Capítulo 22: Pasados

83 34 0
                                    

Daniel's POV.

Caminé en círculos por toda la sala. Papá había iniciado un viaje de negocios alrededor de todo el país y por lo tanto tendría la mansión a mi disposición por varias semanas. Giré a ver a Ricardo quien observaba pacientemente unos cupcakes recién horneados, probablemente ideando una manera de decorarlos.

—¿Te sucede algo? —la voz de Rita, mi ama de llaves, me sacó de mis pensamientos.

—No —hablé dudoso— no lo sé.

—¿Estás seguro?

—Bueno, sí. Me sucede algo.

Ella se frotó el mentón y se sentó en una silla frente a mí, observándome.

—Cuéntame.

Rita era una mujer de mediana edad que tenía el cabello tan rubio que a veces parecía estar lleno de canas exageradamente blancas. Llevaba también pequeñas pecas en las mejillas y una increíble manera de saber escuchar a los demás.

Tenía una hija. Una pequeña de cinco años que vivía en la mansión junto a ella, su nombre era Elena y podría llamarse mi mayor admiradora en todo el mundo.

—Me gusta una chica.

—Eso no es novedad, joven Dani.

—Es que —me puse de pie nervioso— esta vez siento que es diferente.

—¿A qué se refiere?

—Me gusta de verdad.

—Y las chicas anteriores, ¿no le gustaron de verdad?

Negué con la cabeza. Tenía que aceptar mi realidad.

—Fueron, solo...

—Pasatiempo —completó por mí.

Me tapé los ojos en un intento de borrar mi pasado asqueroso en relaciones amorosas. Rostros de diferentes chicas aparecían frente a mí, chicas ilusionadas que terminé lastimando. Y luego veía a Caroline y lo vulnerable que se volvió cuando su exnovio demostró que era todo un patán. Me vi a mí mismo en él. Lastimando chicas indefensas y sintiéndome de lo peor.

—Sí —escondí el rostro— un pasatiempo.

Rita se puso de pie y apoyó una mano en mi hombro. A veces me recordaba a mamá, su maternal forma de mirarme y su necesidad por saber que estoy bien. Pero claro, nadie jamás podría ser como ella.

—Joven Dani, si usted cree que esta vez le gusta alguien de verdad...

—No lo creo —la observé— lo sé.

—Entonces luche por ella, por demostrarle que usted vale la pena y que verdaderamente la quiere.

—Es muy pronto para hablar de quererla.

—¿No la quiere?

Dudé. No sabía qué responder, Caroline se ha adentrado tanto en mí y en mis pensamientos que domina el lado sensible que creí perder cuando falleció mamá. No tengo idea de si la quiero o no, no tengo idea de lo que siento por ella. Solo sé que me gusta y que he madurado conociéndola.

—Tal vez.

—No existen los "tal vez" en cuanto a sentimientos.

Gruñí. Sabía que Rita tenía razón, y que muy dentro de mí tenía miedo de aceptar que quería a una chica. Eso podría ser.

—Lo voy a descubrir, Rita.

—¿Qué descubrirá?

—Si quiero a Caroline —suspiré.

HOPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora