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Victima. Parte II

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Victima. Parte II

La puerta se abrió de golpe, — ¡¿Alexz?!

— Aquí estoy. — Dijo saliendo del baño.

— ¿Qué te hizo?

— Nada, por ahora. Déjame unos minutos debo arreglarme.

— ¿Arreglarte? ¿Para qué? Clay se quedó de pie tratando de recuperar la estabilidad de su respiración — Tengo trabajo Clay, sabes solo peleando con Dominic no voy a lograr saldar mi deuda. Necesito trabajar. Alexz intentó sonar convincente.

— No te creo Alexz, tu y yo sabemos que Lindsay jamás podrá escapar. ¿Lo sabes?

Alexz jadeó reprimiendo una lágrima que se asomaba "Ella no, pero yo sí" Pensó terminando de pintar sus protuberantes labios — Viviré sometida para siempre, ¿qué más da? Sonrío débilmente posando sus labios en la mejilla adolorida de Clay dejando una delicada marca de boca en ella.

Alargo sus pasos intentado ser fuerte — Alexz... Susurró agarrando su mano golpeada atada con lo que parecía ser un vendaje, ella lo miro con tristeza esperando que dijera algo, pero solo vio como exhalo un cansado suspiro y la dejo ir — Lo siento. Musito.

El colchón se hundió debajo del cuerpo de Dominic mientras una lágrima se deslizaba por su mejilla, solo y en el interior de su oscuridad él se permitía ser débil. "Nunca debiste haber nacido" las palabras de su padre lo perseguían atormentándolo y entonces vio su rostro vislumbrar en su mente, aun en su infierno él quería un pedazo de cielo. Al cerrar los ojos la imaginaba a ella con un vestido blanco danzando mientras su cabello rojo se movía de un lado a otro adornando su sonrisa esa que él le había borrado. y entonces todo se desvanecía, Dominic agarro el teléfono esperando volver a ser él — ¿dónde estás? Preguntó impasible.

— Afuera. Escupió Clay con desdén observando cómo Alexz se alejaba en aquel vehículo.
— Salimos en un minuto.

Clay no se inmuto, se recostó apoyando su pie izquierdo contra la pared y saco un cigarrillo sintiéndose más relajado — ¿dónde está el auto? Pregunto asqueado Demon.

— Garaje. Espetó Clay tranquilamente dándole una calada a su cigarro.

— ¡¿De dónde carajos sacas tantos cigarrillo?! Eres repulsivo. — Escupió Demon fulminándolo con la mirada.
Clay no respondió, dejo caer su tan preciado cigarro y lo hizo trizas con la punta de su pie — Tú resultas más nocivo que un simple cigarro. Siseo caminado hacia el garaje.

7 años atrás.

— ¿En qué piso está? ¿Número de habitación? De acuerdo, gracias.
Hacía dos años no veía a su madre y justo ahora se enteraba de que estaba muriendo en una clínica — ¡¿Por qué diablos no me avisaste?! Reclamó.

— ¡Cállate! Le exigió Ethan su padre. — No voy a permitir que la atormentes más.

El demonio de Dominic emergió dentro de él y con una furia inesperada ataco a su padre dejándolo tirado en el suelo, al instante las alarmas de emergencia sonaron. Todo fue confusión, varias personas entraban y salían de la habitación donde se hallaba su madre, sus nervios se alteraron; miro a Ethan por el rabillo del ojo y su expresión lo estremeció. El tiempo parecía avanzar más rápido, podía escuchar su corazón latir con más fuerza. Abriéndose paso abrió la puerta del cuarto dejando ver a su madre tendida en una cama y alrededor dos enfermeras con un desfibrilador — ¡Salga de aquí! Exclamo un doctor que apenas ingresaba.

Los ojos de Dominic seguían clavados observando cómo lentamente su madre moría — ¡No responde! Dijo una de las enfermeras.

— Es tarde, se ha ido. Susurro la otra evitando que Dominic la escuchara.

— ¿Hora del deceso? Preguntó el doctor con tranquilidad al tiempo que el rostro de Dominic se descomponía, sus ojos ardieron y su pecho dolía mientras miraba con tristeza el cuerpo sin vida de su madre — ¡Nunca debiste haber nacido! Escupió con odio Ethan.

Mareado e intentando no desvanecerse se alejó sintiéndose el hombre más miserable del mundo, todo había sido su culpa y ahora pagaría por ello... viviendo en su propio infierno.

— ¡Demon! Exclamo Clay ¿nos vamos?

Dominic sacudió la cabeza alejando los recuerdos que llevaban persiguiéndolo año tras año, tenía tan solo veinte años cuando ella se fue y ahora a sus veinte siete seguía sintiendo el mismo dolor al recordarle... seguía en su infierno y arrastro a más personas con él. Apretó su mandíbula y camino hasta el auto — ¿a dónde? ¿La bodega?

— No, vamos al club.
— Noche tormentosa ¿eh?

Dominic evito responder, Clay era su bufón y no precisamente para hacerlo reír. — ¿Harás sufrir a alguien en especial?

— Madie. 

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Escritora » Anggie Twitter » @kaatthriin