Fantasmas

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» Capítulo 53 «

Fantasmas

Dominic subió el zipper de su pantalón y se acomodó en el asiento de adelante junto con Grace. Condujo todo el camino sin pronunciar palabra, quizás intentado descifrar que carajos le estaba pasando. ¿Por qué sus cambios tan repentinos?, con Madie solía ser diferente pero ahora cada vez que algo no le gustaba la furia lo invadía así que prefería mantener la distancia. Además, sentía que ya no la deseaba tanto como antes... y Grace... ella se había convertido en su mayor reto. Cuando creía que podía manejarla era ella quien lo manejaba a él. ¿Cómo rayos podía explicarse eso?

— No seré tu chica de cama Dominic — Los ojos de él se posaron en ella y una sonrisa se dibujó en sus labios—

— Si mal no recuerdo dijiste que no te interesaba nada formal.

Ella sujeto su cabello y trato de acomodar su blusa, pero sin los botones era imposible — Eso fue antes de que te interesaras en mí. — Él enarco una ceja, sabía que ella quería algo serio, pero ¿y él?, ¿estaría también dispuesto a que lo consideraran una propiedad? — Compremos algo de ropa y hablaremos de esto después ¿Te parece?

Grace frunció el ceño, la idea no era su favorita, pero en algún momento quisiera o no lo tendrían que discutir.

Pasaron un día agradable, Dominic no paraba de reír cada vez que recordaba la cara de la vendedora cuando le pregunto el porqué de su blusa sin botones, — ¡Fue su culpa! Respondió automáticamente sin dimensionar lo que la mujer pensaría, cuando lo entendió su rostro se tornó tan rojo que tuvieron que salir del lugar.

Aunque él hubiese querido pasar la noche con ella, le daba miedo dejar a Abril sola con Madie. Pero Grace entendió que tenía que irse, era el presidente de una de las constructoras más grandes del país y sus responsabilidades eran más enormes que lo que ahora tenían, ella sabía que aún no podía llamarlo "novio" formalmente, pero estaba segura de que pronto lo haría.

— ¿llamarás? — él asintió, la dejo en su apartamento para retornar de nuevo a casa y al llegar se sintió aliviado al cerciorarse de que Madie ya dormía.

Volvió sus pasos hasta fuera de la casa — ¿Alguna novedad? — cuestionó a Warren quien custodiaba los alrededores y a quien había dejado a cargo de la seguridad de abril.

— Ninguna importante, la cuido todo el día incluso le puso algo de música y hasta le canto. — él se sorprendió, no conocía esa faceta de Madie—

— No la pierdas de vista. — Ordenó e ingresó de nuevo a la casa.

Abrió la puerta de la habitación de Abril y se sentó a su lado. La observó en silencio algunos minutos y no pudo evitar que las lágrimas se deslizaran, la imagen de ella allí tirada en esa cama le recordó a su madre, era un malnacido y no podía negárselo a sí mismo. — Lamento haberte dañado, fuiste una madre ejemplar para ella.

Y allí estaba de nuevo, ese maldito dolor que lo corroía por dentro al no tener a Alexz cerca; era completamente vulnerable y detestaba sentirse así.

Desde que había decidido tener a Abril en su casa a diario recordaba ese fatídico día, y juraba que la culpa lo volvería loco. Apenas y estaba cayendo la noche, él sabía que Alexz tardaría al menos una hora en regresar y su desesperación por conseguir esa firma lo tenía descontrolado.

Años atrás había logrado que Owen le firmará el documento, pero solo su firma no bastaba. Necesitaba también la de su madre y sabía que ella jamás se la daría. No por su propia voluntad.

Él fue paciente, espero algún tiempo hasta que sintió que era el momento. Clay lo acompaño pero no llego a entrar a la casa, tan solo se quedó unas cuadras atrás esperando a que su jefe volviera. Cuando Abril abrió la puerta no conoció al hombre que tenía en frente — Busco a Abril Miller. —Ella asintió observando al hombre bien parecido y con un aspecto formal—

» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora