Ya basta.

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» Capítulo 51 «

Ya basta.

Todo el lugar parecía estar arreglado para una boda, flores blancas por doquier, cortinas blancas que adornaban las carpas, sillas forradas de satín blanco perlado y al final del sendero que dejaron en la mitad colocaron el féretro donde reposaba el cuerpo de Deyken. Habían decidido que todos debían asistir vestidos de blanco a excepción de Conor y Alexz.

Aunque Deyken no creía mucho en Dios, Conor estuvo de acuerdo en que un sacerdote estuviese presente para darle la bendición. Varias personas dijeron unas palabras que resultaron conmovedoras. Clay desde su ubicación los observo a todos y reconoció a la mayoría; porque en algún momento fueron socios de Demon.

La última en intervenir fue Alexz, ella realmente no tenía previsto pararse delante de un grupo de personas desconocidas para ella. Pero hubo un silencio sepulcral y todas las miradas se posaron en ella. Clay notó lo afectada que estaba, pero aun así se puso de pie y avanzo al frente.

Aclaró su voz intentando mitigar los nervios, pero con tantas personas observándola era imposible. Pasaron algunos segundos antes de que ella pronuncia palabra. — No prepare ningún discurso para este día. Ni siquiera estaba preparada para que esto sucediera. —Lanzó un suspiró y continuó— Él fue un hombre increíble, realmente lo fue. —Su voz se quebró y limpió sus lágrimas con rapidez— Siempre me cuidó, vio ese potencial en mí que ni siquiera yo sabía que existía. Fue mi ángel, logró sanar mis heridas para darme alas. Hizo lo que nadie nunca hizo...creyó en mí.

Sus palabras calaron en su interior, realmente lo había querido mucho en muy poco tiempo consiguió lo que Demon no pudo en años. Ganarse su amor.

Conor la tomó de la mano mientras acariciaba su espalda para hacerle sentir que él estaba ahí. Ambos volvieron a ocupar sus sillas y esperaron mientras cada persona se acercaba a despedirse de Deyken.

Al final solo quedaron ellos tres, paso algún tiempo antes de que alguno se moviera. Solo estaban allí, Clay en las últimas sillas observaba como Conor consolaba a Alexz. Ella estaba deshecha, ni siquiera se movía, tenía su cabeza apoyada en el hombro de él. No supo cuánto tiempo paso exactamente cuando vio a Conor caminar hacia él. —Quiere hablar contigo. Escupió con desdén.

Él fue y se sentó a su lado y sin siquiera mirarla preguntó directamente — ¿Lo amabas?

— Me hubiese gustado, después de todo él apostó por mí cuando ni yo misma lo hice. —Respondió al borde del llanto—

— Demon también apostó por ti.

La expresión en el rostro de Alexz se endureció y lo obligo a mirarla — ¿Aposto por mí? ¿Como?... Espera, yo te lo diré. Maltratándome, secuestrando a mi madre, obligándome a revolcarme con tipos asquerosos ¿por qué es a eso a lo qué te refieres verdad? — Escupió furiosa—

Clay se removió y sin quitarle la mirada defendió sus argumentos —No sabes por lo que ha tenido que pasar, ni siquiera has tenido una conversación normal con él.

Ella no soportó lo que él le decía, era una completa estupidez querer excusar sus actos con algo como eso, ¿Qué diablos hubiese cambiado si hubiese existido esa conversación?, sí; exactamente. Nada. Era obvio que ella no tendría por qué saber ni importar por lo que él había pasado, así como a él tampoco sentía compasión por nadie. Porque solo es un maldito loco que solo le interesa prostituir mujeres como si fuesen mercancía.

— ¡Jamás podría tener una conversación normal con él, no cuando sigue creyendo que tengo un sello con su nombre en mi frente como si fuese de su maldita propiedad!

» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora