Sentimientos encontrados.

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» Capítulo 69 «

Sentimientos encontrados.

A Conor le molestaba no tener noticias de Alexz, así que sin informarle nada a Clay había decidido viajar necesitaba saber que ella estaba bien, y algo le decía que Clay no le estaba diciendo la verdad completa así que él mismo lo averiguaría.

...

Blaze reunió las pruebas necesarias con las que contaba y que incriminaban directamente a Dominic Ferrer esperando obtener la orden de cateo lo más pronto posible. — ¿De verdad crees que el tipo puede caer? -cuestionó Nael — No digo que no están las pruebas, pero vamos Blaze él tipo tiene su historial limpio y si realmente es este criminal ¿cuánto tiempo es que llevas tras de él? ¿crees enserio que solo así, por un simple documento puede ir tras las rejas?

Las preguntas de Nael calaban en el interior de Blaze, realmente él quería creer que, si era posible, pero sabía que si Dominic era Demon las cosas podrían dar un giro inesperado en cualquier momento. — Tengo las mismas dudas y de las probabilidades que existen... pero hay algo que tengo muy claro, existe una mujer en su vida y si la historia de Owen es correcta el maldito caerá porque Alexz lo hará caer. – Terminó de recopilar la información y se la entregó a Nael en una memoria — Entrégasela a Benford y en un rato nos vemos, infórmame de cuando la orden esté lista.

— ¿y tú a donde irás?

Blaze tomó su saco y se lo puso — Necesito ir verificando el terreno.

Nael frunció el ceño — ¿A qué te refieres?, sin una orden no puedes hacer nada. – Blaze sonrió — Relájate Lopson, no haré nada que no esté contemplado. Solo haré algunas preguntas y ya.

— Bien.

....

Clay debía verificar que en la oficina no hubiese nada comprometedor, algún documento que por error Dominic hubiese dejado por allí... realmente esperaba que no, sin embargo, los últimos meses habían sido una locura así que ni su propio jefe podría dar fe de que todo estuviese en orden.

— ¿Grace? – preguntó cuando llamó a recepción.

— Dígame señor

— Solo dime Clay, ya prácticamente somos familia ¿no?

Ella se sonrojo del otro lado de la línea, era evidente que Dominic no le ocultaba muchas cosas a su hermano — ¿En que te puedo ayudar Clay?

— Necesito algo de privacidad aquí, así que si por alguna razón pasan a buscarme o me llaman no estoy para nadie ¿ok?

Realmente lo hacía más por el tema Rachel O'donald, se le había perdido por algunos días y estaría buscándolo por cielo y tierra y justamente en ese momento no tenía cabeza para lidiar con ella... se rió para sus adentros — Ahora entiendo a Dominic. – susurró por lo bajito mientras rebuscaba en el escritorio.

Revisó el contenido de cada uno de los cajones del escritorio, pero no encontró mucho, empezó a tocarlo con mas detenimiento en lugares que seguramente no eran tan evidentes — Bingo – Espetó al pasar su mano por debajo del último cajón y toparse con una llave pegada.

Sabía que tenía otra caja fuerte dentro de su oficina, ahora lo que necesitaba saber era que era lo que guardaba su jefe... se dejo caer de lleno en la silla y con suspicacia observó detenidamente la oficia, definitivamente no había muchos lugares donde pudiese ocultarla. Dominic se caracterizaba por tener un estilo minimalista así que su oficina era enorme sí, pero se componía básicamente de un escritorio, una mesa amplia donde regularmente lo veía sentado haciendo sus diseños, una enorme biblioteca y una especie de estantería metálica lo bastante grande como para tener una caja fuerte dentro. Todo estaba decorado con acabados de estilo industrial, madera rustica y hierro forjado.

Sin dudas se levanto de la silla y camino hasta la estantería, con ambas manos abrió las puertas y efectivamente allí estaba, se inclinó hasta el nivel de la caja fuerte — No es de llave — Espetó mirando la llave que tenía en su mano — ¿Y tu a que cerradura perteneces? — cuestionó mirando la llave intentando descifrar por qué su jefe se tomaría la molestia de esconder una llave si no abriría alguna puerta u objeto que no estuviese allí.

Tomó su teléfono y le marcó a Dominic — ¿Alguna novedad?

— Ninguna hasta el momento, sigo aquí en tu oficina hasta el momento todo en orden con los documentos.

— Bien ¿a qué debo la llamada? – cuestionó irritado.

— ¿paso algo?

Clay había notado su humor, obviamente sabía que, su jefe era muy volátil y todo este tema de que podían tener algo con que asociarlo debía tenerlo más tenso de lo normal, sin embargo, lo conocía muy bien y podía percibir que su irritabilidad tenía un sello propio "Alexz". — Todo igual.

— Bien, no pretendo quitarte más tiempo solo necesito la clave de la caja fuerte.

— No creo tener nada allí que sea perjudicial.

Dominic no podía darle la clave, si necesitaba que sacaran todo lo que había allí... se trataba de escrituras de sus propiedades a nombre de testaferros, dinero en efectivo y la carpeta con todos los documentos de la adopción de Clay incluyendo restos de periódicos con lo que había sido su vida pasada. Una vida de la que él no debía enterarse. — ¿Crees no tener nada, o estás completamente seguro?

En ese instante el teléfono de la oficina sonó — Dame un segundo, no cuelgues. — Espetó mientras alzaba el teléfono — Dime Grace, bien si, solo dame unos minutos termino una llamada que tengo en este momento y lo dejas pasar.

— Es Blaze Waller, está aquí.

— Bien, olvida la caja fuerte... atiéndelo y en cuanto se vaya me marcas de nuevo.

...

Alexz se sentía más miserable que nunca, todas sus malditas desgracias tenían nombre propio... ni siquiera había tenido contacto alguno con su padre por culpa de Dominic. Estaba tan cansada, se sentía tan débil con los ojos lleno de lagrimas se levanto de la cama y camino hasta el baño posiciono sus manos en el lavabo y levanto la vista al espejo... si, estaba desecha, sus ojos ya no irradiaban nada estaban vacíos. ¿qué sentido tenía? Se repetía en su cabeza una y otra vez.

Con torpeza rebusco en los cajones algo que pusiese ayudarle, solo había jabones y elementos de aseo... hasta que la vio, una hermosa y afilada cuchilla. La tomó en sus manos y nuevamente se miro al espejo sintiendo culpa, asco y tanto dolor que no tenía paz. Era insoportable saber que era ella, que tenía que vivir bajo esa piel, bajo esa vida tan llena de mierda.

Camino hasta la tina y abrió la llave dejándose caer sentada en el suelo, la baldosa fría le recordaba lo viva que estaba y lo miserable que era, se abrazó al borde de la tina intentado rebuscar algún motivo tan fuerte que la aferrara a seguir luchando... pero realmente ya no tenía nada. Todas las personas que algún día había querido ya no estaban a su lado, las había dañado... y ella así de simple había olvidado todo, y le había cedido su cuerpo al maldito bastardo, las imágenes de sus dos encuentros daban vueltas en su cabeza provocándole ganas de vomitar... Se levantó como pudo y se introdujo en la bañera, el agua estaba helada sus dedos se encogieron al tocarla, nuevamente se sentó y abalanzo hacia atrás mientras el agua seguía cayendo. — Quiero que al despertar pueda verte mamá y que juntas empecemos de nuevo. – deseo por lo bajito deslizando la cuchilla por sus muñecas tan profundo como su cuerpo resistía.

La sangre empezó a brotar, pero Alexz estaba tan anestesiada por sus emociones que realmente le costaba trabajo saber que dolía más, si su perdida o el de la cuchilla dentro de su muñeca. Sus manos temblaban apenas y podía sostener la cuchilla y aún le faltaba la otra, con dificultad comenzó a deslizarla nuevamente, pero esta vez en su muñeca derecha — Ya pronto terminará. — Se alentó por lo bajito mientras sus lagrimas seguían cayendo. 

...

Gracias por leerme 

Anggie M.

» Bajo el ojo del diablo «Donde viven las historias. Descúbrelo ahora