» Capítulo 14 «
No puedo luchar contra esto. Parte IISu convertible negro se aparcó detrás de la bodega, su rostro se tensó al ver a lo lejos a Deyken. Caminó hasta él — ¿cómo va todo?
Clay lo miro de soslayo — Perfecto, las chicas están completas. — Respondió.
— Te esperábamos Demon, eres tú el que las divide ¿no? — añadió Deyken sonriendo.
— No tengo tiempo para tus comentarios de mierda Deyken, terminemos con esto. — Siseó entrando al lugar.Dos hombres fornidos cuidaban la entrada y más de quince estaban dentro sin contar a los que se hallaban vigilando el perímetro, La bodega era el nombre con él se conocía aquel sitió... allí entrenaban la mercancía por algunos días, era enorme; tubos, grandes sillones, mesas, una barra que daba la vuelta al lugar y las habitaciones que ocupaban el segundo nivel. — Me gusta. — Confesó Deyken observando detalladamente.
Las cincuenta mujeres estaban paradas en la mitad del lugar, se escuchaban sollozos y murmullos — Buenos días. — Sonrió Dominic admirando el cuerpo de cada una. — ¡WARREN! — exclamó.
— Encárgate de seleccionarlas, estaré arriba. Ya sabes que hacer. — Ordenó.
Esa era la verdad del negocio, Dominic odiaba tener que escogerlas. Le tomaba mucho tiempo así que prefería relevar esa tarea a sus hombres y así evitar sus constantes lloriqueos y suplicas — ¿no vienes? — Le preguntó a Deyken.
— No entiendo muy bien tu modo de trabajar Demon, pero estoy aquí porque muchos de mis socios han hecho negocios contigo y no se han quejado.
— No hay mucho que entender, tu solo relájate y espera. En menos de una semana te llevaras cincuenta diosas del sexo. ¿Un trago? — ofreció, Deyken aceptó.
— No creo que ninguna llegue a la talla de Alexz. La expresión de Dominic cambió, — Tienes una mina de oro con esa mujer Demon.
— Es como cualquiera de las otras.
— ¡¿enserio?! — enarcó una ceja. — ¿cuánto pides por ella?
La sangre le hirvió y sintió deseos de vaciar todas las balas de su arma en la cabeza de Deyken — No está en venta.
— Todas tienen un precio, ¿qué te parece si negociamos? Yo te dejo esas cincuenta y tu mi querido Demon me das a Alexz.
— ¡NO!, no discutiré sobre eso Deyken. Ahora ya sabes cómo es esto; la mitad del dinero ahora y la otra mitad cuando la mercancía esté en tus manos. —informó exaltado.
Su sonrisa se hizo notar, — Estás convirtiendo a Alexz en un reto para mí. — Bufó tomando su teléfono — Conor trae el encargo.
El silencio se apoderó de la situación, Dominic y Deyken se desafiaban con la mirada. La puerta se abrió y el hombre de confianza de Deyken entró dejando un portafolio sobre el escritorio — Bien, aquí está lo pactado. Nos vemos en cuatro días. — concluyó abandonando la oficina.
Rechino los dientes bogándose el último trago de su cristal provocando que su garganta ardiera, — Primero perderías tu vida antes que yo perder a Alexz. — murmuró estrellando su puño contra la madera de su escritorio. — Jefe. — Llamó uno de sus guaruras — ¡¿qué sucede?! — gritó enfadado.
— Ya está todo listo.
Eso era parte de su ser, era algo que lo llenaba ser como era. Dominic no esperaba ser amado por nadie, él ya odiaba a todos. Camino a través del pasillo y subió a la segunda planta, su alrededor estaba completamente rodeado de tapices rojos con figuras geométricas negras al igual que la alfombra que forraba el suelo. Sacó una llave de su bolsillo y abrió aquella puerta... sonrió "¿cuánto tiempo sin vernos?". Una cama enorme en la mitad de la habitación, sin nada que pudiese estorbar más — Te extrañe. — masculló.
Tocaron la puerta interrumpiendo sus pensamientos, — Adelante. — dijo con voz suave. La puerta se abrió despacio haciendo que el momento se hiciera más excitante, no paso mucho tiempo cuando Dominic vio la silueta de aquella mujer delante de él — Cierra la puerta. — Ordenó.
Mordió su labio admirándola con sutilidad, se aproximó y camino a su alrededor dejando que su aliento chocara contra su cuello, embriagándose con su aroma femenino — Hueles bien. — murmuró a su oído paseando su lengua por su oreja, ella pareció agradarle, pero él podía sentir el miedo que le trasmitía su cuerpo. Buscó entre sus jeans su tan conocida pañoleta negra y la deslizo por sus ojos sujetándola con delicadeza detrás de su cabeza. Todo estaba en completa oscuridad, la tomo por la mano y la acerco a la cama acariciando su espalda... — ¿Me harás daño?
Su sonrisa traspaso la oscuridad, — Lo único que haré es que te vuelvas adicta a mí. — Respondió despojándola de su ropa, — a partir de ahora te llamaré Alexz. — susurró apoderándose de sus labios con urgencia.
...
— ¿Alexz? — Escuchó del otro lado de la línea y sintió una punzada en su estómago — ¡¿Alexz?! Háblame cariño, sé que eres tú.— Blaze, yo... yo... — intentó reprimir sus lágrimas, pero fue imposible, un nudo se incrusto en su garganta impidiéndole hablar — No quise que las cosas terminarán así Alexz, no quiero que terminen, yo te amo. La mano con la que sostenía el celular temblaba y ella solo escuchaba atenta — Sabes bien que nunca estarás sola.
En su interior sabía que, si lo estaba, se hallaba más sola que nunca... y él era demasiado bueno para ella, no podía dejarlo saber quién era realmente. Prefería alejarse antes que ganar su odio. En el pasado habían pasado horas enteras hablando de cuanto Blaze detestaba a las mujeres que ganaban dinero fácil, de lo horrible que debía ser una mujer usada por tantos hombres "La necesidad las lleva a cometer actos repulsivos" fueron sus palabras; y Alexz era una de ellas.
Pero se sentía tan sola y desprotegida sin él a su alrededor — Te necesito. — articuló mientras su corazón se hundía dejando un vacío en su pecho.
...
Demon es realmente retorcido, & Alexz... ya podrán ir conociendo más de esta historia.. Apenas empieza.
_______________________________Escritora: » Anggie. Twitter: » @kaatthriin
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» Bajo el ojo del diablo «
Teen Fiction© 2015, Anggie Katherinne. Todos los Derechos Reservados. Título Original: Bajo el ojo del diablo. Prohibida su copia o reproducción total o parcial. Dominic Ferrer y Alexz Johnson.