Capítulo 27

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Este capítulo oficialmente abre tramas para el libro #3 y responde muchas cosas. Así que antes de leerlo, tomen agua, preparen palomitas, y disfruten❤.

Y pueden explotar en hype y teorías cuando lean "cierta" parte.🙊


Clara

—Creo que Led tiene novia —le dije en voz muy baja.

La expresión de Beto fue un poema. Sus ojos se abrieron como si hubiera visto un fantasma y por un segundo pensé que se ahogaría con su propia saliva.

—¿Es en serio? —preguntó y asentí—. En todo el tiempo que llevamos conociéndole, jamás le hemos visto ni siquiera una conquista, nada. Incluso Nirvana le aconseja constantemente que se busque una novia.

—Sara estuvo enferma el lunes así que ayudé a Led con algunas cosas, y esa noche me pidió que le llevara unos documentos a un restaurante en el que estaba cenando, que él los revisaría cuando llegara a casa. Y adivina qué.

—¿Qué?

—Estaba con alguien. Se trataba de una chica guapísima. Una rubia que podría ser Miss Argentina si se lo propone. Estaba tan impactada que, en vez de irme del restaurante, me escabullí como si fuera al baño y me quedé mirando la escena. Y adivina qué.

—¿Qué?

—Ella pidió un plato vegano y Led también. Él no es vegano, así que si ordenó algo vegano es porque está muy comprometido con la causa. Con «la causa» me refiero a conquistar a la rubia a la cual llamaré a partir de ahora Miss Argentina. Eso no es todo... Luego llegó la hora del postre. Y adivina qué.

—¿Qué? —Beto ni siquiera pestañeaba.

—Miss Argentina le dio tiramisú en la boca.

—No te lo puedo creer.

—Créelo, lo vi con mis ojitos. Menos mal que Led no me descubrió, o estaría despedida. —La chica de la cafetería nos entregó nuestras bebidas y comenzamos a caminar en dirección al grupo. Estaban todos cerca de la puerta de embarque—. Ha sido difícil guardar este secreto.

—Espera. —Frenó en seco y me giré hacia él—. ¿Sabías esto desde el lunes y no me lo habías contado? Pensé que éramos amigos. Incluso vivimos en la misma casa.

—¡Estaba respetando la privacidad de mi jefe! No me mires de esa manera.

—Si respetaras la privacidad de tu jefe, no lo habrías espiado en el restaurante.

Habían pasado casi tres semanas desde que Beto y yo acordamos ser «amigos» y, para la sorpresa de los dos, estaba saliendo bien. Tan bien que daba miedo. No había tensiones, secretos o viejos resentimientos. Ambos sabíamos que nos gustábamos solo que no era el momento de estar juntos, sin embargo, eso no impedía que charláramos sobre cualquier tema o nos riéramos de chistes sin sentido.

Lo veía mucho más feliz que antes, incluso había ido a una primera sesión con una psicóloga y el resto de la banda estaba al tanto. Era como si el sol comenzara a brillar en su vida.

Por mi parte, seguía viviendo en la casa de los chicos porque no podía pagarme algo más. Recién estaba por cobrar mi primer sueldo y, si bien no era una mala cifra, todavía no era suficiente para irme a vivir por mi cuenta. Necesitaba uno o dos meses más. El lado bueno era que había retomado la relación mi hermano; después de darme cuenta de que yo había caído en lo que tanto critiqué de Alicia, disculparme con él por meterme en su relación fue más fácil. Lo había extrañado tanto que después de saludarlo por teléfono, me puse a llorar.

Alternativos © [Indie Gentes #2] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora