que me di una rápida ducha y luego me cambié.

Salí a la cocina. Jaemin aún no se despertaba así que me dio tiempo de prepararle algo. Cociné algo de pollo que tenía en su refrigerador. Pese a que Jaemin ahora viviese en Venecia y estar separados por un gran tiempo la vieja costumbre de comer pollo juntos nunca moriría.

¡Mmm! ¿Qué es eso que huele tan delicioso?— salió de su habitación directo hacía la cocina y luego me sonrió.

—Quise prepararte algo— le puse el plato en la mesa.

—¡Aaww! Es maravilloso tenerte aquí.

Ambos reímos y luego nos pusimos a ingerir todo lo que había salido de la sartén.

—¿Qué planes tienes para hoy?— me giré hacia él, mirándolo confundido.

—Creí que tú ibas a organizar mi agenda para hoy.

La gran sonrisa de la que él era dueño se expandió por su rostro.

—Sólo quise asegurarme de que no lo hubieses olvidado— rió de nuevo—.  Te llevaré por las mejores tiendas de videojuegos que jamás hayas visto— la emoción saltó a sus ojos.

—Genial— musité.

Videojuegos. No era una adicto de los apratos o algo por el estilo, por lo tanto nunca me emocionaba tanto ir de tienda en tienda hasta encontrar el juego perfecto para una noche; pero a Jaemin siempre le había gustado y tenía un excelente gusto en ellos. Cada vez que íbamos a alguna tienda, era él el que terminaba con bolsas en la mano y nos la pasábamos noches enteras jugando.

|🌹💥❤️‍🩹|

Hacía frío. Un gélido aire vagabundeaba por la atmósfera de Venecia mientras que mi mejor amigo y yo caminábamos por sus calles.

—¿Cómo pasó lo de Chaeyoung? Eso jamás lo supe— le miré extrañado—. Quiero decir, que nunca supe cómo la olvidaste.

—Oh, bueno, simplemente decidí superarla y ya— me encogí de hombros y me quedé mirando a través de una vitrina un hermoso abrigo café.

El reflejo de Jaemin se dibujó a mi lado en el vidrio y una repentina curiosidad vino a mí como una ola del mar.

—Dime, Jaemin. ¿Cómo conociste a Jeno?— musité sin mirar el rostro de él y fingiendo que observaba detenidamente el bello abrigo del aparador, estaba algo nervioso.

Algo definitivamente raro.

—En un café, un día lluvioso- suspiró como si de pronto volviera a ver el recuerdo nítido en su mente y se perdiera en él, entonces lo miré—. Se acercó y hablamos un poco, ¡él es tan gracioso!— suspiró—. Me contó que era de Corea, que allí había nacido y que había venido a Venecia por lo mismo que yo: olvidar amores del pasado. Sin embargo, hasta la fecha no me ha dicho qué fue lo que le pasó...— se perdió en sí mismo por unos segundos pero en seguida volvió a retomar el curso, animoso—. Luego de reírnos un rato me pidió mi número de teléfono y esa misma noche me llamó— sonrió—.  Sólo quería desearme buenas noches— suspiró teatralmente.

Manual de lo prohibido   {Norenmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora