Manual de lo prohibido {Norenmin}

Capitolo 14

Cuando llegamos Donghyuck tardó en salir. Estaba peleando con la máquina de impresión, de nuevo.

—¡Espera sólo un momento, Renjunnie!— gritaba desde atrás, mientras que yo no dejaba de reír. Pobre de él, esa máquina siempre le sacaba canas verdes.

Mark permaneció tranquilo, observando las cosas en el local, hasta que Donghyuck apareció por fin detrás del mostrador.

—¡Listo!— me mostró esa sonrisa que se expandía tierna sobre su rostro.

Cuando Donghyuck desvió la vista de mí, la posó en la única otra persona que estaba conmigo. Mark lo miraba embobado.

—Oh— musité—. Mark, él es Donghyuck— dije al interpelado—. Él es el chico del que tanto te he hablado. Hyuck, él es Mark, mi vecino.

La cara de Mark era de sorpresa, asombro y fascinación. En sus ojos existía un brillo que estaba seguro hace unos minutos no se encontraba allí.

— Ho- hola— balbuceó.

— Hola— respondió Donghyuck. Ambos se sonrieron y luego me dedicó su atención a mí—. ¿Fotos nuevas?— me preguntó entusiasmado.

— Ya lo sabes— reí e hicimos lo de siempre.

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Con el sol ya descendiendo, Mark y yo caminábamos hacía el edificio. Habíamos pasado prácticamente toda la tarde junto a Donghyuck. Él y Mark habían podido conocerse y saber más allá de la información que yo les había proporcionado anteriormente.

—Tu amigo es muy guapo— musitó ruborizado ligeramente—. Muy simpático, además.

—Creo que lo pude haber adivinado— reí y él enrojeció más, la piel de sus mejillas se pintó de color rojo.

—¿Por qué dices eso?— preguntó avergonzado.

—Una idea que me ha venido a la cabeza, no tiene absolutamente nada que ver con tu cara y cómo lo mirabas— comenté con sarcasmo.

—¿Tan obvio era?— hizo un mohín.

—Algo.

Ambos reímos.

—¡Mark!— dije de pronto. Creo que hasta le asusté por la forma en que me miró—. ¡Tú sabes italiano!

—Emm... sí— musitó sin comprender; y es que había cambiado de tema repentinamente.

—Dime qué significa...— hice memoria para acomodar las palabras en orden y tratar de pronunciarlas correctamente— "Che bella coppia che fate"

A lo mejor Jeno creía que ya se me había olvidado lo que el muchacho de la heladería nos dijo y que no me quiso traducir, pero para su mala suerte yo tenía muy buena memoria.

—Qué bella pareja que hacen— dijo Mark.

—¿Disculpa?

Mark rió.

—Eso significa.

Abrí los ojos ante lo poco lógico que era que me emparejaran a mí con Jeno. Luego me solté a reír de nuevo; no sabía si avergonzado o de verdad divertido.

—¿Por qué?— inquirió Mark.

—Porque... lo vi en la televisión, en una película. Quería saber qué significaba— inventé.

—Claro...— musitó no muy convencido.

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— Buenas noches, Jeno— dije fingiendo un bostezo.