c u a r e n t a y o c h o

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El verano había terminado lo que implica el comienzo a las escuelas y por lo tanto la despedida de los nuevos jóvenes universitarios para comenzar esta nueva etapa.

Estos últimos meses habían sido increíbles, como era de esperarse cada uno de los jóvenes disfrutaron momentos increíbles como pareja, pero no sólo eso sino también como familia, se podría decir que fue el mejor verano hasta este momento.

Por supuesto que no todo fue buenos momentos, sin embargo todo quedó atrás.

Emilio bastante nostálgico comenzó a acomodar las maletas en la cajuela del automóvil, mientras que su esposo de encargaba de sacar a sus dos hijos de la casa, pues parecía que no querían irse a la universidad, claramente él tampoco quería que se fueran sin embargo era inevitable.

En cuanto Aldo salió, corrió directo a los brazos del joven alfa quién lo abrazo intentando contener el llanto que amenazaba con salir.

— Te extrañare tanto mi omega —susurró Yhojan, dejando un beso en la frente contraria.

— Y yo a ti, hablaremos muy seguido y podremos pasar los fines de semana juntos, además de nuestro celo —comentó Lucas antes de unir sus labios por unos segundos — Te amo.

— Yo también te amo —murmuró el alfa, volviendo a abrazarlo fuertemente.

A tan solo unos metros de ellos también esta Adriana abrazando fuertemente a su novia.

— Todo estara bien, yo vendré a verte y tú a mi —comentó la alfa, viendo como su novia asentia.

— ¿Me veré muy mal si toco el claxon? —intrigó Emilio mirando por el retrovisor del automóvil a sus hijos despedirse de su pareja.

— No seas grosero —regaño de inmediato el castaño, dándole un pequeño empujón.

— Estoy bromeando mi pequeño —comentó entre risas, inclinándose para darle un corto beso, el cuál fue correspondido de inmediato— Los extrañare demasiado, aún no me creo que aquellos bebés que cargue por primera vez, se vayan a la universidad.

— Lo sé, me siento triste, pero al mismo tiempo emocionado porque ya están comenzando a vivir nuevas experiencias y a hacer su vida —dijo Joaquín recargando su cabeza en el hombro de su esposo.

— Tenemos que confiar que hicimos un gran trabajo criandolos —susurró el alfa dejando un beso en la frente contraria.

En ese momento ambos jóvenes entraron al auto, sentándose cada uno en su lugar, abrochadose el cinturón para limpiar las pequeñas lágrimas que salían de sus ojos. Justo en el momento que la camioneta comenzó a avanzar se giraron para decirle adiós a sus parejas quienes también se despidieron con un movimiento de manos y con lágrimas en los ojos.

El trayecto fue bastante tranquilo, llegaron al edificio donde vivirán ambos jóvenes, ya que decidieron buscar un punto medio entre sus universidades para mantenerse cerca. Así que decidieron rentar los dos departamentos del tercer piso, manteniendose cerca pero con su privacidad.

Entre todos subieron las maletas llevándolas al departamento que les corresponde, para ayudarlos a acomodar sus pertenencias en este.

— Sus autos llegaran mañana temprano  —murmuró Joaquín sentándose en la sala junto a su esposo del departamento de su hija.

— Gracias papás —susurraron ambos jóvenes acercándose a los mencionados para abrazarlos.

— De nada mis niños —comentó el rizado dejando un beso en la frente de cada uno, para mirarlos con una sonrisa— Los vamos a dejar para que se instalen cómodamente para sus clases que comienzan mañana.

Dispuesto - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora