Capítulo 38: Rojo Brillante

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El frío de la noche empezaba a asomarse con más intensidad conforme los minutos pasaban, me abracé a mi misma y pensé en lo atinada que había sido mi decisión de tomar mi abrigo antes de salir corriendo de casa. Punto para mí. Me empecé a sentir cansada, no habían pasado ni veinte minutos desde toda la explosión de emociones que tuve y mi cabeza ya sufría los estragos de ello.

Caminé cerca de Breakcoffe's y sentí el aroma exquisito del café recién preparado, mi estómago sonó, debí haber llevado una rebanada de pastel antes de mi huida. Se veía delicioso.

Mi teléfono sonó por quinceava vez. Otra llamada perdida. Diez mensajes sin leer, empezaban con Daniel pidiendo que vuelva, mi madre diciendo que iba a estar castigada un mes si no iba a casa ya mismo, hasta Camila angustiada. Luego todos empezaron a cambiar los mensajes de enojo a preocupación, y posteriormente a desesperación.

Sabía que iba a ganarme una buena regañada cuando vuelva, pero creo que todos necesitamos un momento para desconectar del mundo, un instante de soledad para pensar; porque en mi habitación jamás hubiera conseguido esto, paz en mi interior.

Podía ver las luces de los autos alumbrando a gran escala las avenidas del centro, sabía que no estaba muy lejos de casa y probablemente ya habían empezado la búsqueda para llevarme de regreso. Caminé deambulando por unos minutos, pasando junto a diferentes personas que estaban inmersas en sus propios mundos, sus grandes o pequeños problemas, totalmente suyos y que eran ajenos para mí. Yo me sentía en un agujero sin salida, ¿ellos sentirían lo mismo?

Finalmente hallé una banca vacía en un parque cercano, algo apartado del ruido de los autos pero perfecto para sentarme un momento a pensar. Eso hice.

Pensé, pensé y volví a pensar. ¿Qué es real y qué es falso? Mi corazón decía algo, estaba herido porque hace muy poco ha sanado de una estacada muy similar a la que recibí hoy y se sentía cansado, dolido, no quería sufrir más; pensé en las innumerables veces en estos días que pasaron cuando todo parecía estar bien, Daniel, mis padres, mis amigos; todo estaba en total equilibrio y eso le daba una sensación sumamente firme a mis sentimientos por mi novio, lo quería, deseaba que todo esto madurara en un futuro cercano y sabía dentro de mí que Daniel sentía lo mismo. Mi mente por otro lado, me instaba a dudar de Clarie, conocía que había hecho y dicho varias cosas con el único fin de herirme, ¿cómo saber si eso que dijo también es parte de su forma de hacerme daño?, pero Alex dijo que la había visto subir al auto con Daniel... ¿y si él también mentía?

Vibró mi celular, un mensaje más.

De parte de mi padre, "Cariño, entiendo que necesites pensar pero cuando estés lista, por favor, no dudes en llamarnos."

Sonreí, sé que ambos lo entendían, probablemente se pusieron de acuerdo para enviar el mensaje juntos y están esperando una respuesta de mi parte, sobretodo porque ya había pasado media hora desde mi partida, así que tecleé rápido un mensaje para ellos.

"Estoy mejor, voy para allá. Los amo."

Guardé el celular con una sensación de más tranquilidad, era momento de hablar con Daniel, Clarie y por supuesto Alex. Sabía que ahora ya no actuaría impulsivamente, porque había procesado todo y estaba lista para oír.

"Te amamos más, Caroline. Todos."

Sonreí, sabía eso, tenía una familia esperando por mí y era el momento de arreglar las cosas, de tomar decisiones, de volver a casa.

Caminé con la misma dirección en la que había llegado pero ahora de regreso, oí los autos, las bocinas y la gente caminar por las aceras, el frío iba avanzando pero ya no me importaba mucho, lo único que tenía en mente eran mis padres, mis amigos y por supuesto, también Daniel. Pasé frente a Breakcoffe's de nuevo y volví a percibir el café con una mezcla de aroma a chocolate, pronto me devoraré ese pastel que me espera en casa.

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