Pedazos. Parte II

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Clay intentó comunicarse con los contactos que tenían en la agencia, pero fue imposible, probablemente estaban demasiado vigilados... así que por ese lado sería imposible recuperar la caja fuerte. Intentó pensar en otra forma de acceder a la información, camino en círculos por varios minutos, pero no encontró ninguna respuesta.

Las cosas se complicarían y mucho, se introdujo en la ducha para darse un baño rápido e ir a la empresa, ya Dominic le había dado las instrucciones que debía seguir... no le tomó mucho tiempo vestirse y salir, tomo uno de los autos y se encamino a arreglar todos los asuntos pendientes. — Warren — siseó en la línea — Necesito que cierres el club, esconde a las chicas yo pasaré en la tarde a recoger algunas cosas.

Al llegar al imponente edificio aparcó en el estacionamiento, se dirigió al ascensor y en su afán no se percato de que Grace se subió con él — ¿Clay?

Él levanto la mirada — Hola. — Respondió sin darle mucha importancia.

— Tanto tiempo sin verte, hacía mucho no nos visitabas.

Clay la observo detenidamente, ¿qué le había visto Dominic?, a simple vista se veía una mujer normal... si, era bonita pero no deslumbraba, y su figura se veía bien definida... creo que ni el mismo Dominic sabría dar respuesta a esa pregunta. — Ya sabes, de vez en cuando toca velar por los intereses. — Sonrió cortésmente.

Ella asintió — tu hermano...

— Tenía asuntos que resolver ¿ya sabes?, realmente si lo debes saber eres su secretaria.

Ella se ruborizó, cuando las puertas del ascensor se abrieron sus caminos se separarán — Hey -dijo antes de ingresar a la oficina. — ¿sí?

— Si alguien pregunta por él tu no sabes nada.

Grace frunció el ceño, porque en realidad no sabía nada.

....

Blaze dio la orden de intervenir los teléfonos de los hermanos Ferrer, así como de darle seguimiento a cada uno de sus movimientos — Quiero saber todo, con quien hablan, a donde van, que compran... Todo.

Benford resonó su garganta dando aviso de su llegada — ¿Tenemos algo?

Entre Nael y Blaze lo pusieron al tanto de todo, incluyendo el caso de Alexz... Benford asintió — Probablemente ya allá salido del país, tendremos que lanzar una alerta.

Blaze negó — El tipo no es tan estúpido, primero deberá organizar todo aquí... consideró que lo más prudente es solicitar una orden de cateo en su compañía.

Benford asintió — Has lo que consideres correcto, pero quiero resultados cuanto antes.

....

Alexz notó el cambió inmediato en la actitud de Demon, parecía abstraído por muchas cosas, tanto así que había ignorado por completo la presencia de ella. Lo observó por unos segundos, pero estaba demasiado inquieto... — Necesito el teléfono.

Dominic dio un respingó — ¿he?

— El teléfono, lo necesito.

La paciencia de ambos estaba llegando al límite, él negó mientras lanzaba un suspiro cansado — ¿a quién deseas llamar con tanta urgencia?

A pesar de todas las cosas nuevas cosas que Alexz había aprendido durante el tiempo que estuvo alejada de él, ninguna de ellas la preparo para lidiar con tanta mierda junta... si, su vida era mala y regularmente le pasaban incidentes desagradables, pero... la muerte de su madre y Madie, tener que huir y ahora la sarta de verdades o mentiras que Dominic le había dicho... era demasiado. — Creo que eso no debería importarte.

Él tomó asiento mientras movía incesante una de sus piernas, — Me dejarás ir ¿no?, eso fue lo que dijiste hace un rato... entonces ¿qué más da?

— Las cosas cambiaron ahora. — Expuso sin mirarla.

— ¿qué?

— Alexz entiende de una maldita vez, entrar en este negocio no da pie a dar marcha atrás. Se suponía que tenía todo como debía ser, pero tú...

La ira empezó a emerger dentro de Alexz, su sangre empezó a sentirse más caliente dentro de su cuerpo — ¡¿YO?!, ¿REALMENTE SOY YO? ME OBLIGASTE A ENTRAR A ESTA MIERDA Y DICES QUE SOY YO, ERES UN MALDITO HIJO DE PUTA SIN SENTIMIENTOS.

— ¡SUFICIENTE! — Ordenó. — Cuando me refiero a ti Alexz, es porque fue un maldito error obligarte a estar en mi mundo, porque lo pusiste jodidamente de cabeza ¿entiendes?

— ¿ENTENDER? ¿ENTENDER QUÉ?

— ¡QUE TE AMO MALDITA SEA!

La quijada de Alexz se desencajó y aunque tenía ráfagas de malas palabras haciendo fila en su mente para salir todas se esfumaron a el escuchar aquella frase... Clay no le había mentido, era cierto... oh no, mierda no podía ser cierto... ¿cómo es que eso era posible?, entendía la obsesión porque era un enfermo un maldito loco... pero amarla, no, no, no. Su cabeza se sentía pesada y su cuerpo demasiado frágil para sostenerla, todo empezó a dar vueltas... — No — susurró cuando se desvaneció en el aire cayendo de lleno en el piso.

Dominic intento cogerla, pero no alcanzó, en cuanto toco el piso él la levanto y la llevó a la que era su habitación, por lo menos en esa no tenía nada que romper... o eso esperaba. La acostó en la cama y la cubrió con las sabanas, de nuevo se encamino a buscar el botiquín para intentar despertarla con el olor del alcohol. — Estúpido, estúpido, estúpido — Se repetía una y otra vez por lo bajito.

Cuando estuvo de nuevo con ella se sentó a su lado e impregno un pedazo de algodón con el alcohol y lo paseo por su nariz unas cuantas veces, lentamente abrió los ojos... de inmediato quiso decir algo, pero Dominic la interrumpió — Solo descansa, prometo que mañana entenderás todo. – Abandonó la habitación no sin antes notar el vivo desprecio en la mirada de Alexz.

Salió de nuevo al jardín y se sentó en el césped, respiro tan hondo como si de eso dependiera su vida... como si sus pulmones se hubieses quedado sin oxígeno... había planeado todo diferente, realmente esperaba no tener que revelar nada de su vida, pero parecía que incluso la verdad no cambiaría nada. Alexz era demasiado testaruda, y ya había sido suficiente para ambos. Le diría todo y después de eso separarían sus caminos.

.....

Gracias por leerme. 

Anggie M. 

» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora