Capítulo 47: ¡Felices 17, otra vez!

28 6 0
                                    

Daniel's POV.

Mantengo la mirada fija en el último mensaje que mi padre me ha enviado, aún no puedo asimilarlo totalmente. Lorraine se encuentra junto a mí, Lorenzo la abraza mientras ella solloza en medio de su preocupación por lo que le han dicho acerca de su prima.

—Sabía que estaba teniendo problemas —comenta— pero no pensé que era tan grave.

Asiento, no sé qué decir ni hacer, solo atiné a pedirle a mi padre que Lorraine pudiera comunicarse con el médico que ve a Ariana para tener más alcances de lo que está pasando.

—Tranquila, Lori —intenta calmarla Lorenzo— lo importante es que ahora sabemos lo que está pasando y así ayudarle.

Ella lo observa por un momento, se ve sumamente afectada por todo y no me puedo esperar menos, quizá tenga sentimientos de culpabilidad por no haberse dado cuenta de que Ariana necesitaba de su ayuda.

Pero mi mirada se desvía por un momento hacia la entrada de mi casa, donde un hombre algo canoso y delgado se acerca por el rocoso camino hacia nosotros. No le conozco, e instintivamente me pongo en pie para saber quién es y quién le dejó entrar en la casa.

—Disculpe, ¿quién es usted? —digo en cuanto llega a mi altura.

—¡Tío Mario!

Lorraine se acerca al hombre y lo abraza con demasiada fuerza, ambos sollozan, en especial ella quien ha estado reprimiendo mucha de su tristeza con nosotros. Se separan luego de un momento.

—Soy Mario Hoffman —se presenta estrechando mi mano— el padre de Ariana.

Lorenzo y yo nos miramos sorprendidos, más por el hecho de que está dentro de mi casa que de otra cosa, sin embargo, le saludamos educadamente e invitamos a sentarse junto a nosotros en el pequeño banquillo fuera de la mansión.

—No sabía que vendría, señor Hoffman.

—Perdona, ¿eres Daniel, cierto? —me observa triste mientras asiento— tu padre y yo nos conocimos fuera del centro de ayuda donde está ingresada mi hija, estaba preocupado por Lorraine y me comunicó que estaba aquí con ustedes.

—¿Cómo está Ari? —la voz de Lorraine se oye quebradiza, como desesperada por querer saber más de su prima, que según ella siempre ha sido como una hermanita menor.

Mario Hoffman resopla tan fuerte que parece que arroja todo el aire que tiene acumulado en los pulmones, se le ve cansado, como si hubiera envejecido de golpe en un día.

—No quiere ver a nadie, solo pide que llamen a alguien de nombre Laura, pero que según los médicos no han podido localizar.

—¿Laura? —pregunta ella— desde hace un par de meses me ha cancelado salir porque decía que tenía planes con Laura, su mejor amiga.

—¿Sabes quién es?

Los ojos suplicantes del padre de Ariana me hacen creer que guarda esperanza dentro de sí mismo, pero las investigaciones que se hicieron en todo este tiempo han sido claras.

—Sé que es difícil asimilarlo, tío.

—Lo sé, pero...

—Tiene que aceptarlo. Ella necesita ayuda.

Una llamada suena desde el móvil de Mario Hoffman, él se aleja un momento para contestar disculpándose con un gesto. Luego vuelve, más agobiado que antes.

—Debo volver al centro —sentencia— Ari está descontrolada.

—Yo también voy —se pone de pie Lorraine al instante.

HOPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora