» Bajo el ojo del diablo «

El escape. parte II

Algunas horas pasaron, y el silencio que reinaba se lleno de gritos... Dominic se escandalizó y corrió adentro, ingresó al cuarto de donde provenían los gritos y solo vio a Alexz rompiendo cosas y con las manos llenas de sangre. Ella no tuvo tiempo de reaccionar cuando él la tomo entre sus brazos impidiendo que se moviera.

— ¡Suéltame hijo de puta! ¡suéltame! — Gritaba sin parar pataleando y tratando de zafarse de su agarre.

Dominic prefirió guardar silencio y quedarse allí sosteniéndola hasta que se calmará un poco, pero la calma tardó en llegar... sus gritos se fueron apagando hasta que llego el llanto y la fragilidad... su cuerpo se deshizo hasta quedar acurrucada en el suelo con los brazos de Dominic rodeándola... él simplemente no sabía que decirle para consolarla... ¿Qué podía decirle si era el culpable de su dolor?

— ¿Por qué? — Susurró con la voz totalmente quebrada.

Él se levanto y fue a la habitación que tenían preparada para la madre de Alexz y tomo el botiquín que tenía allí para regresar con ella, al volver se quedó observándola desde la puerta y la culpa lo embargó, tragó salvia y se hincó a su lado, con delicadeza tomo una de sus manos y con suero fisiológico y una gasa intentó limpiar sus heridas... — ¿Realmente crees que siendo amable olvidaré todo lo que me hiciste pasar? — Cuestionó ella con un dejo de tristeza que la sobrepasaba.

— No, yo sé que no.

Dominic sabía perfectamente que el dolor que estaba sintiendo la superaba, y que probablemente por eso no hacía el intento de apartarlo... — Necesito hacer una llamada.

— Alexz... — Suspiró. — Solo espera algunos días, no es buena idea en este momento.

— ¿en este momento?, ¡¿de que coño hablas?! ¿sabes cuanto me importa todo en este momento?

Ella encogió sus piernas evitando al máximo el contacto con Dominic — ¿Qué caso tiene?, ya no tienes nada con que presionarme.

— Lo sé, y ya no te retendré más.

Silencio.

Al terminar de curar sus manos se levantó y se retiró.

...

Clay hizo una parada antes de llegar a uno de los apartamentos de Dominic, de inmediato llamo a Warren que suponía estaba en el Club, a menos que haya estado en la casa y ya estuviese muerto. — ¿Warren?, el respondió con su tono glacial como siempre y sin mucho que decir, le contó todo lo más resumido posible — La casa fue un caos anoche, el FBI, los hombres de Gautier, en fin, es imposible pisar la propiedad... Demon está seguro, pero deje el auto y necesito que te deshagas de eso... ya te mando la dirección por escrito. — Colgó y avanzó caminado hasta entrar al edificio.

Faltaba poco para amaneciera, envió rápidamente la dirección a Warren y se dispuso a llamar a Conor... creo que era justo avisarle lo que había pasado, aunque la diferencia de horario no ayudaba mucho él parecía estar muy pendiente — ¿Si? -Respondió del otro lado de la línea.

— Soy Clay.

— ¿Cómo está Alexz? — Preguntó directamente sin mediar saludos.

— Paso algo...

Hubo un silencio en la línea, y sin reparo le informó todo lo que había sucedido — ¿Cómo lo tomo ella?

— No estoy con ella, tuve que dejarla con Dominic.

La respiración de Conor se aceleró — ¡¿Estás loco?! ¿Qué mierda tienes en la cabeza?

— Calma, sé que lo odias y todo eso... pero, por el momento es lo mejor mientras se calma todo.

Conor no le cabía en la cabeza, pero sabía que Clay tenía razón... ir por ella era exponerla, no solo por sus nexos con Demon sino que ahora tendría nexos con Deyken y eso resultaba ser perjudicial para ella. — Iré por ella, aunque eso implique matar a tu jefe.

— Conor, sin Abril no hay nada con lo que Demon pueda retenerla. La dejará.

— No creo tanta buena mierda, esperaré unos días. Si no tengo noticias iré por ella.

Clay resopló — Bien, en cuanto pueda te comunicaré con ella. — Colgó.

Mientras Clay tomaba una ducha trataba de imaginarse como estaría Alexz, perder a su madre era el dolor más grande que pudiese vivir.

...

Alexz no sintió ni un ápice de ganas de salir de su habitación, no quería explicaciones, no quería historias, no quería verdades... ya nada era importante, ya nada valía la pena. Se subió a la cama y se enrosco en las sabanas sollozando, buscando consuelo en su soledad...

Dominic no pudo conciliar el sueño y volvió a entrar a la habitación de Alexz, ella tenía la mirada perdida... ensimismada en sus pensamientos, con sus ojos completamente rojos y llenos de lágrimas — Lo único que puedo ofrecerte en este momento es que voy a recuperar su cuerpo, Abril merece que le des su último adiós. — Dijo mientras se sentaba en el borde de la cama.

Ella sonrió amargamente — El papel de buena persona no te queda.

Él negó — Realmente no me conoces.

Alexz lo miró fijamente — ¿En serio?

— El hecho que solamente hayas conocido mi lado más oscuro no quiere decir que sepas quien o como soy. Pero te entiendo, creo que el daño que te hice es un punto más fuerte que lo que yo puede decirte.

Ella se estiro para sentarse y poder mirarlo de frente — ¿Qué diferencia haría a estas alturas conocerte?, ¿crees que, por conocer tu triste historia, o lo que pasa por tu mente podría justificar todo lo que me hiciste?

— No, creo que por el contrario antes que justificarme me odiarías aún más.

Ella mordió su labio lastimado intentado procesar toda la basura que Dominic le estaba diciendo — ¿Qué buscas?

— Dejarte ir. Ella guardó silencio — Pero para poder dejarte ir debo sacar todo lo que tengo guardado. — Él suspiró buscando el valor necesario para continuar. — Te conocía antes de todo.

Ella sintió miedo ante sus palabras — ¿a qué te refieres?... -Y empezaba a cobrar sentido tantas cosas que había ignorado — ¿aquella foto mía en tu habitación?

— Tenías 16 años cuando te conocí.

Sus labios empezaron a temblar — ¿cómo? ¿por qué?

— Owen.

Ella negó, no quería escuchar más... — Vete, por favor. — Susurro mientras las lagrimas se deslizaban por sus mejillas.

— Lo siento Alexz, tienes que escucharme. Conocí a tu padre hace muchos años, tenía problemas con el juego y me debía demasiado dinero.

Aquella verdad la exalto — ¡Basta!

Si ero era cierto, Dominic Ferrer había sido siempre el tipo al que ella le pagaba dinero... siempre lo supo, desde el principio y aún así le mintió para que se metiera en esa vida tan turbia. — No tenía como pagarme, y lo obligue a hablarme de ti... llevaba esa foto consigo, y se la quite. No sin antes pedirte a cambio de saldar su deuda.

Ella se levantó de golpe, sintió un taco en su garganta que no la dejaba respirar, Dominic intentó acercarse, pero lo único que consiguió fue que se alejara aún más... si las cosas eran como él decía, nunca existió una deuda, ella era el maldito pago. — Hijo de puta. -Chilló. 

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Gracias por leerme.