Capítulo 26: Mi mundo tambalea

76 29 0
                                    

"La nostalgia se apodera de mí.
El frío desarma mi cuerpo, carcome lo abrigado que aún se esmera en sentirse mi alma. Te recuerdo de lejos, tan pequeño y juguetón; parece que hubiera sido anoche cuando te conocí.
Pero no, no fue anoche. Ya ha pasado una década desde tu llegada y tan solo unos minutos desde tu partida.

Acompañaste mis tristezas a tu manera, incluso cuando me rehusaba a pasar más tiempo contigo. Probablemente nunca entendiste mis «te quiero», y menos que menos llegarás a entender que te extrañaré tanto. Fuiste mi leal dupla, mi compañero fiel, mi canino amigo.

Voy a conformar por primera vez las filas de gente que llora a sus mascotas, aunque me llamen hipersensible y crean que no vales tanto. Pero para nosotros has valido mucho, y aunque le hablo a la tierra húmeda que te cubre; sé que esto me sosiega más.

Hasta siempre, pequeño cachorro."

Agaché el rostro que llevaba entumecido por el frío de la madrugada. Mi madre sollozaba a su manera mientras Camila y Ed me abrazaban a ambos lados.

—Debemos irnos ya —comentó mi madre tomando a papá del brazo.

Todos asentimos en silencio y caminamos hacia el auto alejándonos del descampado e improvisado cementerio canino.

—¿Cómo está tu abuela?

—Mal —respondí aferrándome a Camila— él era demasiado importante para ellos y nosotros.

—Lo imagino, minion.

Viajamos de regreso a casa. Llamé a la abuela, le conté lo del entierro de su mascota y ella aseguró que vendría al día siguiente a visitarnos y a recoger la cama del perrito fallecido que pasó su última semana en nuestra casa.

No recuerdo en qué momento me quedé dormida, pero el vibrar de mi celular me despertó de golpe.

De: Daniel.
06:04am.
"Gatito, me enteré lo de tu mascota. Lo siento mucho."

De: Gatito.
06:05am.
"Sí, yo también."

Volví a acostarme intentando volver a mi anhelado sueño, pero...

De: Daniel.
06:06am.
"¿Por qué tan cortante?, ¿Estás molesta conmigo?"

De: Gatito.
06:06am.
"Lo estaré si no me dejas dormir. Tengo mucho sueño, y pudiste llamarme más tarde."

De: Daniel.
06:06am.
"Lo haré ahora."

No, no, no, no y no.

—¡Te dije que llamaras más tarde! —contesté al instante sobando mis ojos.

—Lo siento —su voz parecía la de un niño y me pude imaginar que estaba haciendo un puchero en ese mismo momento— es que tenía ganas de hablar contigo, ¿cómo estás?

—Medio dormida.

Río bajito.

—¿Harás algo hoy?

Pesado.

—Probablemente iré a la escuela.

—Oh, cierto... aún estás en la escuela.

—¿Sucede algo?

—No, sólo quería pasar tiempo contigo hoy.

Sonreí a medias. Pasar tiempo con Daniel me va muy bien, así que podría invitarlo.

—Mi abuela llega a Trunstong en la tarde, podrías venir y...

—¡Claro! —carraspeó— eh, sí, claro.

Reí.

—De seguro le caes muy bien.

—Espero que sí. La aprobación de la abuela es demasiado importante para una relación saludable y próspera.

—¿Me estás hablando en serio?

—Digamos que lo acabo de inventar.

Ambos reímos juntos. Se sentía tan bien la complicidad que empezábamos a tener.

—Como sea... ¿Vienes?

—Por supuesto, es más —sabía lo que vendría luego de eso— podría recogerte de la escuela y luego irnos juntos a tu casa.

—Mis amigos irán también.

—¡Perfecto! Te espero fuera de tu escuela, gatito.

—Pero...

—¡Nos vemos! —colgó.

Me metí dentro de la cama, aún faltaba algo más de veinte minutos para que suene el despertador así que decidí que dormir sería la mejor opción.




Nueve horas después.

—¡¿Qué estás haciendo tú aquí?! —le recriminé con los ojos entrecerrados.

—La pregunta correcta es, ¿qué hace él aquí? —habló Alex señalando a Daniel.

La expresión de Daniel era indescifrable, se notaba la ira y la impotencia en ella, pero había algo más... algo que no llegaba a entender.

—Es amigo mío.

Sonrió con tristeza y desvío la mirada.

—Caroline, necesitamos hablar.

—Ella no tiene nada que hablar contigo —su cuerpo escudó el mío impidiendo todo contacto.

Esto no va a terminar bien. De hecho, no va a terminar bien.

—Daniel —moví su brazo— tranquilo, déjalo hablar.

—¿Frente a todos?

—Sí —me dirigí al recién llegado— frente a mis amigos y mi familia.

—De acuerdo.

El brazo de Daniel cedió permitiéndome acercarme más a él. Habría que escuchar lo que diría, aunque todos quisieran asesinarlo con la mirada, tenía que oír lo que iba a decir.

—Bien, Alex. Te escucho.


— 🦋 —

Nota ❤️

Estos capítulos son algo más cortos para que puedan ponerse al corriente de todo, y principalmente porque viene el drama✌🏼

Un abrazoooo.

HOPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora