Pasaron los tres días de plazo que la orden indicaba.
Alex había acordado ir junto a Spencer a la Corte, mientras Camila y yo salíamos a tomar un helado y luego iríamos a verlos. Cuando todo hubiera terminado.
Me encontraba en la heladería junto a ella, habíamos ordenado helados de mango y sandía.
Y, por cierto, el mesero no paraba de echarle ojo a Camila.
—Está bueno —susurró ella.
La miré entrecerrando los ojos.
—¿Te refieres al helado o al mesero?
—Al helado —guiñó.
El mesero, cuyo nombre era Samuel y estaba inscrito en el bolsillo de su camisa, se acercó a nosotras.
—Disculpen —pronunció— una señorita las busca.
Nos volvimos a donde él señalaba y encontramos a Naomi parada junto a la puerta con los brazos cruzados.
—Es mi hermana —dijo Camila— deje que venga.
Él asintió con una tímida sonrisa.
Al cabo de un minuto, Naomi ya estaba sentada junto a nosotras.
—Me enteré lo de Alex —soltó en cuanto llegó— ¿Irán hoy a la Corte?
—Sí, en cuanto me mande un mensaje, iré.
—Las acompaño.
Le conté a Naomi lo sucedido con el hijo millonario, el accidente, la demanda y la búsqueda que hicimos sobre él en internet.
—¿Tienen una fotografía suya? —preguntó.
Estaba a punto de negarlo, pero su hermana mostró su teléfono con una imagen de él.
—Está muy bueno.
—Igual que el mesero —Camila se reía.
—No hermana —miró al mesero y luego al aparato— Daniel Crowell está mil veces mejor.
—Caroline dice que no.
—¿En serio?
Ambas me miraron, mi mejor amiga sostenía una sonrisa en sus labios y su hermana menor llevaba los ojos muy abiertos.
—Relativamente bueno —concluí.
—Como digas, pitufo.
Rodé los ojos. Bueno bueno, si estaba, pero Alex es igual de atractivo que él. Y no me quejo.
Mi celular vibró y me precipite a responder.
—¿Hola?
—Carol, ya terminó la audiencia.
Miré a las chicas que se encontraban conmigo y les hice señas de salir. Ellas pidieron la cuenta.
—¿Qué ha pasado? —pregunté.
Oí un suspiro por parte de Alex y me temí lo peor.
—Quieren que vengas a declarar, en un mes. Aunque yo seguiré teniendo audiencias.
—Está bien, ¿no puedo hacer nada?
—Ven y lo hablamos con alguien de aquí para que nos asesore.
Dudé por un segundo y sentí miedo.
—¿Debo decirle a mis padres que seré demandada?
—No, linda. Descuida, no será así.

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HOPE
RomanceLa monótona y algo aburrida vida de Caroline Hope da un giro inesperado cuando su amor platónico de la secundaria decide confesarle lo que siente por ella. Sin embargo, hay secretos que se esconden y encuentros peculiares que harán que Caroline se c...