¿Eres mi perra?

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» Capítulo 3 «

¿Eres mi perra?

Aleje aquellos perturbadores recuerdos que me acechaban constantemente. Traté de erguirme, pero el intento fue en vano, gemí ante el dolor de mi golpeado cuerpo. Vi que Dominic seguía esperando saber cuál sería mi próximo movimiento, tome fuerzas de donde pude y me puse de pie; por algunos segundos sentí la victoria abrazarme, pero me precipite de lleno al suelo haciéndome estremecer cuando mis huesos chocaron contra la fría madera. Chille al instante que el dolor recorrió cada fibra de mí — ¡ALEXZ! —Escuche a lo lejos y todo a mi alrededor se desvaneció.

— Ella no debe saberlo. — Dijeron en un susurro.

Al abrir mis ojos me encontré en un lugar ajeno a mí, todo en mi dolía hasta el solo hecho de respirar — ¿Dónde estoy? — Me cuestione. Trate de levantarme, pero fue un intento fallido. — Hola. — Articulo mirándome con lástima.

— ¿Clay? — Pregunté incrédula, él asintió.
— ¿Dónde estoy? — Interrogue.

— En casa de Ferrer. — Respondió tranquilamente terminando de aplicar algo en mi rostro.

Palidecí al instante, — ¿Qué? — Dije sin salir del asombro, en el año que llevaba trabajando con Dominic jamás había conocido su casa, de hecho, nadie fuera de sus matones conocía su casa. — ¿Qué hago aquí? — murmure observando el lugar.

— Siempre preguntando estupideces. — Resonó su siniestra voz en la habitación provocando que saltará de la cama — ¡Auch! — Me queje al sentir la mano de Clay caer con fuerza en mi labio poniendo demasiado alcohol sobre él. — Lo siento. — Se disculpó de inmediato.

— ¡Largo! — Ordenó. Clay abandonó la habitación al instante. — ¡¿Cuándo pensabas decirme?! — Espetó caminando con altivez.

— No... Suspire y continúe — No pensé que se saldría de control.

Su sonrisa sobresalió y sus ojos se clavaron en mi — Alexz, Alexz, Alexz ¿cuándo madurarás?, te dije específicamente que yo te doy los clientes, tu no los escoges. — Indico.

No tenía ganas de discutir, no hoy... cuando más que nunca podía sentir lo podrida que era mi vida, era como un auto demasiado usado; Mi piel era el mapa donde todos lograban encontrar refugio. — Así que hoy no estás muy conversadora. Rodé los ojos y guardé silencio — ¡Pudieron asesinarte! — Exclamo enojado.

— ¿Enserio? ¿Es enserio? — Me reí con amargura.

Su mirada se tornó dura — Me rompiste el tabique, dos costillas rotas, casi me fracturas el cuello — Escupí con desdén. Su risa hizo eco en la habitación — No lo has comprendido ¿verdad?, Dime algo ¿Quién mantiene a tu madre viva? ¿Quién paga tu apartamento, tu universidad? ¿Quién te da la ropa que usas?

Mi pecho se contrajo — ¿Quién Alexz? ¡¿QUIÉN?!

Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas — ¡ERES MÍ PERRA ALEXZ! ¡MÍA! — Grito con furia apretándome con fuerza las mejillas haciendo que la herida en mi labio se abriera y la sangre fluyera — No olvides quien soy. — Susurro rechinando los dientes.

Cerré los ojos tratando de reprimir el dolor, y la puerta se abrió de golpe — jefe.
— Habla Warren. — Demando sin soltarme.
— El asunto Franco está hecho. — Informó y se retiró.

— ¿Escuchaste?, — Cuestiono entre dientes — Hiciste que asesinaran a uno de mis mejores clientes por tu culpa Alexz. — Me sujetó con más fuerza.

— Ya estarás contenta. — Insinuó limpiando la sangre que recorría mis labios con su lengua.

— ¡HIJO DE PUTA! — Chille zafándome de su agarre.

Su mandíbula se tensó y antes de que pudiera decirme algo me levante de la cama y corrí hasta un rincón — Repítelo. — Ordenó.

Hice un esfuerzo sobrenatural para mantenerme de pie, — Repítelo — Insistió cuando estuvo a centímetros de mi rostro oprimiendo mi brazo restringiendo mi circulación — Lo lamento. — Dije con voz diminuta.

Me arrastro de nuevo hasta el centro de la habitación y me sostuvo frente a él — Si Alexz, soy un hijo de puta y por eso no me das lástima. Las comisuras de sus labios se levantaron al tiempo que empuño su mano y la estrello contra mi rostro lanzándome al suelo.

Me quede allí sin quejarme ni emitir ningún sollozo, sus pasos se acercaron y su aliento choco contra mi hombro — ¡CLAY! — Llamó.

Los pasos de Clay resonaron — Ponla de nuevo en la cama, cura su ojo y trata que se vea presentable esta noche debe trabajar. Mi quijada cayó ante sus palabras y antes de poder arremeter contra él se inclinó y con voz ronca susurro — Soy tu maldito dueño Alexz.


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No Olviden ver el trailer de la novela → [http://www.youtube.com/watch?v=MiKZ3T2V64A]

Escritora » Anggie Twitter » @kaatthriin

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