c u a r e n t a y u n o

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A la mañana siguiente todos se levantaron muy temprano en la casa, cada uno de los integrantes de la familia tenían que hacer alguna actividad. Por su parte Emilio debe ir a trabajar, al igual que su esposo, desde que sus hijos son más grandes, ya han podido dejar de trabajar en casa, debido a que decidieron disfrutar de su paternidad de la mejor manera.

Claramente los adolescentes debían ir a la escuela, así que cada uno se arreglo y bajó a desayunar donde sus padres ya los esperaban con el desayuno recién hecho por ambos. En su tradición familiar el desayuno y la cena eran muy  importantes, pues desde siempre era tiempo para pasar en familia.

—¿Quieren que pase por ustedes? —intrigó el castaño con una sonrisa.

Ambos jóvenes negaron de inmediato, preferían caminar a casa, además que tampoco querían presionar a sus padres, pues sabían que a veces tenían mucho trabajo.

Una vez que terminaron de desayunar, se despidieron de sus padres antes de salir de la casa, Aldo alcanzó a ver como era que Yhojan también iba saliendo de su casa, por lo prácticamente salio corriendo para evitar verlo, lo cual era algo ridículo debido a que vivían prácticamente a lado y estudiaban en el mismo lugar.

—¿Por qué lo evitas? —intrigó Danna, una vez que alcanzó a su hermano— Se supone que estaban bien a pesar de que lo rechazaste varias veces, aún no entiendo porque, ya que se nota que te gusta pero bueno.

— Lo evitó porque ayer nos besamos y lo rechace una vez que nos alejamos —admitió el omega, con una sonrisa.

— Así que por fin diste tu primer beso, pensé que jamás lo harías —bromeó un poco Aitana.

— Eres una tonta —hizo una pequeña pausa dudando si debia preguntarle algo a su hermana—¿No te da miedo terminar con tu novia? ¿Y que todo aquello que pudieron tener se acabó por andar tan jóvenes? Ve a nuestros padres a pesar de que andaron adultos, tuvieron tantos problemas.

— Tu debes confiar, si vives con el miedo de que todo terminara, jamás disfrutarás nada, yo se que si termino con mi novia, en algún punto nos reencontrarnos para hacer nuestra vida, somos destinadas y eso me da mucha seguridad —respondió la alfa— Solo disfruta de lo que vivirás  con Yhojan, te aseguro que no te arrepentirás.

Justo en el momento que llegaron a la escuela Danna vio a su novia esperándola, dudo pero al final camino hacia ella, dejando entrar a la escuela a su hermano.

Lucas estaba a punto de entrar a su salón cuando la persona que menos quería se paro enfrente de él.

— ¿Y ese milagro que no estas con Yhojan? Acaso ya obtuvo lo que quería y se acostó contigo —gruñó Gabriel, recibiendo un empujón.

— ¿Acaso te importa? Deja de molestarme imbécil —murmuró Aldo antes de caminar rápidamente, lo que menos quería era escucharlo hoy, se sentó en una de las bancas que habia, mandándole un mensaje a sus padres avisándoles que había llegado con bien.

Se entretuvo en su celular al menos hasta que sintió un aroma que reconocia a la perfección, subió la mirada sin embargo no le gustó nada lo que vio, a Yhojan con la omega de ayer abrazándolo. Los miró fijamente dispuesto a lo hacer nada, sin embargo cuando le vio las intenciones de besarlo, se levantó rápidamente, jalando al alfa impidiendo el beso.

— Podemos hablar —pidió el omega, mirando de mala manera al alfa.

Yhojan asintió, caminando a donde no había prácticamente nada.

— Ahora me vas a reclamar, cuando justo hace unas cuantas horas me rechazaste —murmuró el joven.

— Tengo miedo... —admitió Aldo— Siento que por ser muy jóvenes nuestra relación no se puede dar y podemos perder la oportunidad de estar juntos, si me gustas pero mis miedos son más grandes... Además que no es un secreto que a muchos omegas solo los usan para acostarse, tomarle alguna foto y publicarla, no digo que seas de esos pero el miedo sigue ahí —susurró con la mirada baja, se sentía bien por fin decirlo.

Dispuesto - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora