Control total.

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» Capítulo 23 «

Control total.

Alexz dejo caer su cabeza hacia atrás apoyándola en el cojín del auto, en silencio lloro reprimiendo los sollozos, era una prostituta ¿a qué horas había pasado eso? Aún podía recordar cuando era una niña normal, iba a colegio y regresaba a casa para ayudar a su madre solía esperarla horas enteras sentada en el umbral de su puerta observando cómo las personas iban y venían. Alexz la admirada tanto, su madre era una guerrera —"Eres mi heroína" Le susurraba sonriendo.

— No, no salvo el mundo cariño. —Respondió Abril su madre mientras Alexz se refugiaba en su regazo.

— El mío sí.

Ambas hacían lo posible por mantenerse bien, Alexz se había prometido ingresar a la universidad en cuanto terminara el colegio para así poder ayudar a su madre que milagrosamente podía mantenerla con su sueldo de mesera. Su vida se había vuelto difícil desde que su padre las había abandonado, no lo veía casi nunca pero no lo odiaba simplemente creía que él debía seguir otro camino; Abril rara vez le hablaba de él, pero estaba segura que tenía sus motivos.

Ahora su mundo estaba de cabeza, ya había pasado un año con algunos días o meses de más y la extrañaba tanto, no era fácil para Alexz tener que verla tirada en una camilla como si estuviese muerta, pero agradecía que su corazón aun latiera. Ya estaba próxima a cumplir sus veintiún años y lo único que ella quería es que Abril despertará eso era lo que Alexz más deseaba.

— Llegamos.

Alexz descendió del auto — Habitación 16B. Le indicó el guarura de Demon. Avanzo vertiginosamente dentro del hotel, agarro con fuerza su abrigo y cuando estuvo frente a la puerta del cuarto tomo una bocanada de aire y cerró los ojos por algunos segundos, al abrirlos ya no era Alexz — De vuelta al juego. Giró la perilla de la puerta y camino lentamente — Hola. Susurro sin saber con quién se encontraría.

— Lindsay. Sonrió divertido.

Club Diamond.

El lugar estaba atestado de gente, se podía observar la larga fila de personas esperando por ingresar — Llevabas rato sin venir ¿verdad? Rompió el silencio Clay mientras conducía hacía el estacionamiento.

— Algunas semanas, pero Warren es un excelente informante. Respondió Demon esperando para bajarse.
El club Diamond era muy afamado y la mina de oro de Dominic Ferrer, era cierto que en el día por casi toda la semana representada un magnate de negocios dedicado a la arquitectura algo bastante rentable, pero nada comparado con su clandestina ocupación, la trata de mujeres y prostitución de las mismas. Un hombre indetectable para las autoridades que jamás cometía un error, podría decirse que era invisible en el bajo mundo.

"El mejor truco del diablo fue convencer al mundo de que no existía" — decía Dominic siempre que lograba dar un golpe recibiendo y enviando enormes cargamentos de mercancía.

— Te espero aquí. Espetó Clay mirando la barra donde planeaba tomarse un trago.
— Regreso en una hora.

y antes de que pudiera perderse entre la multitud Clay lo detuvo. — Tendrás que aplazar tu perversión por hoy. Le dijo con voz fuerte eludiendo la estruendosa música, Demon frunció el ceño sin entender — Owen a la una. Indicó Clay con la mirada.


Las comisuras de sus labios se levantaron "No podía aparecer en mejor momento" Pensó abriéndose paso hasta el otro extremo de la barra donde se hallaba aquel hombre bebiendo desaforadamente.

— ¡Owen! Exclamo Demon agarrando su hombro.

El hombre literalmente escupió todo el líquido que tenía en su boca — ¡Vamos! Exigió Demon pero Owen trato de resistirse — ¡Vamos! Ordenó de nuevo, el tipo se levantó y camino junto a Demon y Clay se les unió... había tanta gente que apenas y podían dar un paso, Clay ayudo a evacuar el camino para dirigirse a la bodega de licores, — ¡Puerta! Exclamo Clay y un guarura de Dominic apareció abriendo una puerta oculta detrás de montones de caja, Owen seguía resistiéndose, pero Demon lo halaba.

....

— ¡¿Deyken?! Exclamó Alexz dando un saltito de felicidad.

Deyken se abalanzo hacia ella levantándola entre sus brazos, — Eso significa que me extrañaste — ¿Verdad? Ella guardo silencio y se aferró a él con fuerza — Nunca apareciste, me tuviste en vilo por muchas horas.

— ¿Cómo lo lograste? Preguntó curiosa.

— ¿Qué cosa? ¿Poder verte? Alexz asintió —No tuve que hacer mucho, ya sabes cómo es Demon sus decisiones son manejadas por la cantidad de dinero que pongas en sus manos. Sonrió.

— Eso debió ser mucho.
— Una suma considerable. Dijo sin darle importancia.

— Entonces a lo que vine. Alexz logró tocar el suelo de nuevo y empezó a deshacerse de su ropa — ¡No! La detuvo al instante.

— ¿No? Ella estaba confundida — yo no vine por sexo Alexz, vine por ti.
Las piernas de Alexz temblaban retrocedió algunos pasos — ¿Qué?
— Nos iremos ¿de acuerdo? Sonrió

— ¿Irnos? Alexz se quedó tildada por algunos segundos en los que su mente rebobinaba las palabras que Demon le había dicho horas atrás "¿dejarte ir? ¿Quién crees que soy? ¿Tu dueño quizás? Oh espera, sí soy tu dueño."

— Un auto nos espera fuera del hotel, es hora de irnos.

La pequeña Alexz estaba asustada, su labio inferior se movía vertiginosamente y sus ojos se cristalizaron amenazando con el desborde de un par de lágrimas — El me mataría. Dijo entre dientes.

Deyken lo supo, ella no aceptaría. — Yo pague Alexz, mucho dinero.

— ¿Me compraste? Cuestiono dudosa, el asintió.

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Escritora » Anggie. Twitter » @kaatthriin

» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora