A pesar de la nota que recibió Emilio del omega diciéndole que haría un pequeño viaje y que no se preocupara por él; cosa que era totalmente imposible pues ningún día dejó de pensar o preocuparse por él.
Por un momento el rizado creyó que la ausencia de Joaquín sería de solo unos días, por ello iba diario a su casa, con la esperanza de verlo y abrazarlo fuertemente, mostrándole su apoyo. Situación que tampoco pasó, por ello decidió llegar desde las seis y media a la entrada de la universidad, en espera de que el omega haga acto de presencia en el primer día de clases del nuevo semestre.
Mientras continuaba esperando, sin poder evitarlo el alfa recordó el abrazo que compartieron en el velorio de Aldo, quizá no eran las mejores condiciones, pero por primera vez en tres años se habían abrazado por más de unos segundos y él no podía evitar recordar ese agradable momento varias veces al día durante el último tiempo.
Los pensamientos de Emilio fueron interrumpidos, cuando su lobo chillo al sentir los tres preciosos aromas, a lo lejos. Él sabía a la perfección la razón de sentir un aroma más que con cualquier otra persona, pero no tenia caso decirla en voz alta si de todas maneras iba a recibir un rechazo.
En cuanto el mayor vio la característica melena castaña, corrió hacia dónde estaba bajando de su auto. Cuando estuvo frente al omega su corazón se encogió de igual manera que sintió una opresión en el pecho aún mayor que la que tenía desde hace semanas; al ver al castaño con los ojos hinchados y unas grandes ojeras.
— ¿Qué haces aquí Emilio? ¿No se supone que ya te graduaste? — intrigó el menor, pues el mencionado era un año mayor que él y ya no debía ir a la escuela.
— Solo quería ver como estas, llevo preocupado por ti desde que te fuiste; además vine a ver lo de mi titulación y otras cosas —explicó el rizado, conteniendo las ganas que tiene abrazar al omega.
— No entiendo tu preocupación, te deje una nota —suspiró— Me alegro de que veas lo de tu titulación, es muy importante.
— Ahora estas más indiferentes que nunca, de alguna manera lo entiendo, perdiste a tu padre y se que jamás lo superaras. Pero quiero que sepas que estoy para ti —mencionó el mayor.
— Tú no sabes nada Emilio, no tienes ni la menor idea de que se siente perder a tu padre, mejor amigo y la única persona que tienes en el mundo a la vez —dijo el castaño algo molesto subiendo su tono de voz.
— Jamás des algo por hecho —susurró.
— Ya lo di, se que jamás me comprenderás, ni tu ni nadie, solo tenía una persona y ya no está —gritó dándole un empujón al alfa.
— Ni siquiera me conoces, no sabes absolutamente nada de mi, yo he estado para ti cada vez que me has necesitado en los últimos tres años y ni así te das la oportunidad de conocerme. —comentó Emilio, sintiéndose cada vez más despreciado por el castaño.
— Yo jamás te pedí el que estuvieras ahí y si lo hiciste para después recalcarmelo, no le encuentro caso a tu intento de amabilidad —reclamó el omega mirando mal al mayor.
— Jamás te reclame, cada cosa que he hecho por ti lo hice con muchísimo gusto por la persona que amo. Por que si estoy profundamente enamorado de ti Joaquín y ni siquiera se como, por que de tu parte solo he recibido desprecio y ahora reclamos.
— Nadie te mando a enamorarte —murmuró el castaño, sintiendo como su lobo le reclamaba por cada cosa que ha dicho.
— Eso lo sé, pero me fue imposible no hacerlo, se que eres un omega diferente como igualmente se que tienes miedo de tantas cosas, pero también se que eres alguien muy lindo y maravilloso en tantos aspectos. Joaquín intentó entenderte, pero estoy llegando a un punto donde me estoy dando por vencido contigo— admitió con los ojos cristalizados.
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Dispuesto - Omegaverse
FanfictionJoaquín rechaza al rizado, a pesar de las súplicas de su lobo por estar cerca del joven; todo por miedo a que lo traten como cualquier alfa lo haría con un omega... Lo que no sabe el castaño, es que Emilio es diferente como él y está dispuesto a to...