Capitolo 24

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— Hola— me dijo.

— Hola— musité aún confundido.

— ¿Puedo pasar?— preguntó.

— Adelante— animó Jaemin esperando ver la escena que ya imaginaba.

Recordé las palabras de Jisung de esta mañana y me esforcé de verás por no sacarle provecho al asunto. Al menos no a propósito.

Mark condujo sus pies hasta quedar atrás de mí y luego yo cerré la puerta temiendo por lo que pudiera pasar a continuación.

— Ten. Es para ti— cuando le miré me extendió el ramo.

No quería, pero no pude evitarlo y miré por la colilla del ojo a Jeno, quien tenía un ceño ligeramente fruncido. Luego a Jaemin, quien con ojos como platos contemplaba la escena, ajeno a la expresión de su novio y completamente emocionado; como de esos niños que ven un espectáculo de navidad en primera fila y apenas pueden esperar para saludar al sujeto gordo vestido de Santa Claus.

— Gracias, Mark— dije tímido tomando el ramo.

— Te dije que lo haría y bueno, yo siempre cumplo— musitó.

Antes de que yo pudiera decirle algo, Jaemin habló, pero para decirle algo a Jeno.

— Oh, amor, eso me hizo recordar— dijo— Gracias por la rosa— besó su mejilla.

Jeno desconcertado, frunció el ceño.

— ¿Qué rosa?— preguntó.

Oh, oh. Pensé.

El corazón se me aceleró en un intento de explotar de nerviosismo y las manos desprendieron un poco de sudor frío.

— Eh, ¡Jeno!— dije adelantándome a la situación— La rosa que le dejaste a Jaemin ayer como disculpa porque no pudiste venir, ¿recuerdas?— rogaba para que Jeno me siguiera la corriente y también para que no se molestara conmigo.

Miré de reojo a Mark, quien sabiamente guardaba silencio y su rostro me decía que trataba de comprender lo que estaba sucediendo.

Los ojos de Jeno me miraron extraños, fue una mirada que no supe describir. Sus ojos me dijeron algo pero yo no lo entendí, estaba demasiado nervioso como para ponerme a descifrar el mensaje que me gritaban. Luego de un silencio, Jeno retiró su mirada de mí y le sonrió a Jaemin.

— Sí, ya recuerdo— musitó—. De nada.

Suspiré de alivio.

Después de eso, Jaemin volvió al ataque.

— Y Mark Lee, ¿a que se debe tan gran detalle con Renjunnie?— preguntó Jaemin, preparado quizá para la bulla.

— Emm...— tartamudeó.

— Porque somos excelentes amigos, ¿verdad, Mark?— interrumpí.

— Claro— dijo el interpelado.

— Chicos, les daremos privacidad. Mark y yo iremos a mi habitación— tomé su mano mientras que con la otra aun sostenía el ramo—. Vamos, Mark— lo llevé hasta mi cuarto mientras que este trataba de comprender mucho más todo lo que había ocurrido antes.

— No hagan cosas sucias, tampoco pueden hacer ruido, hay vecinos— musitó Jaemin burlándose y me dediqué a fulminarlo con la mirada, mientras que las mejillas de Mark se coloreaban de rojo. No pude evitar ver de nuevo al chico que sin querer entró a mi corazón. Aunque pude notar la mirada inquisidora de Jaemin que estaba a mis espaldas, la de un Jeno algo desconcertado también nos seguía, hasta que nos deshicimos de ambas al cerrar la puerta.

Manual de lo prohibido   {Norenmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora