Miré a Jeno, que esperaba impaciente a que le dijera algo, pero yo en ese momento lo único que pude procesar en aquel momento fue parte de la verdad. Él había llegado a mí como una estrella fugaz que pasa y deja la luz en los ojos, como un soplo del viento que aclara la mente.
Jeno se estaba comportando como un cretino, ¿acaso estaba jugando con Jaemin y conmigo? Venía todos los días, me regalaba cosas, me llevaba a sitios y hasta me escribía una canción, porque podía asegurar que esa canción era para mí; y luego llegaba y abrazaba, besaba y le entregaba su cariño a Jaemin. Me sentí como un títere en sus manos. Pero, ¿cómo podía reclamarle? Ni siquiera tenía los argumentos bien cimentados. Mi mente era todo un caos de pensamientos, conjeturas e hipótesis absurdas.
—¿Y?— preguntó ansioso.
—¿En quién te inspiraste?— inquirí tratando de que mi voz sonara casual. Él no debía de tener ni la más mínima sospecha de lo que pasaba por mi cabeza.
—Sólo... me llegó la inspiración. Pero, ¿te gusta?— insistió evitando responder.
—Es... linda— y no mentía, pero sólo si lo veía desde una perspectiva muy, pero muy superficial.
—Lo dices como si no te hubiera gustado— musitó y en su rostro se asomó una máscara de pesadumbre.
Le ordené severamente a mi corazón que se callara. Anhelaba besarlo y al mismo tiempo abofetearlo; deseaba salir corriendo tan lejos como me fuera posible. ¿Cómo podía él estarle haciendo esto a Jaemin? Pero aún peor... ¿cómo podía yo estarle haciendo esto a Jaemin? Dios... era mi mejor amigo.
—Es preciosa, Jeno, pero...— murmuré.
—¿Pero?— buscó mi mirada, que de repente se encontraba gacha.
Me atreví a levantarla sólo para poder verle el rostro y decidirme si lo que quería era abofetearlo o... besarlo. Eliminé ambas ideas de mi cabeza al instante y miré el reloj, ¿sólo habían pasado quince minutos?
—Pero... olvidé algunas fotos en el estudio de Hyuck y debo ir a por ellas— farfullé nervioso. Opté por la opción que menos locura parecía. Escapar. Y realmente esperé que se creyera mi mentira y poder huir de ahí sin dificultad alguna.
—¿Donghyuck? ¡Oh, claro!— sonrió— Te acompaño, y así me lo presentas por fin— rayos.
—No— la corta palabra salió veloz, tajante.
Jeno se hizo para atrás, confundido.
—Es que...— tartamudeé— Voy a tardar, ¡mucho!— hice un énfasis innecesario para la última palabra—. Llegaré tarde y no es apropiado que hagas esperar a Jaemin otra vez, así que tú quédate aquí— sonreí—. Espéralo, estás en tu casa.
Tomé precipitadamente el sobre del pretil y lo apreté bajo mi brazo mientras tomaba las llaves con la otra mano.
—Pero...
—¡Oh! Por cierto— lo interrumpí—, Enhorabuena por escribir una canción tan... bonita— dije y salí por la puerta, huyendo como un pequeño niño asustado.
Bajé las escaleras a toda prisa, mis zapatos golpeteando rítmicamente en los escalones que pasaban debajo de ellos, y salí al exterior llenado mis pulmones de aire casi de forma desesperada. Estaba asustado, no sabía qué pensar o a qué pensamiento en mi cabeza obedecer.
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Manual de lo prohibido {Norenmin}
FanfictionFalso y pérfido eran sinónimos de mi nombre. De todos los papeles que pude protagonizar, era dueño del único que cualquier otra persona en mi situación rechazaría. Lo peor era que esta no era una obra de teatro, cuyo objetivo es sólo representar, ac...