Capítulo 26

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En este capítulo se tocarán temas delicados. Sé que ustedes le han dado amor a la historia en comentarios y, al menos en Alternativos, he visto mucha empatía hacia los personajes, así que les voy a pedir que este capítulo no sea la excepción.❤

Espero que lo disfruten❤ 


Beto

No podía más. Me sentía atrapado, como si fuera claustrofóbico y me hubiera quedado encerrado solo en un ascensor.

Ese fin de semana habíamos ido a casa de la familia de Mily por el cumpleaños de su abuela. Era un sitio bastante grande en Luján, en el cual se habían reunido todos los hijos de la señora y todos sus nietos. Al principio de mi relación con Mily no podía evitar sentirme extraño al pasar tiempo con ellos porque eran una familia gigantesca y muy unida, mientras que yo... no tenía una familia. Por suerte, la incomodidad y la pequeña envidia que tenía hacia ellos fueron reemplazadas poco después por un cálido sentimiento de familiaridad. Ellos me habían acogido con cariño y se preocupaban por mí casi de la misma forma en la que se preocupaban por ella.

Excepto ese fin de semana.

Ese fin de semana mi relación con Mily y su familia se fue a la mierda.

Llegamos el viernes por la noche y durante la cena me di cuenta de que algo no estaba bien. Cada vez que me dirigía a un área de la casa, las personas se callaban y me miraban de manera juiciosa, en especial las primas de Mily. Me trataban como si hubiera hecho algo terrible. Y sí, había hecho algo tan terrible como besar a una chica que no era mi novia, pero ninguno de ellos estaba enterado.

Algo sucedía, y no fue hasta que Mily y yo estuvimos solos en una de las habitaciones de huéspedes, que lo descubrí.

—Has estado raro toda la noche —señaló con un suspiro.

Empezó a cambiarse de ropa y, para darle privacidad, me giré. Era algo extraño porque estábamos acostumbrados a vernos sin ropa pero desde que Clara y yo nos habíamos besado por primera vez, me había distanciado físicamente de Mily a un punto en el que me parecía incluso incómodo verla desnuda. Me odiaba a mí mismo por ello.

—¿Yo he estado raro? —repetí, incrédulo—. Tu familia me está aplicando una especie de ley del hielo. Tus primas no dejan de mirarme como si fuera un delincuente.

—Ah, eso.

—Sí, eso.

Sentí su mano en mi brazo, invitándome a darme la vuelta. Cuando lo hice, descubrí que no se había puesto su pijama sino que se había quedado en ropa interior. Tragué con fuerza.

—Mis primas siguen mucho las noticias de farándula, son fanáticas de Icónica, Tini, y Lali. Y ahora de Indie Gentes. Supongo que gracias a que Icónica está con Pacho.

—¿Son fanáticas de la banda por eso y no porque me conocen a mí que soy el baterista? Pensé que les caía bien.

Mily se rio.

—Siempre les has caído bien, solo que... Te pondré un ejemplo: si una de ellas fuera actriz de teatro, ¿irías a todas sus funciones? ¿Serías su admirador solo porque es mi prima?

Torcí la boca.

—Podría intentarlo —contesté, ofendido. Mily se cruzó de brazos a la espera de mi respuesta honesta—. Bueno, tal vez no. Lo que no entiendo es... ¿qué tiene que ver esto con que toda tu familia me haya tratado hoy como si los hubiera ofendido?

Alternativos © [Indie Gentes #2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora