Capitolo 17

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¡Hola! Pongo esta nota aquí al principio para avisar de que si no entendéis algo de lo que se dice en italiano he puesto un comentario con la traducción en aquello que creo que puede ser más complicado de entender. Dicho esto, disfrutad del capítulo :)


Abrí los ojos de par en par. Casi se me salían de las órbitas y Jeno, quien estaba a mi lado encaminando su paso con el mío, nos miró rápidamente. Íntegramente atento.

Eemm... en... el... amm...tartamudeé. Las miradas de ambos se posaban en mí y Jeno ni siquiera parpadeaba.

— ¿En quién?— volvió a preguntar Jeno.

Lo fulminé con la mirada queriendo taparle la boca en ese instante, las manos comenzaron a sudarme ante la posibilidad de quedar en evidencia.

— En... mi... amigo... que dejé en Corea— inventé.

— ¿Qué clase de amigo? Cualquiera podría enamorarse de un amigo— inquirió.

— Enamoramiento no, Mark— especifiqué de nuevo. Jeno sólo se mantenía en silencio pero atento— Y es... un amigo, amm... cercano y...— me estrujaba los sesos para poder seguir agregándole palabras a mi mentira— y... a un amigo también le gusta, entonces...

— Tienes miedo de perder la amistad de tu amigo por haberte fijado en el mismo chico que él— completó Mark.

— ¡Exacto!

— Bueno y, ¿quién se fijó primero en el chico?

— Él— musité con pesar.

— Pero tú ya te fuiste de Corea, ya no importa, ¿o sí?— dijo Jeno, quien había estado como una estatua hasta ahora.

— Eemm...— murmuré.

— Igual yo creo que deberías haber hablado con tu amigo en vez de especular tú solo las cosas y castigarte a ti mismo— interrumpió Mark—. Digo, no era su novio y él no era tu mejor amigo— se encogió de hombros.

Me solté a reír y ambos me miraron. Si Mark supiera a quién me refería ni siquiera habría dicho lo último.

— ¿Qué es gracioso?— preguntó Jeno.

— Nada, sólo que... nada— agité la mano restándole importancia.

— ¡Mira, Renjun!— me dijo Mark— ¿Ese lugar no te parece ideal para una fotografía?— apuntó hacía un edificio a lado de un canal que se extendía magnífico por el este.

— Qué buen gusto tienes Mark— concordé—. Creo que le tomaré una.

Saqué con la mano libre la cámara de mi bolso y luego me quedé en silencio y sin actuar, tímido porque Mark aún mantenía su mano atada a la mía.

— Mark, creo que Renjun necesita sus dos manos— farfulló Jeno.

— Oh, cierto. Discúlpame— enrojeció un poco y soltó mi mano, inmediatamente le pegó el aire gélido del medio día.

Le sonreí para a continuación apuntar el lente de la cámara hacía el monumento y sacar la fotografía.

¿Un fiore per il ragazzo carino?— musitó alguien detrás de mí.

Me giré y obtuve la imagen de una señora con un canasto de rosas rojas que le hablaba a Jeno mientras que Mark estaba distraído mirando las palomas.

Jeno me miró y luego me sonrió. Entonces miró de nuevo a la señora.

— ¿Quanto costa una?— preguntó.

Un euro— dijo la señora.

— Dammi uno.

Ella le acercó la canasta y Jeno escogió una rosa entre el puño. A continuación sacó del bolsillo de su pantalón una pequeña moneda.

Ecco— le dió la moneda y le sonrió.

Grazie bel giovane— dijo la señora y luego me sonrió a mí para después alejarse para seguir ofreciendo sus flores.

No había aprendido aún italiano, pero al menos, ya estaba un poco más familiarizado con las palabras y pude entender la conversación entre Jeno y la señora. Ella le había ofrecido una rosa, él le había comprado una. Simple. Seguro se la llevaría a Jaemin.

— Ten— me quedé en blanco.

— ¿Qué?— musité torpe.

— Es para ti— dijo como si hubiera adivinado mi pensamiento anterior.

— Gracias— tomé la flor entre mis manos y sentí que el rubor corrió por mis mejillas pintándolas, así que desvié mi rostro y miré a Mark, quien aún seguía entretenido observando el centenar de palomas que volaban en el cielo y otras que caminaban por el suelo de la plaza.

Alcé mi cámara y tomé una fotografía de su perfil justo en el momento exacto en que las palomas volaron. Una fotografía maravillosa.

Mark me miró.

— Hey, pudiste haberme avisado— yo reí.

— No, creo que saliste más lindo así.

Él se sonrojó de nuevo y bajó la mirada percibiendo así la flor en mi mano.

— ¿Y esa flor?— preguntó.

— Se la dí yo— dijo Jeno con más orgullo del necesario.

— Rayos, entonces yo tengo que comprarte un ramo completo— bromeó.

— Lo haces parecer una competencia, Mark— dije queriendo seguirle la broma, pero lo cierto era que dos hermosos ángeles estaban cortejándome y el tono casual en mi voz no era muy espléndido.

— Claro que no es una competencia— dijo él—. Yo no estoy compitiendo con nadie; Jeno no es un jugador, él ya tiene dueño— bromeó Mark, palmeándole la espalda a Jeno.

El nombrado sólo sonrió, pero a esa sonrisa le faltaba... ¿alegría?

— Me haces sentir como un trofeo— dije haciendo un mohín.

Non un trofeo. Tu sei una principessa bella e mi piace essere il vostro príncipe— musitó.

El rostro de Jeno se endureció y su ceño se frunció ante las palabras que Mark había pronunciado. Pero, ¿qué había dicho?

Parla nella sua lingua— le farfulló Jeno.

No, mi vergogno— musitó Mark

Qual è il punto di flirtare con lui? Non ti capisce— el rostro de Jeno se volvía serio y su voz ya no tenía ese tono amable.

Perché so che gli piace l'accento italiano— Mark se encogió de hombros.

Non vedo il punto— Jeno se cruzó de brazos y luego me miró.

No sabía cuál era mi expresión, pero hasta yo mismo sentía un signo de interrogación dibujado por encima de mi cabeza. Odiaba no entender nada.

— Mark dice que eres una bella princesa y que a él le gustaría ser tu príncipe— me tradujo, pero parecía molesto.

Stai zitto!— protestó Mark a Jeno, enrojeciendo por completo.

Miré a Mark enternecido.

— Qué lindo eres Mark. Gracias— dije, y él enrojeció aún más. Sin embargo, Jeno permanecía de brazos cruzados y con rostro duro.

La fierecilla apareció de pronto, bailando de alegría porque creía que lo que Jeno tenía eran celos y, aunque no quisiera aceptarlo, a mí también me gustaba la idea.





Que tengáis un buen día/tarde/noche 💜

Manual de lo prohibido   {Norenmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora