q u i n c e

1.3K 144 48
                                    

Joaquín se despertó, sonriendo ampliamente cuando se dio cuenta de que estaba encima del alfa, aunque se sorprendió cuando noto que estaba en su habitación.

Cuando se despertó en la noche para ir al baño, su lobo le pedía que fuera a la sala o no lo dejaría dormir. Al darse por vencido y sin saber la razón de la insistencia de su lobo, fue sorprendiéndose al ver al rizado durmiendo en el sofá. Se sorprendió pues había habitaciones libres, aunque conociéndolo, está seguro que no quiso incomodar o algo así, consideró el despertarlo, pero en ese caso prefirió acostarse encima de él, de todas maneras ya habían dormido juntos.

El lobo del castaño soltó un ronroneo mientras se acurrucaba aún más en el pecho de Emilio. Por más que quisiera quedarse en esa posición, se estiró tomando su teléfono para mirar la hora, aún tenía unos minutos antes de tener que levantarse para ir a la escuela, por lo que se acurrucó de nuevo, no sin antes apagar su alarma que no tardaba en sonar y podría despertar al rizado.

Con un puchero en sus labios, Joaquín se levantó con mucho cuidado, de no despertar al alfa, aunque al parecer fue imposible, ya que cuando se safo del agarre de su cintura, le tomaron la mano.

— ¿A dónde vas? —intrigó Emilio, riendo al ver la expresión de sorpresa de su novio.

— A darme una ducha, antes de ir a la escuela, puedes dormir de nuevo yo te despierto más tarde —susurró el omega, mordiendo su labio inferior sin saber la razón.

— ¿Y qué si quiero ducharme contigo? —preguntó el rizado, con una sonrisa pícara, al final no perdía nada con intentarlo.

— Puedes us... —se detuvo Joaquín al entender el sentido de la pregunta, sonrojándose demasiado— En ese caso vamos —comentó jalando al alfa hasta el baño.

Inevitablemente las mejillas de Emilio se tiñeron también de color rojo, no esperaba que aceptara que se bañaran juntos.

Cerraron la puerta una vez que se adentraron el baño, separaron sus manos, para mirarse unos momentos, antes de que el castaño se acercara al rizado, para quitar la playera que traía puesta, dejando el tordo desnudo. Continuaron desvistiéndose mutuamente, hasta quedaron completamente desnudos.

Abrieron la regadera y una vez que el agua estaba tibia, entraron. Emilio se inclinó para comenzar a besar la barbilla del omega, hasta bajar a un costado del cuello, mordiendo suavemente la zona, donde debería estar la marca.

— ¡Emi! —gimió el castaño sintiendo como su lobo chillaba de la emoción.

El alfa sonrió ampliamente dejó un beso en la zona, separándose para continuar bañándose.

Joaquín miró indignado al rizado, por lo que lo tomó de las mejillas, uniendo sus labios, solo por unos segundos, separándose dejando una mordida en el labio interior, escuchando un jadeo. Sonrió ampliamente antes de continuar bañándose.

El resto del baño pasó entre pequeñas provocaciones y sonrisas. Al salir se vistieron rápidamente, para después ir a preparar algo rápido de desayunar, saliendo rápidamente pues se les estaba haciendo tarde, todo por estar jugando cuando se bañaban. Debieron desayunar mientras iban rumbo a la universidad en el auto del alfa, para no llegar tarde.

Al llegar a la escuela, solo se despidieron con un beso profundo, cada uno se fue a sus necesidades, Joaquín fue a tomar sus clases y el alfa fue a su oficina a trabajar.

[...]

Cuando el día escolar del castaño terminó, fue a la oficina de Emilio, con la comida que había comprado, de inmediato lo saludo con un beso, para comenzar a comer tranquilamente.

Dispuesto - OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora