Capítulo 23: De todo un poco

71 30 0
                                    

Caroline's POV.

Los días parecían haberse detenido y la situación con Alex se veía más difícil cada minuto.

—¿Estás segura? —Camila me dedicó una mirada preocupada.

—Lo estoy, descuida.

Caminé dentro del salón con ella tras de mí y evitando todo contacto con los demás ojos que me observaban.

Me senté, saqué el cuaderno de apuntes y volteé mi atención al maestro.

Estuve concentrada durante la primera mitad de la clase, pero luego, un mensaje de Daniel me sacó de la ilación.

"Gatito, descubrí algo sobre Hoffman. ¿Te veo luego de tus clases?"

—Nena —Camila me observaba desde su asiento— ¿Sucede algo?

Negué con la cabeza.

—Luego te explico.

—De acuerdo —se volteó.

"Ven a verme a la escuela en la salida."

"OK. Te veo en unas horas, gatito. ;)"

El almuerzo en la cafetería fue distante y silencioso. Llegué a un punto en que todos me observaban mordisquear mi manzana y la incomodidad se apoderó de mí.

—Oigan, si siguen viéndome así voy a salir al patio a comer sola.

Lisa y Spencer volvieron la mirada a su comida, pero mis dos mejores amigos continuaban mirándome.

—¿No me oyeron?

—Nena —Camila se pegó a mí y Ed la imitó— solo estamos preocupados.

—Estoy bien, no tienen de qué preocuparse.

—No lo estas, minion.

Había oído hablar de la relación inexistente que suelen tener los mejores amigos. Siempre me pareció cliché, es decir, que la omnisciencia que los caracterizaba en los libros era solo marketing para encandilar a la población juvenil y crear idealismos improbables. Pero entonces me topé con Ed y Camila, un escandaloso par de humanos que suavizaron mis días infelices. No tengo idea de qué hice para merecerlo, y tampoco quiero averiguar cómo apartarlos de mi lado.

—Estoy muriendo en vida —abracé a Ed.

Él acarició mi cabello y balbuceó una canción de cuna.

—¡Estás demente! —le pegó Camila en el brazo— necesita ánimos, no una cancioncita melosa para dormir.

—Sé que a Carol le gustó.

En efecto, porque no encontraré un mejor cantante en el mundo que Eduardo Gómez —al menos, en mi adolescente mundo.

—Deberíamos salir todos juntos —interrumpió Lisa pegándose a su novio.

—¡Es una idea increíble!

—¡Claro!

Asentí. Realmente necesitaba distraer mi mente y nada mejor que pasarlo con amigos.

—Eh... —la voz de Spencer capturó la atención de todos.

—¿Qué sucede, bebé?

Rascó su nuca. Me hizo recordar a las manías de mi ex novio, una que comparte con Daniel.

—¿También estoy invitado? —se dirigió a mí.

—Por supuesto —le sonreí— no hay rencores.




HOPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora