Capítulo 11: ¡Es su hijo!

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—¡Minion! —Ed se acercó a mi saltando como si fuera un teletubbie retrasado.

—¿Qué sucede?

Faltaban tres minutos para el almuerzo y no entendía por qué Camila y Lisa no estaban con él.

—Necesito que vengas —me tomó del brazo arrastrándome fuera de la escuela.

Cuando salimos me encontré a Spencer, Camila, Lisa y Alex sentados bajo un viejo roble.

Nos acercamos a ellos.

—¿Por qué están todos reunidos?

—Pasó algo —dijo Alex entregándome un sobre de carta blanco y roto.

—¿Qué es?

—Léelo en voz alta —pidió Camila— nosotros tampoco sabemos qué es.

Desdoblé la hoja de papel.

Ministerio de Justicia.
Distrito de Trunstong, Riverside.

Por medio de la presente hacemos de su conocimiento al señor Alexander Noah Ricce que el ministerio de justicia ordena de carácter urgente su presencia en la Corte Suprema de Trunstong, ciudad natal del acusado, a plazo de tres días para hacer efectivo el proceso de demanda por parte del señor Ryan Crowell, padre de la víctima.

Razón de demanda: Obviar una señal de tránsito y producir un accidente automovilístico, dejando como consecuencia que la víctima tenga que acudir a un centro hospitalario y huída premeditada.

La víctima señaló que el causante del accidente tenía un acompañante quien también será interrogado y posteriormente puesto a juicio en proceso de conspiración por huida del lugar.

Agradecemos se hagan presentes en tres días.
Cordialmente se despide.
Dr. Wilson Drung. Abogado.

—¡No puede ser! —gritó Spencer.

Le dije a Alex que habría consecuencias y no me hizo caso.

—¿Ambos deben ir?

—Eso dice aquí, Ed.

Nos quedamos en silencio por un rato.

—Tú no irás —susurró cabizbajo mi novio.

—Debe ir, eso dice la orden judicial, hermano.

—No quiero que la involucren en esto.

Spencer se acercó a él y lo abraza.

—Tarde o temprano lo harán, pero consulta con el abogado —miró la carta— aquí dejó su número de teléfono, podrías pedir licencia para que Caroline no vaya.

—Claro, y luego cuando hayas visto el panorama del problema se lo dices y acuden juntos —comentó Ed, aunque no me convencía del todo.

—¿Se puede?

—Así funcionan las leyes en Riverside, Carol, en nuestro país eres menor de edad.

Alex tenía diecisiete, lo que significa que ya posee la mayoría de edad, pero conmigo... aún me falta algo de tiempo para poseerla.

—Bien, entonces —dijo Alex— en tres días estaré allí y luego te diré lo que pasó.

Asentimos todos, Lisa y Camila siguieron murmurando cosas, que a decir verdad me hacía sentir mal porque no me incluían.

—¿De qué hablan?

Ambas se volvieron a mí y sonrieron.

—De Alex —Lisa hablaba tomando un mechón de su cabello— realmente nos preocupa porque estás involucrada.

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