c u a r e n t a y t r e s

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El día de la fiesta había llegado, Joaquín se encargo de pedir toda la comida favorita de sus hijos, además de decorar perfectamente su patio trasero. Con una cálida sonrisa se acercó a su esposo abrazándolo por la cintura, robándole un corto beso.

— No puedo creer que ya sean mayores de edad, crecieron demasiado rápido —murmuró con unas pequeñas lágrimas en sus ojos.

— Lo sé, el unico consuelo que nos queda es que tu y yo tendremos más tiempo a solas —comentó Emilio dejando un beso en la frente contraria.

— Aún así los voy a extrañar —susurró el omega, recibiendo un asentimiento del rizado, se alejaron del abrazo, con una cálida sonrisa, caminando a donde estan sus hijos abrazandolos—Feliz cumpleaños mis niños —musitó con las lágrimas en sus ojos.

— Gracias papás —dijeron ambos jóvenes con una sonrisa, sus padres son totalmente increíbles.

Se quedaron así un momento, al alejarse se miraron con una sonrisa. Emilio limpio sus lágrimas silenciosas, tomándose un momento ya que el nudo en su garganta no lo dejaba hablar.

— Hay que disfrutar la fiesta, por cierto Lucas no olvides que no nos has dicho que quieres de regalo —murmuró el rizado.

El joven omega asintió con algo de nervios, pues ya sabía que deseaba de regalo sólo que aún no sabía cómo decile a sus padres, debido a que no sabía cómo lo tomarían. Dejando de pensar en eso, se acercó a saludar a los invitados.

— Te ves demasiado lindo —susurró Yhojan contra el oído del joven, asutandolo un poco al mismo tiempo que lo estremeció—Felicidades al cumplañero, espero te guste—agrego extendiendo una caja perfectamente envuelta.

Aldo sonrió tímidamente, comenzando a desenvolver la caja, sonriendo al ver cómo lo primero que se veía era un dibujo que hizo de él cuando tenía tres años, el cual costaba de ellos dos viviendo en su castillo de algodón.

— No lo recordaba —dijo el joven algo sonrojado.

Continuó abriendo el regalo, sonriendo al ver sus dulces favoritos, sin embargo lo que le causó más curiosidad fue que había una pequeña caja con una nota encima de esta. Tomó la nota leyéndola "quizá no te pueda cumplir tu sueño de un castillo de algodón, pero te cumpliré el de una vida juntos, aunque por el momento solo te daré esto"

Abrió la caja sonriendo ampliamente al ver un hermoso collar con un dije de un castillo que tenía escrita sus iniciales. Se lanzó a abrazar al alfa intentando agradecele por aquel detalle tan lindo, dejándole un corto beso antes de separarse.

—Ni siquiera te había dicho pero no hagas planes para el siguiente fin de semana, si todo sale como pienso te llevaré a un lugar —susurró el omega, con una sonrisa amplia.

— Me tienes intrigado Lu —comentó Yhojan con una sonrisa, robándole de nuevo un corto beso al contrario haciéndolo reír.

—¿Y mi regalo? —intrigó Danna, asustando a la joven pareja.

— Le ayude a mi hermana con el tuyo conformate con eso —pidió el alfa con una sonrisa burlona.

— Idiota —susurró la joven recibiendo un golpe de parte de su hermano— Como sea, prestame a mi hermano que es nuestra fiesta.

Aldo sonrió, poniendose de pie, era obvio que su hermana y Yhojan no se llevaban muy bien, sin embargo en ves de molestarle le causaba demasiada risa. Camino junto a la alfa para terminar de saludar a los invitados que acababan de llegar, recibiendo los regalos.

— ¿Cuando le dirás a nuestros padres? —intrigó la joven con una sonrisa.

— Al terminar la fiesta —respondió el omega—¿Y que te regalo tú novia? —preguntó.

Dispuesto - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora