d i e c i s i e t e

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Adriana junto con su familia y novia, aceptaron de inmediato pasar las fiestas de fin de año en la casa de playa, junto con la pareja. Decidieron que llegar el veintitrés de diciembre en la tarde era una buena opción para estar más tranquilos, ya que se quedarían ahí hasta el tres de enero.

Durante todo el vuelo Joaquín se la paso recargando su cabeza en el hombro del alfa, mientras que esté lo abrazaba. Se sentía tan tranquilo que incluso se durmió, su relación había mejorado demasiado desde que había sido completamente honesto, tanto que cada vez escuchaba menos esa voz en su cabeza.

Al llegar a la casa el castaño le indicó a cada una de las parejas cual era su habitación, dejándose para él y Emilio la habitación que era de sus padres.

— Buenos días —susurró el rizado contra el oído del omega, con voz más ronca por recién despertar.

— Hola —comentó Joaquín, sonriendo un poco, ya que se sentía algo triste pues sería la primera nochebuena que pasaría sin su padre.

— Sé qué extrañas a tú padre, pero te prometo que hoy pasaras una cena increíble —dijo el alfa pasando encima del castaño para mirarlo de frente mientras lo tomaba de las mejillas.

El omega asintió, los últimos días Emilio le decía cosas, que lo dejaban sorprendido pues parecía que escuchaba sus pensamientos. Escondió su rostro en el cuello, disfrutando del delicioso aroma.

Se hubieran quedado en esa posición de no ser porque se escuchó como Adriana tocaba la puerta, diciéndoles que bajan a desayunar. A regañadientes la pareja se separó, vistiéndose con algo más decente.

Durante el desayuno todos se pusieron de acuerdo sobre que harían para la cena de nochebuena. A Joaquín junto con el rizado les tocó ir al supermercado para ir por lo que faltaba para la cena, mientras que los demás comenzarían con la preparación de lo que se podía.

Su ida al súper tardó más de lo esperado, porque les costó encontrar todas las cosas que debían comprar, por lo que cuando regresaron a la casa, de inmediato comenzaron a ayudar a preparar lo que faltaba pues debían terminar lo más pronto posible.

Varias horas después habían terminado, porque cada quien subió a su habitación para arreglarse.

— De vez sumamente precioso —admitió Emilio abrazando a su novio por la cintura.

— Gracias —susurró el omega con las mejillas sonrojadas, se sentía feliz a pesar de ser la primera navidad sin su padre.

— Estoy seguro de que ellos te están viendo ahora, mientras pasan estas fechas juntos después de mucho tiempo —murmuró el rizado abrazando a Joaquín intentando reconfortarlo.

— Sé que es así —dijo el castaño, limpiando las lágrimas de sus mejillas, separándose para besar cortarmente al alfa.

La pareja bajó a donde ya los esperaban, Adriana con su novia Natalia, además de sus madres Alicia y Nora. Comenzaron con la cena casi de inmediato, disfrutando de la lasaña, ensalada, ponche y luchas más preparaciones, que por supuesto eran vegetarianas.

— ¿Propongo un brindis? —habló Joaquín levantándose, una vez que ya estaban en el postre— Sé que este año, ha sido muy complicada, principalmente para mí y sé que eso les ha afectado a ustedes y les quiero pedir una disculpa, además de por supuesto agradecerles por estar para mí, por ustedes —levantó la copa.

Todos chocaron sus copas, algunas con vino, champaña o simplemente ponche. Antes de beber el líquido.

— Es momento de abrir los regalos —dijo Alicia, levantándose para caminar a la sala de estar.

Dispuesto - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora