Joaquín lloraba desconsoladamente, con su rostro enterando en la almohada de su alfa, a pesar de que toda la habitación seguía oliendo por completo a las feromonas de ambos, ahí es donde el aroma es mucho más fuerte.Se había despertado hace unos minutos, ya sin el control de su lobo, no sabía cuanto tiempo había pasado, ya que lo habían silenciado evitando que viera y escuchara lo que pasó en esos días de celo. Aún así logro ver cuando llego Emilio, por lo que cuando recobro la conciencia espero el poder hablar con él, sin embargo al despertar se encontró la cama completamente vacía, por lo que se soltó a llorar.
Lo extrañaba tanto, siempre después de un celo, lo cuidaba, lo limpiaba y muchísimas cosas más. Ahora no tenía nada, todo por sus malditos miedos y el hacerle caso a la estúpida voz de su cabeza.
— ¡Alfa! —llamó desgarradoramente el castaño, llorando aún más fuerte que antes — Ni siquiera me dejó decirle que fui a mi primera sesión con un psicólogo —susurró para sí mismo.
Casi veinte minutos después el llanto cesó casi por completo, lentamente el omega se levantó, caminando con cautela al baño, donde abrió la regadera, mirándose al espejo analizando las marcas en todo su cuerpo, mientras esperaba a que saliera el agua caliente.
Toco ligeramente su marca, se notaba que no tenía mucho de ser abierta, pero también se veía que el lazo no estaba bien, independiente del dolor constante se veían zonas ligeramente blancas.
Una vez que el agua caliente salió, se metió debajo de la ducha, comenzando a llorar de nuevo. Lentamente comenzó a lavar su cuerpo, para continuar con su entrada, ya que aún podía sentir algo de semen en su interior y le incomodaba, le fue imposible no recordar cuando su alfa lo limpiaba y lo trataba tan bien.
Salió del baño momentos después, se visitó con lo primero que encontró, colocándose una bufanda en su cuello, más que para ocultar las marcas, por el aroma que tenía de Emilio, ya que era de él.
Debía ir a trabajar, así que solo se preparó un café, no tenía nada de hambre, lo cual era extraño, ya que siempre después de un celo, comía demasiado.
Subió a su auto lleno directo a su oficina, ignorando los mensajes que le había dejado Adriana.
[...]
— Me puedes dar los papeles de... —la joven se cayó al ver lo demacrado que estaba el castaño— ¿Qué le pasó jefe?
— Nada, aquí están los informes —susurró Joaquín extendiendo los papeles, habían pasado horas desde que había llegado a trabajar y cada vez se sentía peor.
— ¿No vas a comer? —preguntó— Ya todos salieron, si quieres te traigo algo.
— No gracias, no tengo nada de hambre —dijo el castaño— Si no te importa quiero concentrarme tengo mucho trabajo —mintió ya que en realidad no podía concentrarse en lo absoluto.
La joven asintió, saliendo de la oficina, caí de inmediato la puerta fue abierta de nuevo, el omega estaba por pedirle que se fuera hasta que vio que se trataba de su amiga Adriana.
— ¿Por qué me ignoras? Quiero saber cómo estás, después del celo —intrigó la alfa.
— Estás aquí porque él te llamó, después de que me dejara solo en la cama como si fuera un cualquiera —murmuró Joaquín evitando soltarse a llorar.
— Yo no tengo ni idea de que paso, solo vengo a ver como estas —dijo Adriana.
— Estoy lo mejor que puedo, me arde la marca cada vez más, posiblemente arruine mi matrimonio, mi lobo no deja de llorar y decirme que me odia —musitó el castaño, tomándose un poco la cabeza pues comenzó a dolerle.
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Dispuesto - Omegaverse
FanfictionJoaquín rechaza al rizado, a pesar de las súplicas de su lobo por estar cerca del joven; todo por miedo a que lo traten como cualquier alfa lo haría con un omega... Lo que no sabe el castaño, es que Emilio es diferente como él y está dispuesto a to...