» Capítulo 18 «
Detrás de la barrera. Parte II
Alexz avanzó observando con cautela todos los rincones, su cuerpo dolía, pero al final valdría la pena, o eso esperaba. Su respiración se volvía agitada cuando estaba más y más cerca de su habitación. Pegó su oreja a la puerta esperando escuchar algo que le indicará que no estaba allí. Algunos cinco minutos calculó y no se escuchó ningún ruido, agarro el pomo y abrió la puerta lentamente para cerrarla de nuevo. Un suspiro de alivio emergió de ella que se disipo al percibir el ruido de la ducha "mierda".
Sus nervios se dispararon, observo con rapidez el cuarto y localizo sus celulares en aquella mesita donde aún reposaba su foto. Eso aun la asustaba, pero no tenía tiempo. Corrió lo más veloz que sus piernas se lo permitieron, tomo el primero y busco el número sin ningún resultado, agarro el segundo y allí estaba "Holiday". Repaso el número en su mente una y otra vez intentando grabárselo, pero parecía ser una misión imposible, "un último vistazo" se dijo cuando las puertas del baño se abrieron de par en par obligándola a esconderse tras las gruesas cortinas.
Cerró los ojos apoyando su cabeza en la pared tratando de estabilizar su irregular respiración. Se hizo un espacio entre las cortinas procurando divisar su alrededor. Las lámparas daban una luz tenue que apenas y dejaba ver con claridad todo. Dominic estaba parado frente a su cama secando su pelo, Alexz sintió sus ojos casi salirse de sus orbitas al ver la toalla que se aferraba a sus caderas dejando al descubierto su torso totalmente tonificado. "basta" se reprendió al no poder apartar sus ojos de aquel espectáculo.
Contuvo el aliento cuando quito la toalla quedando totalmente desnudo, "maldito dios griego" bufó "Zeus debería partirte en dos con su rayo" pensó mientras observaba su escultural cuerpo. Si tan solo él fuese diferente, allí solo en ese cuarto bajo la poca luz que lo iluminaba siendo contemplado en su espléndida desnudes se veía como un hombre normal. Sin ningún tipo de maldad encima. Solo él.
Uno de sus móviles sonó, él se abalanzó agarrándolo para ver el nombre en la pantalla — Hola. Su tono era totalmente glacial — Sabes que odio que me llames para esas tonterías. Enarcó una ceja agarrando el celular contra su hombro mientras se vestía — Si, sé que se vuelve irritante lo sé ¿vale? Él parecía asqueado escuchando a su secretaria hablarle sin parar — Solo dile por enésima vez que no saldré con ella. Termino la frase y cortó la llamada — Mujeres. — susurró terminando de ponerse su t-shirt.
Se sentó al borde de la cama y se puso sus botas de cuero negras, lanzó un largo y cansado suspiro Alexz notó como su mirada se perdía y ella no estaba segura de ¿por qué? Hasta que él levanto aquel portarretrato, todo en ella se tensó al verlo observar su fotografía con una mirada imperturbable, las comisuras de sus labios se levantaron para volver a dejar el cuadro en su puesto. — Necesito un buen polvo. — se rió abandonando su cuarto.
Alexz sintió que el alma regresaba a su cuerpo, se quedó unos minutos más escondida esperando a que no la descubrieran si entraba de nuevo. Cuando estuvo segura salió regresando los pasos a la habitación de huéspedes con el número telefónico de Deyken paseándose por su mente.
...
— ¿Listo? Clay asintió entregándole las llaves del auto — ¿Warren no vendrá? — Preguntó al ver que Dominic piso el acelerador del auto — No, tiene trabajo en la bodega.
El silenció hizo eco dentro del auto y Clay no aguantó más — ¿fuiste a verla?
— ¿tendría alguna razón para hacerlo?
— Dominic enseri...
— ¡NO ME DIGAS ASÍ! — exclamó furioso.
—Demon, es una niña en algún momento su cuerpo no resistirá todo esto. ¿Cuándo lo entenderás?
— ¿niña? — rió con ganas. — ¿las niñas se revuelcan cada noche con un hombre diferente?
Clay enarco una ceja apretando su mandíbula — Tú sabes perfectamente ella porque lo hace. y ambos sabemos que de todas tus retorcidas decisiones Alexz es la única con la que no he estado de acuerdo ¡ELLA TE ODIA! — escupió irritado, Dominic seguía con la mirada al frente si siquiera sobresaltarse. — No te sorprendas si un día esa chica decide matarte por su propia mano.
Él no pudo evitar sonreír — Eso sería lo mejor que le podría pasar a Alexz Johnson.
Clay nunca se resignaba, aunque entendía perfectamente que Dominic desechaba todas sus palabras — Dime algo, ¿cuándo se terminará tu obsesión por esa pelirroja?
Dominic se quedó pensativo y no pretendía responder... pero era Clay con el que hablaba, él nunca se callaba, aunque lo amenazará con volarle la cabeza. Él era peor que una bala en el culo — Probablemente Nunca.
Clay rodo los ojos sacando una cajetilla de cigarros — ¿desde cuándo fumas? — Preguntó Ferrer desconcertado. Clay le dio una calada a su cigarro para expeler el humo lentamente por su boca — Desde siempre.
Dominic odiaba todo lo que tenía que ver con drogas o todo tipo de sustancias y hábitos que ocasionar daños a la salud. No soportaba tener que lidiar con vicios. — Deja esa mierda o te saco del auto. — siseó apretando con tanta fuerza el volante que sus nudillos se tornaron blancos.
— ¿Por qué? — cuestionó Clay queriendo llegar al punto.
— Sabes que odio todos esos malditos vicios. Te destruyen.
— Déjame ver si entiendo, entonces detestas los malos hábitos porque destruyen. Clay sonrió dándole otra calada a su cigarro — ¿Así como tú destruyes a Alexz? La mandíbula de Dominic se tensó rechinando con fuerza sus dientes.
Jaque mate.
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D: Santa mierda, se armara la guerra.
Escritora » Anggie. Twitter » @kaatthriin
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» Bajo el ojo del diablo «
Teen Fiction© 2015, Anggie Katherinne. Todos los Derechos Reservados. Título Original: Bajo el ojo del diablo. Prohibida su copia o reproducción total o parcial. Dominic Ferrer y Alexz Johnson.