Cerca. Parte II

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» Capítulo 50 «

Cerca. Parte II

Clay trepo con dificultad el alto muro, se movió con agilidad entre los arbustos y logro divisar a Alexz parada junto a la ventana en un cuarto de la segunda plata, segundos después desapareció dejando que las cortinas cayeran.

Realmente al principio no creyó que fuera ella, limpió sus ojos y la miro otra vez antes de que perderla de vista y sí, era la misma, aunque ya no lucía su roja cabellera... ahora era rubia.

Espero a que no hubiese nadie que lo viera y escalo hasta esa ventana donde hacía algunos minutos la había visto. Con las manos sudorosas deslizo el cristal e ingreso al cuarto sin contar que había un muro justo delante suyo cayendo de lleno sobre la alfombra. Levantó la cabeza rápidamente, pero notó que ella estaba completamente ignorando su presencia.

Se puso de pie sin poder quitarle la mirada de sus despampanantes curvas. Su desnudez era realmente impactante.

Sí, ya la había algunas veces desnuda, pero ahora era diferente. Algo había cambiado en él, ahora la deseaba.

Trago saliva y siguió observándola tan concentrado que no se percató de que la mirada de Alexz se volvió para encontrarse con la suya. Clay no supo que hacer y ella quedo tan sorprendida que lanzó al instante un grito ensordecedor, él intento calmarla haciendo ademanes para que guardara silencio, pero no funcionó y al instante un hombre llamo a la puerta.

— ¡¿Señora qué sucede?!

Alexz no sabía que decir, con las manos temblorosas se deshizo de su celular y percibió la misma sensación en Clay, pero él estaba totalmente mojado y cubierto de arena. Después de algunos segundos asimiló la fuerte impresión y reaccionó...

— Estoy bien, solo estoy cantando. —Exclamó Ella al tiempo que Clay soltó un suspiro aliviado, no había trepado dos altos muros para morir tan rápido.

Ambos se quedaron mirando por algunos segundos en silencio hasta que el frío recorrió la piel de Alexz — ¡Oh Diablos! —Exclamó al recordar que estaba completamente desnuda. Corrió al baño y se envolvió en una toalla.

— No era para tanto. —Sonrió Clay hablándole en voz baja—

Ella camino hasta él e ignoró su comentario — ¿Qué te paso? — Le cuestionó por su lamentable aspecto—

Clay enarcó una ceja y exhalo — De alguna forma tenía que llegar aquí— Ella asintió y se aproximó a la puerta para asegurarla — Tardaste un poco ¿no crees?

De inmediato la expresión en el rostro de Clay cambió — Ni que me estuvieses esperando.

Alexz hizo una mueca y sonrió al ver a Clay maldecir por lo bajito, procuró darle una toalla para que se aseara y pudiera ponerse cómodo.

— ¿y qué me dices de ti? ¿Rubia? Ella alzó los hombros — Ya sabes lo que dicen, ahora las rubias mandan.

Clay rió — No creo que Demon opine lo mismo, es más creería que no lo aprueba.

Ella resopló — ¿Y acaso desde cuando me ha importado lo que a él le agrade? Él negó, seguía siendo la misma testaruda de siempre, aunque su único cambio visible era su look, sabía que de algún modo algo en ella era diferente. — Diría que tienes razón.

Hubo un silencio incomodo en el que ni siquiera podían sostenerse la mirada. Había pasado tanto tiempo que ya no eran lo que un día habían sido, ahora eran como un par de desconocidos.

— No puedes quedarte así. — Dijo Alexz rompiendo el silencio, se inclinó para recoger su ropa y abandonó la habitación.

Clay se detuvo a observar todo el lugar, no había nada raro... todo era neutro, las paredes del lugar tenían un color sobrio parecía más bien triste.

» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora